La recamara

Oculta entre los largos pasillos y escaleras del templo se encontraba la recamara, que mas parecía el cuartel desde el cual operaba el dios de la guerra, justo en el centro del templo, era necesario conocer el lugar a la perfección o de lo contrario no se podía acceder al pequeño cuarto que estaba repleto de los objetos mas importantes para el dios, y una pequeña cama un poco mas delgada que una matrimonial.


Uno de los perros de guerra favoritos de dios pasaba la mayor parte del tiempo vigilando la entrada de aquella habitación.

Camine por los pasillos hasta encontrar la puerta de mi habitación que era resguardada por Goliat, mi perro mas grande y viejo que a pesar de su edad seguía siendo tan fiero como cualquiera de los otros, se acerco a mi para recibir una caricia en la cabeza, camine hasta la cama dejándome caer para descansar un poco mientras Goliat me seguía con la mirada y luego saltaba sobre mi en medio de una lucha fingida que me sirvió para relajarme, mi perro se retiro y volvió a acostarse sobre el piso mientras yo comenzaba a inspeccionar mis armas y mis libros organizando todo para que me fuera mas fácil utilizarlo.

Una vez que deje todo arreglado para mi batalla salí de la habitación arreglándome para salir del templo junto con Nerón con rumbo al templo de Cronos.