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 Remembranzas del Amor Capítulo 2

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goddesniquel
Moira Laquesis - Hiperion
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MensajeTema: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeLun Sep 22, 2008 7:51 pm

TITULO:Remembranzas del Amor


Serie: Saint Seiya

Renuncia o Disclaimer : Los personajes le pertenecen a Masami Kurumada, con la participación de uno que otro original

Resumen: Los sueñes y pesadillas del pasado les asaltan en sus memorias, el extraño poder de un dios antiguo protector de Hades, les llena de recuerdos y cuando en un momento de la historia se les va ser necesario las Remembranzas del Amor


Pareja: Shaka y Shun, Iki y Aioros, Hyoga y Shura


Clasificación: NC-17


Advertencias: Mpreg, Lemon, fantasía, acción


REMEMBRANZAS DEL AMOR



Remembranzas del Amor Capítulo 2 Shakashunyaquilesbmp2


CAPITULO 1: EL DIOS DEL SUEÑO ETERNO




Con la paz de las montañas te amaré
con locura y equilibrio te amaré
con la rabia de mis años
que me enseñaste a hacer
con un grito en carne viva, te amaré.



Siente fluir las energías de universo dentro de tu cuerpo, cada chakra debe armonizarse en este suave fluir de las estrellas, su mente le indicaba que hacer, como un suave susurro, en un hermoso cántico, aquel cosmos tan amado, pero a su vez tan frío como el de su papi, era inquieto como hace unos años siempre buscaba concordarse con él, su atención se desviaba, aunque siempre entrenaban desde temprano, apenas sentía su presencia cercana perdía su concentración.

Sintió como la brisa de esa mañana calurosa hizo revolotear sus cabellos, graciosamente así como atrajo ese suave aroma de su amado, no pudo culparlo el mismo había perdido toda su solemnidad en ese momento, y lentamente abrió sus ojos para encontrarse con la más hermosa escena que sus zafiros podían denotar, a una distancia prudente para no interrumpir su entrenamiento, estaba recostado en una manta de lino blanco, sobre su vientre su pequeña Helena jugaba con Héctor, el pequeño hijo de Hyoga y Shura, cercano a ellos, el Cisne les observaba con una hermosa sonrisa.

Mientras Shun dormitaba pacíficamente ajeno al barullo que hacía su niña de dos años, el cosmos del nuevo bebé que esperaba se dejaba sentir llamando la atención de los ahora más pequeños de ese palacio. Se sonrió, para después desviar su mirada al lado suyo dónde su hijo mayor, permanecía con sus párpados bajos, pero aún así viendo en su mente la escena, tenía esa forma tranquila de ser su papi, pero también ese orgullo impetuoso de su tío, sus cabellos lacios dorados tan similares a los suyos, su rostro podía para la respiración de cualquiera, llevó su mano hacia su frente despejándola de unos mechones dorados que el viento hacía que rozaran su tez. “¿Papá?” Inquirió con su suave voz, y lentamente sus crespas pestañas liberaron esas dos gemas de un brillo hermoso, matizadas entre esmeraldas y zafiros. Dos océanos hermosos, que combinan el alma de sus padres. Para concentrar su mirada en los sabios zafiros de su padre, que le sonría cómplice.

“¿Shiva?” En su templo dónde pasaban el invierno era el dios de la destrucción Shiva, y como tal recibía su instrucción, su hermoso Aquiles, tenía la responsabilidad de unir las dos naciones, era un dios griego, heredero de Hades como su primogénito, así como representaba al mito hindú como la reencarnación del así llamado Rudra. Así como su pequeña niña era considerada la diosa compañera de Shiva, Kali. Se le veía tan serio con su media luna dibujada en su frente, dónde se encontraba su principal virtud y poder su tercer ojo, con el cual podía observar lo que había más allá de lo evidente, de ella partía tres rayos de cenizas que simbolizaban sus Yibuti, la inmortalidad de las almas, en su cuello otro de sus atuendos un collar de la cobra que lo hace acreedor del ser dios que esta por encima de muerte, de su cintura pendía la piel del tigre que lo nombra como vencedor de toda fuerza y sus brazos en sus muñecas dos bandas talladas en madera, sus llamadas Rudraksha. A pesar de ser apenas un niño de 10 años, le daban ese aspecto temible de su estatus, pero su corazón y carácter eran como sus padres. Con cariño su príncipe le devolvió la sonrisa e incorporándose se abrazo a su cuello, besándole los labios, para luego correr hacia dónde estaba su papi, descansando.

Alzó un momento la vista hacia las pobladas ramas de los salas gemelos, que dejaban pasar chispas refulgentes de los rayos del sol, para luego ponerse en pie, con su rostro iluminado por la felicidad, siguió a su hijo convocado por ese cosmos amado, con sus pies descalzos disfrutó del frescor de la hierba, sosteniendo sus largos cabellos con su mano, llegó hasta dónde estaban su amado y el alumno de Camus, le sonrió al Caballero de los Hielos Eternos quién le saludo inclinando su cabeza, para luego arrodillarse al lado de su querido Andrómeda, acariciando su rostro, unió sus labios en ardiente beso, mientras Aquiles cargaba a las dos criaturas que apenas que le vieron acercarse se le abalanzaron a sus brazos.

Su mano rozó con cariño su vientre, así como los brazos delicados de Shun le rodeaban el cuello, lo cual su esposo aprovechó para incorporarlo hasta que le pudiera acunar en su pecho, gozando de acariciar sus largos cabellos esmeraldinos. Aspiró ese perfume que emanaba su cuerpo mezcla de mirra y sándalos, así como las esmeraldas se perdían en la figura de sus hijos jugando en ese remanso de paz. “Eres mi paz, Brahman”. Y el susurró: “soy lo que me enseñaste a hacer, eres mi todo Shun, mi locura y mi equilibrio”. Aquiles cargaba con Héctor, en sus hombros y entre sus brazos Helena se asía su cuello riéndose, ambos niños adoraban a Aquiles y a Paris, pero al no estar el hijo de Iki en el templo, debido a que acompañaba a sus padres en China, dónde se encontraban Shiryu y Aioria viviendo, para ellos, Aquiles era el que gozaba de toda su atención lo que hacía prácticamente imposible que lograra concentrarse en sus entrenamientos.

Hyoga se puso en pie para ayudar a Aquiles, ya que entre los dos pequeños, no le dejaban espacio ni para respirar. Alzó a su pequeño, entre sus brazos, meciéndole suavemente mientras se sonría, Shiva aún con Kali en sus brazos, se acercó a sus padres, ese día sería su último día en Rajastán, el período de vacaciones terminaba así que debían regresar al Inframundo, la pequeña Helena se volvió en sus brazos para buscar los de su papi, quién la recibió en su regazo, al momento que Shaka sacaba la merienda, ayudado por el cisne.

Andrómeda se incorporó al momento de ser guiado por los pequeños para jugar con ellos. El mismo Aquiles le ayudaba, jugaban a atraparlos, ganaba quién lograra capturarlos. Tanto Hector como Helena a pesar de sus edades eran rápidos y lograban alcanzarlos, siempre los habían instado a usar sus poderes, la pequeña Kali al igual que su hermano era una privilegiada guerrera, la nueva generación de guerreros era fuerte.

Ahora que participaba como miembro del Consejo de los dioses, frecuentemente llevaba a los pequeños consigo, con el fin de que fueran aceptados, ellos mismo se desenvolvían perfectamente en ese ambiente. Shun escapaba de Helena cuando es alzado por los brazos fuertes de su esposo quién le besa el cuello, y le susurra: “he ganado mi premio.”

Para luego recibir a Helena en los suyos cuando levita hasta ellos. Sonriéndole al momento que ocultaba su rostro en sus brillantes cabellos dorados. Y Aquiles para dar fin al juego se dejó atrapar por Héctor.

La joven diosa buscó el refugio de los brazos de su papi, descansando su cabeza en su pecho, al momento que su padre les llevaba hasta la manta. Allí la pequeña se sentó al lado de sus padres, para asirse del brazo de Aquiles, Por su parte el cisne se sentó con su bebé en su regazo, acariciando sus cabellos de oro fino. Suspiró al momento de alcanzarle su merienda instándolo a que comiera. Más Héctor estaba más interesado en jugar que alimentarse, por lo que la rechazaba con haciendo un gesto desagrado. Por su parte Aquiles disfrutaba de una jugosa manzana, a su lado Helena le imitaba descansando su cabeza en el cuerpo de su hermano.

Shaka le daba un trozo de melocotón en los labios a Andrómeda quién lo comió cerrando sus ojos, con su otra mano cubría su vientre calmando sus nauseas, Virgo suspiró al besar su frente, algo preocupado por que se le veía algo pálido y había perdido peso debido a los malestares de su embarazo. Era su tercer hijo pero aún así no dejaba de inquietarse. Shun le sonrió al dirigir su mano a su rostro, descansándola allí. Mientras disfrutaba del refugio de su regazo. El aire siempre le sentaba bien y esos momentos en el jardín, le daban mucha paz, así como su cosmos resplandecía a la bendición de Helios y su padre Hiperión.

