Melody of Love
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 Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*

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alandra_luavel_andromeda
Persefone
alandra_luavel_andromeda


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MensajeTema: Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*   Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor* I_icon_minitimeLun Abr 13, 2009 6:22 pm

Bueno pues este fue mi primer fic alrgo cuando aun no em habia metido en el mundo yaoi.
Lo dejo aqui pra que lo leais y entendais hasta que punto Shun es mi caballero predilecto y siento amor por Hyoga un caballero que tambien quise mucho de niña y que ademas por casualidadesd e la vida es el favorito de mi novio.

Espero que os guste y que perdoneis esos fallos de estilo que se que existen, podria reescribirlo pero entonces perderia su gracia porque ya no seria ese fic que hice cuando no sabia, si no uno totalemnte nuevo y este fic a su maner me sigue gustand.

Gracias por leer
ALANDRA

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Eramos 3
by Alandra_Andromeda
1. Un encuentro inesperado

El joven ruso de cabellos rubios inicia su recogida, después de pasar toda la tarde fuera de casa. Desde que su mejor amigo se había marchado apenas si pasaba tiempo allí y si Saori no necesitara tener a alguien cerca el tampoco estaría allí, pero, Seiya estaba de viaje en Grecia para hablar con Seika y Marin, Shiryu estaba a caballo entre Los Cinco Picos y la Mansión Kido, Ikki como siempre iba y venia sin dar explicaciones y Shun, bueno el simplemente había salido en busca de algo, mejor dicho alguien que ni siquiera sabia quien era.

Hyoga va pensando en como hecha de menos a su querido amigo Shun, como desearía tener noticias suyas, pero por algún motivo parece como desaparecido. Camina por la calle cerca del puerto cuando un débil llanto capta su atención. De detrás de una caja hay una joven con todas las ropas rasgadas, dejando al descubierto una nívea piel, surcada por infinidad de moratones y golpes, la joven se arrastra en un intento de llegar hasta la orilla mientas un rastro de sangre va quedando por donde se arrastra.

-¿Qué demonios pretende?- Piensa impresionado e inmovilizado por la escena.

De repente ve como la joven se arroja al agua, y movido como un resorte se lanza hacia la orilla del puerto para cogerla antes de que se hunda y volverla a poner en tierra.

- ¿Qué querías hacer?- Pregunta el joven alarmado por lo que acaba de ver.- ¿Qué buscabas en el mar?
- La muerte.- Se oye una tenue voz sin matiz, antes de que la joven caiga desvanecida.

Con mucho cuidado la toma en brazos decidido a llevársela con él, cuando por fin llegan a una zona iluminada baja su mirada para ver a la joven que acaba de salvar de la muerte y lo que ve le deja helado. Una hermosa melena verde con pequeñas ondas enmarcan una cara de sobra conocida para el muchacho.

- ¡Dios mío! Eres exactamente igual que Shun.- Dice sorprendido.- Sois como dos gotas de agua.

Con celeridad pero también con infinita delicadeza y ternura camia lo mas deprisa que puede y llega enseguida a la mansión de los Kido. Al llegar decide llamar a la puerta para que le abran, puesto que no puede alcanzar las llaves, Shiryu abre la puerta y se lleva un susto.

- Hyoga, ¿No llevabas llaves?- Fijándose en lo que su amigo porta en brazos.- ¡Shun!
- Fíjate bien Shiryu.- Le pide el Cisne.
- P-pero si es una chica.- Dice el Caballero del Dragón muy sorprendido.- Es... Idéntica.

Saori e Ikki salen al oír pronunciar de forma tan alarmante el nombre de Shun.

- ¡Shun!- Grita la diosa.
- ¡Hermano!- Se acerca Ikki enfureciéndose.
- Fijaos bien.- Advierte al pobre Shiryu.

Ambos obedecen y se quedan petrificados al ver que lo que el rubio lleva en sus brazos es en realidad una mujer y muy malherida, de forma muy rápida la Diosa dispuso un cuarto para la joven y llamo a un medico para que la atendiera.

- No puedo creer que yo también me haya confundido.- Piensa Ikki consternado.- Pero son tan idénticos, tan parecidos.

Al cabo de un rato el medico llega y hace un primer examen de la joven, mientras esto ocurre el muchacho de hermosos ojos azules y mechones rubios, no se mueve de la puerta, esperando aunque no sabe que. Por fin el medico sale a dar el parte que resulta ser desgarrador.