Hyoga estableció que era la hora de acunar a su hijo entre sus brazos y adormecerlo porque era el intervalo de su descanso diario, perdió por momentos su vista en la escena que brindaba Shaka y Shun, sonriendo complacido con el amor tan grande que se tenían. Suspiró al besar los cabellos de su hijo que buscó su cuello para esconder su rostro pasándole sus pequeños bracitos a su alrededor.

Aquiles por su parte dirigió su vista a Helena sosteniéndole delicadamente con su mano al sentir a su hermanita cabecear en su brazo, el mismo la rodeo con los suyos, al momento de alzarla, y ponerse en pie, sonriéndole a sus padres: “La llevaré a su dormitorio, y luego me encargaré de la audiencia de la tarde”, convino con los mayores, “sabía que después de tanto alboroto Helena no alcanzaba a acompañarme.”

Hyoga le siguió, con Héctor, acunado en sus brazos, dispuesto a cuidar su sueño y esperar a Shura en su habitación.

Esa mañana tanto Shura, Dohko, como Shion y Ecels habían partido para el Olimpo para finiquitar una encomienda de Shun, Zeus constantemente buscaba que Hades participará de las sesiones del Consejo de dioses, ya que Andrómeda había empezado a declinar su participación debido a sus malestares,

Shaka prefería que no fuera y de que quisiera tenerlo cerca para cuidarlo. Desde hace unos meses había empezado a tener pesadillas, que le recordaban el dolor sentido hace unos años, cuando le creyó perdido. El temor de que una nueva desgracia ocurriera se arraigó en su alma, y le hacía despertar con sobresalto, para verificar que estuviera a su lado. para luego besarlo y abrazarlo contra su cuerpo con miedo que el mismo se desvaneciera, como una ilusión.

Se incorporó un poco, para darle espacio en la manta a su amado tesoro del cielo, el cual reposó a su lado, Eolo mismo jugaba con sus cabellos, disfrutando del apasionado ósculo en que sus labios se unían gozando de las mieles que emanan de ellas. Entre risas Andrómeda disfruta cuando la boca de Virgo delineaba su cuello, y sus manos se perdían entre sus largos cabellos dorados. Creo que es hora que mi rey vaya a dormir la siesta como su hija menor, le expresó a su oído, susurrando apasionadamente.

Vaya, solo si me señor y esposo me arrulla entre sus brazos, le contestó con una sonrisa pícara en sus labios. Los deseos de mi amo, son mandatos para mi, se incorporó lo suficiente, para besar su nariz y ayudarlo a levantarse, cuando ambos estuvieron de pie, el le tomó en sus brazos, y se encaminó a su habitación.

Los ojos de Shun disfrutaban el paisaje de la soleada Rajastán, es un hermoso lugar el que escogiste para que descansará, soltó al recordar dónde había estado su cuerpo mientras el se encontraba prisionero, Virgo se detuvo en seco y su mirada se volvió sombría como aquellos días. ¿Porque recuerdas eso ahora Shun? Le inquirió suavemente, a su vez lo acunaba con fuerza en sus brazos que temblaron. Andrómeda suspiró al instante de descansar sus manos en su rostro, guiando sus labios a los suyos. Parpadeó al momento de juntar sus frentes. Ya esa pesadilla pasó no volveré a sacrificarme, mi promesa fue cumplida.

De pronto empezó a lloviznar, las gotas de agua golpeaban el suelo sediento y aquel perfume característico de la tierra mojada, les llenó los sentidos, al momento que ingresaron a su habitación. Al cerrar la puerta tras de sí deja Shun de pie a su lado, y Andrómeda acortó la distancia entre ellos y se abrazó a su cuello, buscando sus labios, los cuales asaltó con pasión. Los dedos de Shaka desataban su túnica, con delicadeza, sintiendo la tersura de su piel con ellos.

Cuando sus ropajes cayeron a sus pies, deslizándose por su piel, Shun le alejó de su cuerpo, para ahora ser él quién le aprisionara contra la puerta, besando su cuello con la delicadeza de una criatura degustando dulce, las piernas de Brahman empezaron a flaquear, todo su cuerpo se estremecía de placer, al momento que los dedos de Andrómeda le despojaban de sus vestiduras, y sus dedos recorren el camino a su miembro el cual toma con sus manos, y le empieza acariciar, para luego empezar a correr su pliegue descubriéndolo y se agacha hasta quedar frente a él, le empieza a acariciar con su lengua logrando que Virgo se sostenga de la pared, al sentir que sus piernas perdían fuerza, Andrómeda le sostiene de su cadera al momento de engullirlo, sintió como toda la fisonomía de Shaka tembló al liberarse en sus labios. Hasta caer sentado y abrazarlo mientras recuperaba su respiración. Shun le acunó en su pecho acariciando sus cabellos y besando su frente, y sus dedos terminaron rozando su rostro, en un delicado mimo.

Shaka le abrazó a su cuerpo, al tiempo de arrebatarlo del suelo en sus brazos y con sutileza llevarlo a su lecho y las piernas de Shun le rodearon la cintura, recostándolo en el lecho le aferra de su cadera, y sus manos siguen el trayecto de sus exquisitas extensiones, hasta que acomoda sus piernas, descansándolas a los costados de su cadera, y se une a él lentamente disfrutando de su acoplamiento, hasta que logran ser uno nuevamente, de manera pausada y profunda, sus dedos acariciaron su cadera en un masaje que imitaba sus movimientos, mientras le veía aferrarse a las sábanas gimiendo en cada empuje, hasta que asió su hombría despierta brindándole alivio con su mano que imitaba su vaivén, sus oídos gozaban de su nombre pronunciado en febril excitación, la suavidad de Andrómeda le volvía loco, así como le veía estremecerse, y sus piernas temblaron, su propio cuerpo se tensó en el instante que se liberó, un escalofrío recorrió su espalda haciendo que su cabeza se lanzará hacia atrás, y su esencia llenó las entrañas de su niño, como la de Shun impregnó los vientres de ambos, su cuerpo en una satisfactoria vibración, cae rendido en los brazos de su amado Andrómeda, quién le brinda su refugio aún con su agitada respiración, ambos quedaron en el lecho descansando uno en los brazos del otro.

“Mi Shaka”, apenas logró decir al cerrar sus párpados. La respiración acompasada de su niño le indica que se ha dormido acunado en su pecho, le ve con sus mejillas sonrosadas a causa de lo que hace unos minutos había ocurrido entre los dos, nunca se cansaría de él, ni Andrómeda de su cuerpo. Soltó el aire de sus pulmones al recordar el día en que el Patriarca, le encomendaba ir a Etiopía.

En secreto y en silencio te amaré.


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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeLun Sep 22, 2008 7:54 pm

Arriesgando en lo prohibido te amaré




Hace 18 años, que estoy a tu lado, pero para mi para ser haber sido ayer con casi catorce años de vivir al servicio de la diosa de la Guerra, desde mis cuatro años abandone mi casa en Rajastán, dónde era venerado y a mi pueblo, por cumplir con el pacto de mi familia con la casa de Zeus. Siempre sentado en mi altar con forma de loto, con mis ojos cerrados al mundo, estudiaba el ver más allá de lo evidente, con tal esfuerzo, siempre mi presencia causaba miedo y respeto,

Un día fui convocado como caballero dorado, así que al subir al Patriarca los aprendices como demás miembros de la Orden, se apartaban de mí cediéndome el paso.

Sentía los cálidos rayos del sol bañar mi piel, y la brisa refrescante del otoño, casi todos mis compañeros tenían ya sus alumnos, y se dedicaban a entrenarlos, sabía que Camus había sido enviado a Siberia, el anciano maestro permanecía en China entrenando a dos pequeños, por lo que sabía su amigo de infancia Mü, se fue a los Himalayas con un pequeño bebé lemurario al cual le encargaron de enseñarle las artes de su raza.

De Milo, Death y Afrodita, sabía que servían a las ordenes del maestro como sus ejecutores, al igual que un atormentado y depresivo Shura, al llegar a las puertas del salón principal de la Coalición Dorada, movilizó su mano empujando la enorme puerta, allí en el sitio se encontraba el líder de la orden con su rostro cubierto por una máscara. Ese hombre despedía un aura extraña, pero había mantenido el santuario lejos de conflictos ese tiempo así que para juicio esa era justicia verdadera. Se postró ante él, manteniendo su rostro bajo, se predispuso a escuchar.

Tanto Aioria, como tú son los más jóvenes de la Coalición pero también dos de sus más poderosos guerreros, he tenido reporte que en el campamento de los guerreros de Piscis y Virgo, ha surgido un joven nacido bajo tu estrella guardiana que sería perfecto para ser tu discípulo. ¿Un alumno? No me parecía la idea de solo pensar que tendría que enseñarle las artes secretas de mi casta, me fastidiaba, ahora viajar a una tierra desconocida como Etiopía tampoco me atraía.

Su Ilustrísima, ¿Quién está a cargo del campamento de Andrómeda? Le inquirí con desgano, tenía que saber con quién trataría estos años. El patriarca extendió hacia mí un pergamino, con su sello y me puse en pie para tomarlo. Entrega este salvoconducto al caballero de plata Cefeo. Me sorprendí, conocía a Albiore, uno de los guerreros más fuerte y sabio que existían. Entonces asentí, y al no tener nada más que tratar me dispuse a abandonar el Recinto.

Al tener el salvoconducto en mis manos, era que debía abandonar lo antes posible el Refugio y comenzar con mi misión, se me indicó que me llevaría en un velero, que sería como dos días de viaje, y estaría en mi destino. Aunque hubiese preferido usar mis dotes de caballero para llegar al lugar, pero solo, los ejecutores se les permitían esas comodidades. Las demás personas que habitaban los orbes de los dioses no podían saber de su existencia.

Se apresuró a despojarse de su armadura, y se vistió con uno de sus saris, y asió una de sus capas y cubriéndose con ella, se apresuro a bajar a los suburbios de Atenea, se envolvió en su manto, cuando llegó al puerto, allí les esperaban así que abordó por la rampa, que se movía a cada uno de sus pasos por el reventar de las olas, el mar estaba embravecido y le salpicaba en blancas espumas, sería un viaje tormentoso.

Por lo que soltó el aire con desanimo, sin pronunciar palabras con los tripulantes, se dirigió por la cubierta hasta las escaleras que le llevarían a su camarote, uno de los marinos, le guío en silencio nervioso de ver al alto joven envuelto en esa impresionante capa negra, su rostro estaba cubierto completamente por la sombra de la capucha, de él se decía que era el tesoro del cielo una divinidad al servicio de la diosa de la Guerra, le siguió hasta que se detuvo en una oxidada puerta, que rechinó al abrirse, este lugar no podía ser más lúgubre y desaseado, hizo una mueca de disgustó al ver como una enorme rata salió corriendo atravesando entre sus piernas, juraría que era su nido, se quitó la capucha, en búsqueda de algún interruptor con el cual prender la única bombilla que le brindó su luz amarilla, se lamentó por Camus y Mü que tuvieron que viajar en estas mismas condiciones, con horror vio el añejo y ennegrecido colchón que se encontraba en el suelo, no había ni un catre decente. De haber tenido sus ojos abiertos su acompañante hubiera leído su asco, con un disfraz de indiferencia se volvió hacia el mugriento joven que le observaba: Grumete, se puede retirar. Le expresó al momento que el joven salía de su hechizo al ver el hermoso rostro de ese joven de apenas 18 años, asintió casi como un sonámbulo y cerró la puerta en un horrible rechinar.

Casi de inmediato se llevó su mano a la boca para retener las bilis que luchaba por salir el solo tocar el suelo de camarote le daba asco, así que optó por hacer lo que mejor hacia, se concentró y colocándose en posición de loto levito lejos de la suciedad, como extrañaba su templo, el delicioso aroma de los sahumerios, el delicado brillo de los velones en destellantes llamas, la paz de su nirvana. ¿Podré ser un buen maestro? ¿Cómo podré enseñarle a un humano, los secretos de Brahman? Pero aún así puedo rechazarle como mi alumno, y éste viaje será un fiasco.

Realizó una meditación tan profunda, que podía traspasar toda la estructura del barco, y detalló su viaje en su visión, no hizo caso de las veces en que los tripulantes llamaban a su habitación indicándole los horarios de la comidas, sabía que le sería imposible ingerir nada. En su estado de vanidad, nada le afectaba, ni hambre ni sed, ni el calor ni el frío, su estado en una semiinconsciencia omnipresente, en que todo se le revelaba sin embargo también estudiaba los secretos del cosmos y sus dudas más existenciales desfilaban en eternas preguntas que no tenían contestación, el amor, el odio, la compasión, la crueldad, la felicidad y la tristeza que eran para él, más que vanos sentimientos, sin explicación, debilidades humanas. Lo que les hacía caer del Nirvana. El más perfecto y maravillosos de los mundos se dijo.

Como llamado hacia un lugar en específico, sintió un extraño cosmos que brillaba intensamente, pacífico y lleno de una sensación que no conocía que le hizo caer de su concentración hasta aterrizar en el sucio suelo, cercano dónde las ratas del barco se peleaban por los platos que le había dejado en el suelo. Por primera en vez en sus dieciocho años de vida, abre sus ojos sorprendido, como algún ser tendría tan efecto en él.

En lo falso y en lo cierto
con el corazón abierto


Se sonrió, al pegar su cuerpo más al de su amado, si me diste una bofetada ese día mi vida, la más grande que me habían dado, caí de mi Nirvana, a mi triste realidad, entre ratas y mugre, eso era al creerme que sobrepasaba cualquier sentimiento. Parpadeó al sentir aquella misma energía manar de nuevo del ser de Andrómeda, adormecido entre sus brazos, descubrió su delicado cuello, para besarlo al momento que sus dedos pasaban por sus cabellos, disfrutando de su suavidad y del intenso color esmeralda de los mismos. Su pequeño bebé que se refugiaba en ese amado cuerpo, destellaba su poder dándole a conocer su presencia.

Le acarició a través de su vientre, destellando la suya, era maravilloso, cada uno de sus pequeños, prolongaciones de su amor eterno inquebrantable, unido en seres que eran combinaciones de sus corazones, el reflejo de la unión de sus cuerpos, almas, sentimientos y voluntades. Sus zafiros detallaron cada parte del cuerpo que reposaba a su lado refugiado en su abrazo. Esa piel nácar sin marca alguna, Gaya se había encargado de borrar toda señal de su sacrificio, como si se tratase de un sueño desvío su mirada hacia su cuello, el lugar dónde la daga de Atropo, penetró su piel, en su ejecución, como único recuerdo un pequeño lunar que antes no esta allí, su dedo lo rozó suavemente y suspiró apegando su nariz allí cerró sus ojos, no quería recordar ese día, ni los siguientes, en verdad, Shun ese día conocí lo que era el verdadero dolor, y sufrimiento, la tristeza se adueñó de mi alma. Y la agarró a patadas, se puede decir que como tu cuerpo quedó mi alma era su reflejó. La noche que te velé esperando el milagro con nuestro hijo en brazos, ese día conocí lo quería decir la puerta de la desesperanza. Conocí la tumba más oscura del Tártaro. Con fuerza lo apretó contra su cuerpo para luego, aflojar su agarre al ver que se removió, dándose vuelta se acomoda en sus brazos descansando su cabeza contra su cuello y su cálida respiración le devolvió la vida que sentía perder en ese momento.

Un estremecimiento involuntario en su cuerpo le previno que estaba soñando, se sonrió descansó su cabeza en la suya, después de besar su frente le dejó que ahora el dulce perfume de su Andrómeda le llevará al Mundo de Morfeo, junto a él, que él latido de su corazón le adormeciera como a sus pequeños, esa suave y amorosa melodía que le brindaba toda su paz.

Sus pies descalzos, se hundían en la arena blanca de la playa en que entrenaba, frente suyo una mujer de cabellos de ébano y mirada plateada, le guiaba, envuelto en su aura podía desplegar su fuerza, la joven siempre le había acompañado desde su infancia el la llamaba su ángel de la guarda aunque el entrenamiento de Cefeo le guiaba en el uso de las cadenas, su guardiana siempre le traía consigo una espada con extrañas inscripciones en ella.

Con sus ojos cerrados la blandía en ese campo que le alejaba de todos, la toga de combate de la joven ondeaba bajo su poder, así como la suya también, ella le sonrió al momento de atacarle con furia y él le respondió de igual manera, Albiore, no le gustaba que usaran otro tipos de armas, pero Hécate que era el nombre de su acompañante decía que él había nacido para la blandir la espada, pero no para portar cadenas, que su destino no debía estar atado a un par hierros, símbolos de la esclavitud, más él siempre se sonría. Como yo un simple huérfano, enviado a servir de aprendiz de guerrero, por una influyente familia, podía ser libre.

La espada era perfecta, al blandirse destellaba su poder bajo el refulgente sol en el cenit, Hécate, siempre era muy hábil, y le cerraba posibles ataques, pero en igual danza de golpes el le fue aminorando, ese filo parecía tener una extensión de su poder, vivía de su cosmos como le había dicho, Albiore, con sus cadenas que eran extensiones de sus mismo brazos. La joven le empujó levemente hacia atrás hasta que logró derribarlo, cayendo de espaldas en la arena, ella se sentó en su vientre, y colocó el filo de su espada en su cuello. Ella respiraba agitadamente y con su voz entrecortada le indicó: Cada vez mi señor, es más hábil llegará el momento en que mi príncipe sea quién me enseñe esgrima a mí.

Entonces, aquel joven de cabellos de Fuego bajó de su trono en el firmamento para sentarse a mi lado en el momento que Hécate me deja de aprisionar para postrarse ante él. Siempre a esta hora del día detenía su paso para conversar, conmigo: Hoy has mejorado mucho, pequeño. Nuestro padre estaría orgulloso de verte, le hubiese encantado jugar contigo el mismo te habría entrenado con sus manos, soltó el aire de mis pulmones, para ponerme en pie y caminar hasta dónde las olas reventaban en blancas espumas: Helios siempre me has dicho que mi padre murió milenios antes asesinado, entonces como es que yo he nacido en esta época, según Iki mi hermano, nací de su misma madre.

Me hablas que Rea, es mi madre y mi padre Hiperión quién fue asesinado por Cronos, la verdad es una historia difícil de entender, si tan solo soy un simple humano, Helios volvió a negar suavemente, eres el orgullo nuestra familia, el incansables y temido…El señor del Inframundo concluyó el mismo Shun al sentir las espumas del mar acariciar sus pies desnudos y la corriente del mismo jalarlo con fuerza haciendo que la arena pasará por sus dedos arrullándolos. Helios se que tengo una misión que se ha encargado desde que mi hijo Hypnos me durmió según me has comentado, pero es poco lo que recuerdo de mi pasado, ni porque estoy con los Kido.

Aún no sé si son producto de mi imaginación, sus labios se curvaron en una triste sonrisa, hasta quedar postrado en la arena húmeda, el dios sol se encaminó hacia él, eres la oscuridad de la desolación que sintió mi padre en sus últimos momentos, por eso tu madre, bebió su sangre, convirtiéndote en señor de la muerte, tu naciste de su exterminio, y diste a luz a los gemelos de la expiración, Tánatos, quién haría dormir a cualquier humano, ahora representado en tu ala derecha, al tocar su espalda un ala de fuego surgió de ella llenando con su cosmos varios kilómetros alrededor y que ejecutaría el castigo a los dioses Hypnos el Sueño Eterno, capaz de aniquilar a los mismos dioses.

Es por ello que no despiertas totalmente aunque se te dio un nuevo cuerpo, le acarició el rostro, Hypnos no te deja hacerlo, desde el Inframundo te gobierna con la sed de venganza de la sangre de Hiperión, es el deseo de tu madre Rea, por acabar la crueldad de los intocables Olímpicos. Levantó su rostro y lo fijo en el precipicio en el borde del mismo una joven de cabellos dorados lo estaba llamando pestañeo varias veces tratando de incorporarse al hacerlo sus dos acompañantes desaparecieron, y la joven haciendo galas de su dote, acortó la distancia entre ellos saltando el risco con una gracia nata, se puso a la altura de Shun, y tomándolo de los hombros le puso en pie.

Te he dicho que no debes asolearte tanto, ni entrenar tan lejos del campamento te has sentido mal otra vez, le pediré al maestro que te deje descansar por hoy. Incorporándose desistió de la idea de su amiga, y se puso en marcha hacia dónde todos empezaban a reunirse,

Por su parte Shaka observaba con repudio aquellos animales que tenía enfrente de su rostro, sus zafiros siguieron un insecto que parecía un ratón recién nacido, que le causó un escalofrío al caminar por su mano, la cual sacudió encendiendo su cosmos, tan rápido como pudo se puso en pie y rodeado por su manto se escabulló de ese cuarto, en un paso ligero subió a cubierta, y ante sus ojos la isla de Andrómeda, reinaba en el paisaje.

Camino por la proa con impaciencia, apretujó su manto contra su cuerpo, sería si acaso unos minutos, pero sería de su alumno el cosmos que sintió, era realmente poderoso, tan grande como el suyo, la brisa marina traía un aroma particular que le llenó los sentidos no sabía porque aquella isla le traía paz, y le hacía sentirse nervioso, no habían terminado de atracar en el puerto cuando bajó del barco directo al muelle, por el momento solo los sirvientes del lugar iban y venían para recoger las provisiones que les enviaban desde el refugio, no se veía ninguno de los aspirantes a caballeros por el lugar, al identificarse con los guardas del Santuario designados a ese campamento le cedieron el paso inmediatamente. Se dice que ese campamento se encontraba en la parte más árida de Etiopía, según le comentaron le llevaría unas tres a pie llegar hasta dónde se encontraba el lider del campamento el legendario Caballero de Cefeo.


Última edición por goddesniquel el Lun Dic 28, 2009 1:34 pm, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeLun Sep 22, 2008 7:57 pm

Se dirigió por la vereda formada de empedrado, después de hidratarse y comer algo en el puesto de control, solicitó un recipiente con agua para el camino, en el lugares de limpieza de ese lugar se dio un baño para quitarse la suciedad, del barco y el mal aroma que se había impregnado en sus vestimentas. Se puso unas de las togas de combate, y se colocó su otro manto negro mandando a botar el otro, ya que juzgó que sería imposible volver lo a usar.

Se dispuso en camino, en un paso normal sabía que a estas horas estarían entrenando, y deseaba detectar ese cosmos que había interrumpido el suyo, fue solo momentáneo pero logró derribar todas sus defensas.

Como sobresaltado abre sus ojos de inmediato su bebé ha emitido un destello muy fuerte de su poder, casi como quemándole las entrañas, si apenas tenía dos meses y era capaz de ejercer tal fuerza, en definitivo era la fuerza de Hypnos, posó la mano en su vientre, aquel sueño del pasado de su conversación con Helios, sobre su primogénito en la mitología le había recordado una verdad tan enorme como el universo, ahora su primer vigor, por fin se engendraba en su vientre de nuevo, Hypnos en el pasado había nacido de un enfrentamiento con Zeus de su sangre nacieron estas dos criaturas, a las cuales amó como sus descendientes.

Acarició su vientre, Hypnos, mi pequeño niño, querías que te recordará por eso me hablabas a través de mis sueños, lentamente se incorpora del lecho después de acomodar a Shaka bajó las sábanas, para luego deslizarse del lecho, hasta colocar sus pies en el fría loza del mismo, sin hacer ruido se encaminó al baño, y dónde se aseo, y puso un sari negro con bordes dorados, se presentaría en el templo dónde Aquiles dirigía la ceremonia del día de hoy y ya listo salió de la habitación, se estremeció debido al cambio de clima abrazándose asimismo frotó sus brazos, así se dirigió al lugar de la audiencia.

Con sus delicadas krepis cubriéndole los pies salió por el jardín interno cruzando por la orillas, para no mojarse con la llovizna, al trotar por el húmedo piso sus pies salpicaban en los charcos mojándose sus vestiduras y como un niño pequeño disfrutaba con aquello, otro leve destello de sus entrañas le hizo sonreír con amor, al descansar sus dedos sobre ese lugar, llegó a la puerta de acceso y cambio su comportamiento a la compostura de siempre. El cántico solemne llegó a sus oídos los interminables mantras pronunciados en graves voces, que hacían un interminable eco en las paredes, al notar su presencia Aquiles abrió sus ojos, le vio frente suyo, con sus cabellos esmeraldas recogidos en una trenza gruesa que caía sobre su hombro, en su frente engalanada con una con diadema de esmeraldas, su sari de fina tela seda negra con bordados de oro, sus pies descalzos de acuerdo al rigor del templo, sus tobillos engalanados con dos hermosas tobilleras.

La vista que tuvo de su pequeño de pie en medio de un altar de loto hecho en oro macizo, demostrando su poderío, tan idéntico a su padre en su porte, podría decirse que estaba viendo a su querido Brahman dirigiendo la ceremonia se sonrió al encaminarse hacia él.

Los monjes al verlo bajaron su cabeza al suelo tocándolo con su frente mientras el Rey del mundo subterráneo caminaba entre ellos, hasta tomar su lugar al lado de su primogénito que se postra ante él en señal de respeto Shun se coloca a su altura para luego abrazarse a él, y el pequeño descansó en su abrazo amoroso. Tánatos, mi pequeño Tánatos. Besó sus mejillas, al instante que se sienta en su lugar atrayéndolo, a su regazo, levantó su vista hacia los monjes y éstos entendieron su deseo.

Acatando su mandato silencioso se pusieron en pie mientras abandonaban el recinto. Andrómeda le abrazó a su pecho besando sus cabellos, le susurró: Tánatos, Hypnos ha vuelto con nosotros, siente su poder mi pequeño, le llevó la mano a su vientre. Es momento de volver al Inframundo. Suspiró, debemos controlar los poderes de tu hermano, y enseñarle a controlarlos. Si no una nueva caída de los dioses se dará.

Por ser algo no perfecto, te amaré.


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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeLun Sep 22, 2008 11:08 pm

wuaaaa

shaka azotooo
la rataaa shaka huyee de la rataaaaaa no vaya a penzar que eres su papa!!!
n.n

mi posto snif... quiero mi postooooo

jaja hypnos malvado no dejas dormir yt les das sueños raros jaja
y que es eso de andar quemando a tu papi??
ten cuidado qeu la aclefaccion ayuda al calentamiento global jajajaja

pobre shuni era el que mas entrenaba snif... entrenaba para dos jaja
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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeSáb Nov 15, 2008 11:15 pm

CAPITULO 2 EL MENSAJE DEL OLIMPO

Te amaré, te amaré
Cómo no está permitido



La vereda que llevaba al campamento de Andrómeda, estaba cubierta por la sombra de varias palmeras, pero el calor característico de la isla sofocaba, aún bajo la magnánima sombra que las palmas ofrecían, no tardó mucho en recoger sus cabellos en una trenza, su rostro por lo general pálido, ahora lucía sonrosado por el acaloramiento de la caminata. Al encontrarse solo abrió sus párpados al momento de sentarse a descansar en la orilla del camino, sacó algo de agua de su termo.

Mientras se limpiaba el rostro con su manto, desvío su vista hacia el lado dónde la vereda se perdía a lo lejos se veía unas pequeñas poblaciones, lo que debía ser el campamento, dentro de poco la vegetación empezaba a escasear, los guerreros que salían de la Isla Andrómeda vivían en condiciones atmosféricas adversas, realmente era abrasador la forma en que Helios brindaba sus beneficios.

Con algo de resignación continuó con su camino, sin mucha prisa continúo con su marcha. Sería la primera vez que enseñaría sus artes a otra persona, ¿Pero esta criatura sería capaz de comprender los secretos de Brahman? ¿Él podría adaptarse a su alumno? Sentía temor de no llegar a entenderse con el adolescente que le sería asignado, ¡Adolescente! Se dijo. Yo mismo soy uno, se dijo, la verdad es que cumpliré con este viaje pero si no parece de inmediato rechazaré ser su maestro.

Era la primera vez que se sentía nervioso, y le era molesto, siempre se había mantenido alejado de ese tipo de sentimientos mortales, reprimiéndolas de su alma, sintió con su cosmos, las diferentes frecuencias ninguno mostraba ese algo extraordinario que caracterizaba a los guerreros de Virgo. Pero algo era verídico, el cosmos que logró perturbar el suyo se encontraba allí y eso le había despertado su curiosidad.

Al estar cercano al atardecer, sus pies pisaron terrenos del Santuario de nuevo ante sus ojos el lugar de entrenamiento de una de las armaduras mitológicas, la de la Princesa del Sacrificio, dormía en acunada en las aguas revoltosas del Poseidón en espera de su portador, por milenios, se decía que desde la Era Mitológica, nadie había podido cumplir con las demandas de la misma, quién se atrevía a ser aspirante a la misma tenía que pasar el rito del sacrificio, inspeccionó el campamento desde una pequeña colina, desde su ubicación podía ver como símbolo del mismo el templo de la Roca del Sacrificio. Aún portaba los símbolos de la Familia Poseidón orgullosamente, en su entrada, a pesar de que en este momento eran territorios de la diosa de la Sabiduría

Cerró sus párpados, no tardó mucho en ser alcanzado por los guardianes del campamento que le rodearon inquiriendo en su presencia, al volverse a ellos, notaron de inmediato que era uno de los doce caballeros postrándose ante él, con algo de fastidio, les indicó que debía llevarle con el líder del campamento. “Busco a Albiore de Cefeo. Por ordenes de su excelencia Arles.

De inmediato se pusieron en pie, sin mediar palabras, le guiaron entre las rústicas cabañas por el momento vacías al encontrarse los aspirantes a caballeros en sus entrenamientos diarios, se decían que Cefeo era muy estricto en cada disciplina a la vez que poseía un instinto paternal para cada uno de ellos.

Pronto llegó a la cabaña principal dónde se encontraba aquel caballero que por su rectitud, y habilidad desde los quince años le había entregado el mando de uno de los campamentos más grandes después del Partenón se podía decir el segundo de importancia, esto a que no podía optar por la armadura dorada de Tauro, ya que su portador Aldebarán todavía se encontraba con vida.

Albiore había sido un entrañable consejero y amigo, pero con el tiempo y la distancia, se había formado un pequeño abismo entre los dos, después de que lo enviaron a este lejano lugar la comunicación entre ambos decayó, ya que se dedicó a hacer crecer sus conocimientos sobre su milenaria alma, estudiándose y contemplando su propio ser interno, los demás le molestaban diciéndole su estado de vanidad, en que el solo importaba y nada a su alrededor. Aún con esos pensamientos en la cabeza, su mano se dirigió a la áspera puerta, curtida por las inclemencias del clima de la isla.

El lugar no tenía lujos de ningún tipo iluminado tenuemente por los últimos albores del día, encontró a quién buscaba, estudiando algunos papeles, levantó distraídamente su mirada hacia él y le sonrió con amabilidad, al momento de ponerse en pie y acortar la distancia entre los dos para abrazarlo cálidamente.

_Shaka de Virgo a que debemos la presencia de uno de los doce de la Coalición Dorada, en este campo de entrenamiento
._
_Albiore, amigo ¿tanto tiempo sin verte?_

Después de saludarlo y ofrecerle asiento, el mismo se sentó sobre su escritorio, y espero en silencio el porque enviaban a un caballero dorado a Etiopía, más del rango de Shaka, se puede decir que era el caballero al cual nunca dejarían salir del Santuario, el guardián del sexto templo.
__Su excelencia Arles, te envía esto__fue la respuesta que le dio su amigo, en el instante en que asía entre sus manos el rollo, inquirió en su rostro, vio algo de incomodidad en él, así que se apresuró a leer el contenido de la misiva a su persona.

_ Ya veo_ expresó incorporándose de su posición indolente, para devolverse hacia su lugar en el escritorio rebuscando entre los documentos, se creó una fría atmósfera entre los dos, Virgo de inmediato captó su incomodidad por su visita, ya no era él único molesto por esta situación si no también su antiguo condiscípulo. El mismo dictamino el motivo de su presencia sin demora, pensando que era lo mejor en esta situación, para traer un poco de calma a la situación,

–He venido por encargo de Su Santidad Arles por mi alumno, me han dicho que escoja en este campamento entre los aprendices a caballeros nacidos bajo el signo de virgo.

Albiore bajó su mirada preocupado, y Brahman observó inmediatamente a través de sus párpados cerrados el cambio en su fuerza cósmica. __Solo hay un aspirante que cumple con esas características__ le informó. Sacando de sus archivos, el perfil del aspirante se le entregó en las manos. Shaka asintió, saliendo de su oficina –le estudiaré primero, luego te aviso.

Cefeo se levantó de su asiento apoyando sus puños en su escritorio, le vio traspasar la puerta _ ¡Shun!_ murmuró entre dientes. Shaka era un caballero al que le enseñaron que los sentimientos no eran apreciados, que la vida estaba libre de ellos y su joven discípulo rebosaba de ellos, no podía unir dos polos tan opuestos. El tener aquel joven de ojos esmeraldas bajo su cuidado, le había alegrado los días, era un verdad una persona singular, demasiado filosófica en eso ambos iban concordar, preocupado, mordía su labio inferior perdido en esos pensamientos no fue advertido de la presencia del Brahman en la habitación, el caballero dorado al escuchar aquella angustia en su voz, se veía claramente que Albiore no deseaba cederle su discípulo le picó la curiosidad, aun con los datos personales, de ese muchacho en sus manos estudiaba la conducto de Cefeo, con detenimiento y arqueando una de sus cejas sutilmente, le inquirió:_-¿Dónde puedo encontrar a Shun? Preguntó deteniéndose en el marco de la puerta, esperando su respuesta.

_A esta hora, pues cercano a los alojamientos de aprendices.__ A lo que asintió, sin dejar de admirarse que el tranquilo Cefeo se había puesto nervioso al enterarse de su reacción, sin dar a entender que se había enterado de su reacción se volvió y continúo con su camino, perdiéndose justo cuando las sombras de la noche empezaba a cubrir esa tierra. Esta vez se dejaría guiar por el cosmos

Caminó algunos metros saliendo del campamento principal para irse adentrando en los campos de entrenamiento desde su ubicación en la pequeña colina que estaba las cabañas pudo vislumbrar algunas antorchas dónde los aprendices de caballeros pasaban la noche al parecer a causa de su entrenamiento.

Abrió sus ojos para contemplar mejor al que había nacido en su símbolo, la fotografía era de un niño de escasos cinco años, de una tez sonrosada y cabellos y ojos como hechos de las bondades de las esmeraldas, aquel dulce mirada de jade, parecía querer hechizarlo, a este momento sería un muchacho de escasos catorce años, vio varios jóvenes en grupos, pero ninguno con las características del chico del retrato.

Entonces podría estar en otro grupo, percibió con su cosmos, dónde podía localizar más alumnos acuartelado a lo largo de esas llanuras, que más allá de esta primera expedición , se encontraba un cosmos tan similar al que había abatido su concentración en el navío y otro que se movilizaba hacia ese lugar.

Le siguió guiado por la frecuencia de sus chacras, era una sensación maravillosa una frecuencia que solo había sentido en los recintos de la diosa de la Sabiduría a los pies de su enorme monumento en oro. Atraído como por el canto de las sirenas, fue bordeando la ladera sus pasos le llevaron por los caminos del cosmos hasta un pequeño oasis rodeado entre las inclementes dunas.

Aquel pequeño claro parecía que la misma Selena detenía su recorrido para contemplar lo que allí se escondía, al notar la segunda presencia como una sombra moverse entre la oscuridad de la noche, sus zafiros dejaron la protección de sus párpados para seguir con su vista él cosmos que se escabullía misteriosamente, reconociendo que era el de una joven rubia que corría con varios vendajes en su mano y equipo médico.

La siguió ocultando su presencia entre las sombras, hasta que se adelantó a su paso ayudado por sus habilidades de caballero dorado., estudió con cuidado aquel lugar, era una pequeña posa, rodeada de una exuberante vegetación que se perdía en el resto del terreno árido,

Estudió la situación con algo de curiosidad, la joven ocultaba su rostro según la tradición bajó el rigor de una máscara, parecía buscar a alguien ese lugar, podría ser su amante, pensó de primera impresión. Luego su atención se perdió en los rayos de la luna que se reflejaban directamente sobre la superficie del agua, que lucía de un deposito de plata líquida, En sí que esto ocurriera era un fenómeno extraordinario. Pero en instantes llegó a tener una vista cercana de la persona a quién buscaba.

Ese espejo que reflejaba la cara de la triste y bella Selene, empezó a deformarse en ondas, entonces sus sentidos percibieron, la presencia dentro de esa cuna de plata, las aguas del oasis comenzaron a hacerse turbulentas, conforme la impotente presencia de una hechicera marina emergía de ella, con sus cabellos esmeraldas adornados con lágrimas de plata, pequeñas perlas de agua se reflejaban en él. Bajo el hechizo de la diosa Selene, la etérea figura de la Reina de la noche, se irradió bajo los favores de la diosa que le bañó completamente con su luz, su corazón sin querer brincó en su pecho.

La hija de Hiperión sin importar los espectadores descendió en ese camino formado por su poderes hasta besar con amor la frente de que ser mágico. La joven al otro lado de oasis, ante la visión dejó caer las vendas de sus manos sorprendida. El ruido que rompió su coloquio con la luna, para localizar el intruso con sus esmeraldas, entonces la ve oculta cercana a los arbustos-

__ ¿June, que haces aquí?__inquirió con una dulce voz, la joven se vuelve en el momento que él sale del agua.

__He venido a curar tus heridas. ¿Cómo es posible que dejes que te golpeen así, amigo? El joven negó con su cabeza ante las quejas de su compañera. Iba a contestarle cuando un ruido a sus espaldas le hizo volverse entrecerrando sus ojos para obtener una mejor visión de que se hallaba merodeando por ahí.



Sin saber porque no le gustó que aquella niña tuviera vista del aquel ángel frente a sus zafiros, no era consciente que tenía sus ojos abiertos, sus piernas tomaron vida propia y le obligaron abandonar su escondite, en el momento que él joven abandona la superficie del agua completamente con su cuerpo desnudo.

__No deberían estar con los demás.__ Sus labios se movieron dejando mostrar su molestia, hacia la pareja que tenía enfrente suyo, __ ¿Tú eres Shun, verdad?__ El joven asintió nervioso y sonrojado, tratando de cubrir su cuerpo, buscó de manera desesperada su túnica en los alrededores, pero en la angustiosa situación, no le pudo hallar.

Shaka suspiró al ver su angustia, le buscó cubrir quitándose su manto que cubría su sari caminó hacia él extendiendo la elegante tela se la colocó sobre los hombros y le cubrió con el mismo, Sus zafiros parecían no querer abandonar esa visión enfrente suyo.

__ ¿Debería saber aprendiz de caballero femenino que no se les permite estar en el lado de los aspirantes varones? Esta vez pasaré por alto esta trasgresión.__ Le recordó con una frialdad en su voz, que hizo estremecer a la joven que inmediatamente abandonó el lugar en busca de Albiore su maestro. La siguió con sus zafiros, hasta que se perdió en la penumbra, aún con sus manos puestas en esos delicados hombros, sintió como el joven se estremeció con ese leve contacto, Brahman bajó su vista para encontrarse con un par de esmeraldas que le veía curioso.

__ Soy el caballero dorado Shaka de Virgo.__ Se presentó, sin apartar sus zafiros de esos dos luceros que le hechizaron, con delicadeza quitó de su rostro algunos cabellos despejándolo para luego sonreírle, en contestación obtuvo una tímida sonrisa estampada en un sonrosado rostro. Así que eras tú al que buscaba,

No sabía porque sentía que ese joven tenía un espíritu tan antiguo como el suyo, sus esmeraldas eran unos abismos sin fondo, aquel escrutinio duró varios minutos, su mano aún descansaba en su fría mejilla, disfrutando de ese contacto. Hasta que sintió como esa criatura temblaba ante la brisa de la noche. Y se cubría con más ahínco con la tela, que tampoco le ayudaba a calentarse al haberse humedecido con el exceso de agua de su cuerpo.

__ Es el clima, por la días dónde Helios reina en las alturas el calor, es sofocante, pero en el transcurrido de la diosa Selene, la temperatura baja de esta manera, pronto se acostumbrará a las condiciones de este campo. __ Le explicó al momento que se alejaba de él, tratando de ofenderlo, y se apresuró a buscar su túnica de entrenamiento, agacharse para tomarla del suelo, la observó con detenimiento estaba aún manchada con su sangre. Suspiró al contemplarla, y se cubrió con la misma.
__ ¿No me dijo para que me buscaba, caballero dorado? Inquirió suavemente__ Es extraño que un caballero de tan alto rango busque a un aprendiz de caballero de bronce.__

Esperando la respuesta se sentó en una roca cercana, asiendo entre sus manos una rama seca, aguardó en silencio. El mayor se sentó a su lado, sin saber que decir, cerró sus parpados, para calmar sus enloquecidos sentimientos. Asió con fuerza la foto del joven, que estaba a su lado.

__ Me dirás en que consiste tu entrenamiento__ fue lo único que se ocurrió en ese momento, no deseaba decirle que sería su maestro, por el momento deseaba observar más su carácter, porque veía no podía rechazarle así no más, Shun tenía algo que podía hacerlo candidato a la armadura de la virgen, y no podía negarlo fácilmente.

__Se me ha asignado para observe tu entrenamiento, y de una evaluación a una petición del Gran Maestro Arles, por lo que me quedaré un tiempo a tu lado. Seré una molestia este tiempo, porque me tendrás que dar alojamiento.__ No sabía porque pero sentía a gusto a su lado.


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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeSáb Nov 15, 2008 11:16 pm

El más joven se sonrió, pues esta viendo mi cabaña, de esto se trata mi entrenamiento, el mayor abrió sus ojos asombrado, para luego detenerlo en el rostro tranquilo de su interlocutor. __Mi cuerpo es algo delicado, expresó con pena. Si debo pasar el rito del sacrificio deberá soportar varias horas bajo la inclemencia del sol y la furia de las olas del mar, sin agua ni bebida alguna en ese momento debo mantener la cordura según me explicó mi maestro, porque será la única forma en que pueda sobrevivir y romper las cadenas de Poseidón, se sonrió suavemente, al ver que como le escuchaba el uno de los maestros de la orden, que apenas se veía unos años mayor que él, al igual que su querido maestro Albiore.

Pensó unos momentos si hacer el sacrificio le haría romper el sello que le adormecía los sentidos. Más bien debo, pedirle disculpas por lo humilde de mi morada. Estaré como dos meses en este lugar, al amanecer iré a mi entrenamiento en la playa,

__ ¡Vaya! __

El joven no esperó más el tiempo empezaba a enfriar rápidamente, si no querían morirse de frío toda la noche era la hora de hacer una pequeña fogata. Asió la rama entre sus manos, y se dirigió unos cuantos metros dentro del follaje y allí había guardado otras más, las colocó enfrente de la roca en estaban, además de cercarlas con algunas piedras del alrededor. Calma cuando hubo colocado todo en su lugar descansó su dedo índice en el centro de los leños, extendiendo un poco de sus cosmos encendió la fogata, sentándose a su lado abrazándose a sí mismo. Espero a calentarse unos minutos, siendo observado por su visitante.

A la luz de llama, pudo observar las heridas que resaltaban en la piel tan blanca como la nieve, se puso en pie, justo dónde se hallaba el maletín que la amazona había traído, sintió la mirada fija de sus esmeraldas siguiéndole con desconfianza en cada uno de sus movimientos, entonces, se devolvió, al lado del que debería considerar su discípulo y sacó algunos implementos y ungüentos, se dispuso a curarlo.

__En algo tiene razón la joven que te trajo esto, no deberías ser tan descuidado dejarte lastimar de esta manera.__ Mas Andrómeda no le contestó nada tan solo cerró sus ojos recostándose contra la piedra, en cierta manera le molestó su comentario, pero lo dejó terminar su labor. Le sonrió en agradecimiento, al momento que partía del oasis internándose en la oscuridad. Shaka no sabía que pensar, deseó seguirlo pero ¿Porque? ¿Una serie de dudas? Asaltaron su cabeza. Cuando la fuerza del cosmos que interrumpió su meditación destelló cercano.

Se apresuró a buscar a su dueño. Y lo que le vio le dejó anonadado, dentro de un enorme remolino formado por el espíritu del joven Andrómeda, se formó en la playa junto a la separación del mar, en embravecidas aguas arremolinadas. Aquel estallido, de energía en lugar de calmarse se descontrolaba más y pedazos de las rocas y la arena se levantaba a su alrededor golpeando el cuerpo en el centro del tornado. Hasta que una roca golpeó su cabeza haciéndole perder la conciencia.

_ ¡Shun! _ El grito de Shaka rasgó el silencio de esa noche, el mismo mutismo que se había generado entre los dos. Entonces comprendió que no había sido ningún caballero el que le había lastimado si no la fuerza descontrolada de su cosmos, el cual podía crecer hasta a frecuencia de un caballero dorado.

Entonces una sombra tras él le rebasó enrumbándose hacia el joven caballero, reconoció la presencia de Albiore. Cefeo tomó entre sus brazos a Andrómeda, y sus mirada del color del cielo se clavó en el rostro de Brahman denotando su enojo. __ ¿Que le dijiste? Porque se enojó, ¡Shaka, responde!

Este joven es la verdadera reencarnación de Andrómeda, la princesa del sacrificio, si sus sentimientos se descontrolan esto es lo que sucede.

_ ¿Andrómeda?__Repitieron sus labios. Al momento que su cuerpo es elevado por los aires por una fuerza extraña, y lentamente descendió hasta que sus ojos se abrieron, despertando sobresaltado, para encontrar que su amado Shun no estaba en sus brazos. Se incorporó envuelto en las sábanas del lecho, en el momento que llamaban a su puerta. Conociendo el cosmos que estaba tras ella, la abrió de inmediato. Allí frente a ella su pequeña Helena, con sus cabellos esmeraldas sobre su rostro y algo adormilaba venía en su búsqueda.

Sin tardanza alguna la tomó en sus brazos. __ Vamos a tomar un baño pequeña así te despiertas bien, y vamos a buscar a tu papi y a tu hermano, mi amor__


Te amaré, te amaré
cómo nunca se ha sabido
porque así lo he decidido
te amaré...



Las brillantes gemas de Aquiles, se perdieron en su rostro, asintiendo a su deseo aún con su mano en su vientre el cual acarició con una sonrisa en sus labios, llenó con su aroma sus sentidos, siempre le gustaba estar en su regazo en esa forma, disfrutando de su calor, el suave brillo de los velones en las paredes antiguas, parecían detenerse en el tiempo eternamente, débiles estelas de los inciensos inundaban la estancia con sus fragancias. Las manos cálidas de su papi descansaron en sus mejillas, para hacerlo levantar su rostro hacia él. Zeus tu tío, nos ha llamado a su presencia, para eso el Patriarca y los demás se fueron al Olimpo, pero creo que será necesaria nuestra presencia.

Paulatinamente el poder de Hypnos se desbordó en su resguardo, aún sobrepasando al de su papi, llegando al espíritu de su eterno acompañante Tánatos, el dios de la muerte emitió su poder alcanzando al cosmos de su hermano, lo que ocasionó una dulce sonrisa en los labios de su papi, quién se acomodó en los almohadones que se encontraban en el suelo, disfrutando de ese coloquio, entre los dioses del panteón griego.

Con Aquiles recostado en sus piernas, acariciaba sus cabellos del oro más fino, en un suave ritmo, el pequeño descansaba su mano en su vientre, el dios de la muerte le fascinaba el misterio de la vida, bajo el poder de su sangre hindú, Shiva, gozaba la búsqueda de esa iluminación. Cuando iba a nacer Helena, Aquiles y él pasaban horas en el templo en esa meditación, tratando de hacerle entender a su pequeño, la fuerza del nacimiento de una nueva vida, que se alimentaba de su poder y vida para luego convertirse en un nuevo ser. Justo la misma unión que el aún sentía con su papi, inquebrantable e irrompible.

Esa escena fue interrumpida al momento que la puerta del templo de Brahman se abría bruscamente y un torbellino de alegría pasaba por él, un joven de rebeldes cabellos azulados y ojos esmeralda corrió hasta ellos, perdiéndose en los brazos del mayor quién le recibió en su abrazo con delicadeza. Como tantas veces se escapa de sus padres, para ir a Rajastán dónde sus tíos y primos le esperaban.

__ Paris __ susurró al besar su frente con delicadeza. El más joven se volvió en sus brazos para abrazar a su primo en el proceso, besando su mejilla. __ No aguantaba un segundo más al lado de mis tíos, juró que moría de aburrimiento. Así que me adelanté a mis papás. Aunque mi papi ya debe de estar rabiando.__ Expresó sonriéndoles. La suave mano de su tío reposó en su mejilla, al momento que le acomodaba en su regazo descansando a los dos niños, hasta que unos brazos le rodearon bajo el calor de un cosmos ardiente, y Andrómeda se sonrió al sentir las poderosas alas del Fénix rodearlo con amor, así como los labios de su hermano mayor rozaban su hombro, descansando su rostro entre sus aromáticos cabellos.

__No hay manera que estemos lejos de ti, mi Ángel ¿Cómo te has sentido, pequeño? __ Tanto Aquiles como Paris se lanzaron a los brazos de Iki, quien los apretó contra sí, besando sus cabezas. Espero la respuesta de Andrómeda con una mirada de preocupación pues notó lo pálido de su semblante.

Guío su mano hacia esa faz amada, acariciándolo suavemente, le veía impaciente por su respuesta __ Algo agotado, el cosmos de tu sobrino, exige mucho de mi__ le respondió suavemente y algo sonrojado. A lo que Iki asintió: __ Y con muchos achaques, por lo que veo, estas más delgado. Que Aioros se quede con su hermano en estos momentos que yo me quedaré contigo, los niños se apartaron un poco al momento que Iki se aproximaba a la Princesa del Sacrificio para hacerlo descansar contra su pecho acariciándolo, y descansando su mano en su vientre, al momento que vuelve su vista a su primogénito.

__ Ni por educación te podías haber quedado un día más Paris.__ se quejó suavemente con una sonrisa en sus labios. __ Bueno la verdad es que era para morirse de la aburrición, pero tu padre se va a ofender, es poco el tiempo que estamos con tus tíos. Además pronto tendrás un primo, así que necesitarán de nosotros más tiempo allá. Pero tu padre se la ingeniará solo, porque no me moveré del lado de tu tío hasta que sienta mejor, como puede pensar que Hyoga ni Shaka te cuidarán bien, mira lo demacrado que estas, hablando de esto, dónde esta Virgo, que te ha dejado solo.


Sin embargo la presencia de Brahman se dejó sentir en suave perfume en sus brazos traía a la pequeña Helena que se recostaba en su hombro con sus manitas aferradas a sus cascadas de oro puro. Devolvió una sonrisa a su cuñado, al momento que depositaba en el suelo a su pequeña hija que corrió a los brazos de su papi. __ Nuestra princesa te buscaba__ le declaró al momento de acercarse a él se colocó a su altura, para tomarlo en brazos, y la pequeña Helena se aferró al cuello de su tío besando su mejilla __ en todo lo que ha dicho tu hermano, es lo que es verdad es que debes descansar para que retomes fuerzas, yo me encargaré de los niños, le expresó suavemente.

__Nada de encargarte de los niños, yo me hago cargo de ellos y tu de mi hermano, aunque me moleste, tu eres el único que le hace sentirse mejor__ se quejó haciendo un gesto de autoridad en su rostro, justo en el instante que se incorporaba con su pequeña sobrina en sus brazos, y con su cabeza le indicaba a los niños seguirlo. Paris de inmediato se puso en pie siguiendo los pasos de su papi no se atrevió a hacerlo enfadar, ya se había salvado de una buena reprimenda, a lo que Aquiles se sonrió, al seguir con la vista a su primo, soltó el aire de sus pulmones, para luego dirigirse a sus padres, besando la mejilla de Shaka que le abrazó suavemente contra si, para luego descansar en el pecho de su papi, cerrando los ojos en su suave enlace de sus cosmos.

_Papi, descansa, yo me haré cargo, de cualquier comunicado del Inframundo y prometo si es algo que no pueda resolver, les buscaré de inmediato, además mi hermano Hypnos, es caprichoso y desea tenerte cerca y comunicarse por medio de sus poderes.__


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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeSáb Nov 15, 2008 11:17 pm

__ ¿Hypnos? ___Inquirió suavemente Brahman, descansando una de sus manos sobre el vientre de Andrómeda sonriendo en el proceso, a lo que Shun asintió, resguardando su rostro entre sus manos, le acercó a sus labios, besándolo con dulzura y Shaka cerró sus ojos, dejándose llevar por las caricias de su esposo, que le hicieron aferrarlo con fuerza contra sí, acunando a dos de sus grandes amores entre sus brazos, mientras Aquiles observaba con una sonrisa en sus labios en espera de que le dieran permiso de retirarse, aún con la mano de su padre sosteniendo la suya y descansando en suave refugio de su papi. Más de mil veces ha sido testigo de ese gran amor y devoción de sus progenitores entre sí, lo cual no le era extraño para nada. Cuando se separan delicadamente entre pequeños roces, para que después los brazos de Andrómeda rodearan a su primogénito, sin dejar que se apartara de su lado.

___La conversación que tenía con Aquiles, nos incumbe a los tres Shaka__le aclaró suavemente sin soltar a su pequeño__ y aún no deseo ir a nuestra habitación, porque no damos un paseo, mientras Iki se encarga de Helena y Paris tendrá con quién jugar. La mano amorosa de Shun descansó en la mejilla de Tánatos, ahora les llevaré a un lugar en que nadie ha estado, es más profundo y distante que el nacimiento de la conciencia, es el lugar dónde lo que quedó del cuerpo mitológico de Hypnos descansa. Después de hacer esto, iremos a un lugar especial. Aquiles, mi niño amado, no cargues más de lo que tus hombros pueden.

Con la ayuda de Shaka se puso en pie, asiendo la mano de Aquiles___ Para eso he venido a interrumpir tus deberes diarios, y en espera que tu padre y tu hermana despertaran. Este día será para nosotros tres, ahora que Iki ha regresado con Paris, la atención de Helena se centrará en ellos.

__ Ahora ve a cambiarte, que saldremos en pocos minutos__ le sonrió Shaka al expresarle su voluntad, al momento que alzaba a Andrómeda en sus brazos, las esmeraldas de Aquiles se iluminaron con el mismo brillo que caracterizaba a las de su papi. Fue segundos en que el mayor de sus hijos se apresuró a cumplir sus órdenes, y Andrómeda descansaba su cabeza en su hombro. Cerrando sus ojos su mente voló milenios atrás. Como un pequeño sopor su voluntad cayó presa de un nuevo sueño.

Lentamente la bruma que cegaba sus ojos se desvanecía, dando lugar a una brillante luz, su cuerpo si apenas lo podía mover, sentía pegar en su rostro la humedad del terreno, y el llanto unísono de dos criaturas, le hacían esforzarse por acostumbrarse sus retinas a esa molesta iluminación, lentamente pudo enfocar dos bebés idénticos con sus cabellos y ojos como su único distintivo, uno de cabellos como finos hilos de plata y el otro del oro más fino. Estiró su mano lo más que pudo, entonces sintió la horrible punzada en su abdomen, instintivamente llevó su mano a esa zona, y esta se bañó con su sangre, Jadeó al sentir ese dolor lacerante de la herida al ser tocada.

Entonces sus ojos se posaron en una anciana que le veía con sus ojos sabios, aguardando sentada enfrente de él, sostenida de tan solo un bastón deforme cortado abruptamente de la rama de un árbol.

“Los milenios todavía no pasan, mi príncipe Hades, y tu voluntad ha traído los cuerpos que no tienen padre, porque aún no te has unido a tu amado. Los gemelos de la muerte, le podrías llamar, vivirán de tu poder y fuerza hasta que su padre les reengendre en tu cuerpo. Ambos las alas de la Destrucción. El Sueño Eterno de los dioses, en su caída, cruel y su juicio irrefutable, el castigo del orgullo de la raza de Cronos, y la muerte, que descansa las miserias de la humanidad. Ambos son tus vástagos, tus hijos nacidos del amor que espera tu corazón.” Esa profunda voz, le martilló los oídos así como sus lágrimas resbalaron silenciosamente por su faz, Al tomar entre sus brazos al más cercano, y robusto niño de ojos dorados, cabellos de brillante oro: Mi Hypnos, mi adorado niño. La anciana le acercó el otro varón de dulces ojos plateados, que sonrió al ser tomado en sus brazos. Tánatos, el de la hermosa sonrisa.

Shaka suspiró lentamente al sentarse en el lecho con Shun en sus brazos, con sus dedos, apartó algunos mechones rebeldes que le cubrían su rostro, con suavidad pasó esas extensiones por su rostro lozana, disfrutando de su frescura. Hasta logró que sus labios se curvaran elegantemente, iluminando su rostro. __ ¡Mi Hypnos!__ Susurro suavemente, recostándose más contra el pecho suave, Brahman le acariciaba el vientre con amor. Andrómeda se movió a besar su cuello.__Acabo de soñar cuando le tuve en mis brazos por primera vez, cuando sentí su calor suave contra mi cuerpo y me regocijé con la sonrisa de Tánatos, nuestro bebé.

Hypnos, nuestro hijo, crece en mi vientre, pero sin embargo quiere hablar con nosotros en cada momento, te conoce por medio de tus sueños, nos enseña hechos pasados, pero es lo que aprende de nosotros. El dios del Sueño Eterno, es un niño peculiar, diría que se parece a su padre, no deja sentir sus sentimientos hasta que haya analizado todas las cosas, con detenimiento. Ahora te conoce por medio de mis sueños.

Brahman le acalló besando sus labios con delicadeza, para luego sentir aquel cosmos que le saludaba, contra su mano, sonriendo le recostó en el lecho, con una mirada traviesa abrió sus túnicas, para descubrir su vientre, pasó sus dedos suavemente por la piel tersa y lozana, causándole cosquillas a Shun que no podía contener su risa suave, hasta que la mano libre de Shaka se entrelazó con la suya ambos colocaron sus manos sobre el resguardo de su hijo, y los labios de Virgo recorrieron toda esa extensión dibujando su vientre con ellos,

Andrómeda disfrutó de ese suave mimo soltando el aire de sus pulmones lentamente. _Mi bebé más pequeño, mi querido y esperado Hypnos, has querido hablar con tu padre dos veces el día de hoy, he pequeño. Llámame por medio de tu cosmos las veces que quieras y yo acudiré a ti, de la misma forma, tu papi y yo estaremos siempre velando por tus necesidades, al igual que las de Tánatos y Kali, tu otra hermana. Ya la conocerás es un pequeño terremoto, pero creo que ya le hablas en sus sueños. __ El cálido aliento de Virgo rozaba su tez, instante que se abrazó a su vientre descansando su cabeza allí con cuidado, mientras conversaba con Hypnos, el carácter desconfiado del dios del Sueño Eterno se rindió al suave coloquio rodeándolo con los dos con su fuerza sincronizada en la misma frecuencia que la de Hades, y la Brahman,

Al rato según el mandato de sus padres, Aquiles, llamaba a la puerta de su recinto, esperando su permiso para ingresar a la habitación, el mismo Shaka le dio su venia para que lo hiciera, el joven ya listo para partir se alegró al ver la tierna escena por demás familiar de cómo sus padres se mimaban el uno al otro, y ésta vez se comunicaban con su hermano menor, Andrómeda le instó acercarse.

Se subió al lecho recostándose en el pecho cálido de su papi escuchando sus latidos, y su respiración mientras Andrómeda jugaba con sus cabellos de oro fino, enredando mechones de sus cabellos, entre sus dedos. Para Brahman, decidió que el tiempo debía detenerse en ese momento solo faltaba su pequeña Helena para que la escena fuera completamente perfecta, justo cuando besó la frente de Aquiles, un destello suave iluminó la habitación y ante ellos, Ecels, apareció escoltada de Kiki, el joven caballero del Bronce del Unicornio, postrados al frente de ambos, la mirada esmeralda de Shun se posó en los dos jóvenes y los alegres ojos violetas de la hija de Shion le reflejaron.

Los dos lemurarios, se pusieron en pie, al momento que Aquiles lo hacía también y se encaminaba a los recién llegados para recoger el pergamino que la niña le extendía, tomándolo en su mano rompió el sello para abrirlo y leyó su contenido para volverse a sus padres, con una mirada llena de seriedad, en sus esmeraldas, Andrómeda aun resguardado en los brazos de Brahman se incorporó observando a los niños presentes, por un momento notó el nerviosismo en la pequeña quién nerviosa movilizaba su pie derecho en espera de ordenes y los ansiosas retinas del color de la lima de Kiki, le reflejaban con un velo de preocupación, suspiró, al llevar su mano a su barbilla. Pensando en lo que haría. Fue Brahman el primero de los dos en reaccionar, después de besar su frente asió la mano que descansaba en su barbilla.

__No te inquietes, amor. Haremos lo que estaba planeado para hoy y se dirigió a su hijo aferrando en su mano el pergamino leyó su contenido, negando con su cabeza, besó la cabeza de Aquiles.

__Dile, a mi cuñado, que iremos cuando nos sea posible, lo que nos tiene que decir puede esperar, que te estamos concientes de la identidad de nuestro hijo. Ecels dile a tu padre que se regrese de inmediato, los próximos en ir seremos nosotros. Kiki cuida de esta pequeña bien, entiendes.

Desvío sus zafiros a las esmeraldas de su esposo, al momento de abrazar a Aquiles a su cuerpo, sonriéndole le tendió la mano, creo que hoy tenemos un día para nosotros tres. ¿No es cierto?

Por ponerte algún ejemplo te diré
que aunque tengas manos frías te amaré
con tu mala ortografía
y tu no saber perder
con defectos y manías, te amaré


Última edición por goddesniquel el Lun Dic 28, 2009 1:42 pm, editado 3 veces
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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitimeDom Nov 16, 2008 9:03 pm

mioo mioo miooo


wuaaaaa

snif... godessss te extrañoooo

y regaña a hator me ve sufriendo por no poder entrar y no me dice del cambio de direccion buaaaa
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MensajeTema: Re: Remembranzas del Amor Capítulo 2   Remembranzas del Amor Capítulo 2 I_icon_minitime

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Remembranzas del Amor Capítulo 2
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