- Esa joven... no creo que se recupere nunca, puede que las herida se curen, los moratones desaparezcan, pero el daño moral no se lo quitara nadie. Creo que lo mejor que pueden hacer es internarla en un hospital.
- ¿Qué no se recuperara nunca? ¿Internarla en un hospital?- Cada frase parece mas horripilante a la mente del rubio.- ¿Por Dios que le han hecho a esa criatura?
- ¿Qué le han hecho?- Pregunta Saori haciéndose eco de los pensamientos de Hyoga.
- La han golpeado con saña y violado con violencia, en verdad es triste pero, dudo que vuelva del shock que le ha supuesto esta experiencia.
- ¿Podemos verla?- Pregunta tímidamente el rubio.
- Puedes,- dice el medico.- Pero no te dirá nada esta ida, ahora no es mas que un cuerpo vacío, no parece sentir nada.

Saori acompaña al medico a la puerta de la casa, mientras Hyoga se desliza hasta el interior del cuarto, pero apenas pasa de la puerta al ver a la joven de tan gran parecido con su amigo, herida y con la vista en perdida en algún punto infinito. Una sensación de ahogo le pide a gritos que salga de ese cuarto. Cuando él ha salido otra figura se cuela en el cuarto, con una mirada extrañamente cálida en él, mira a la joven sentada en la cama y totalmente perdida en dios sabe que.

- Eres igual que mi hermano menor.- Comienza ha hablarle como si pudiera escucharle.- Tienes la misma cara que tubo mi hermano cuando algo lo maligno lo estuvo poseyendo, pero él fue fuerte y volvió con nosotros. Si eres como él seguro que tu también vuelves.

Sin mas sale del cuarto mirando por ultima vez aquella cara tan igual a la de su hermano con esos ojos verdes sin luz, apagados, como cuando Shun fue victima de Hades.
Al cabo de tres días, en los que la joven permaneció igual, Saori llama a Ikki a su despacho con una aptitud muy seria.
Mientras Hyoga pasa parte del día viendo a la joven de la que solo sabe su nombre: Kaisui. El le cuenta cosas alegres, aun no sabe porque lo hace, supone que porque cada vez que la mira ve a Shun y nunca le gusto ver a su tierno amigo dolido o triste y siempre trato de animarlo y ella... Bueno ella es su vivo retrato. Un grito hace que baje corriendo las escaleras Ikki estaba realmente furioso.

- ¡Lo matare! ¡Iré al infierno que es donde debe estar y deseara que yo no pueda entrar allí!- Gritaba Ikki fuera de si.- ¡Me la jugo dos veces! ¡Lo odio! ¡Y me la pagara!

Saori miraba aterrada, Shiryu no entendía nada e Ikki seguía lanzando improperios dirigidos a la persona de Mitshumasa Kido, mientras que volteaba una pequeña carpeta de cartulina amarilla con un expediente. Hyoga suponiendo que eso era lo que haba hecho estallar al Fénix, lo cogió y comenzó a leerla al mismo tiempo que adquiría un color mas blanco que el nevado suelo siberiano.

- Nombre: Shun Kido; F. De Nacimiento: 9 de Septiembre; Hora: 01:19; G. Sanguíneo: A; - Leyó Hyoga los datos- incluidos los datos de los padres y paso la hoja dando con otra lista de datos.- Nombre: Kaisui Kido; F. De Nacimiento: 9 de Septiembre; Hora: 01:25; G. Sanguíneo: A.

Todo normal como nota curiosa ambos habían nacido en mismo día, y solo con unos minutos de diferencia entre si, pero al seguir con los datos de los padres algo llamo poderosamente la atención del ruso.

- ¡No puede ser!- Piensa mirando los dos informes de manera simultanea.- Los nombres de ambas madres coinciden, eso quiere que... ¡Que Kaisui es hermana gemela de Shun!

Por un momento creyó sentir el dolor del Fénix, no solo Shun estaba desaparecido impidiendo toda comunicación, sino que ahora descubría que durante todo el tiempo que protegió a su hermano como su única familia, estaba descuidando una parte de la que nunca supo nada. Ikki estaba mal, aunque desde luego alguien tan terco y autosuficiente jamás lo reconocería, pero desde que su niño no estaba se había vuelto mas reservado, encima ahora estaba furioso por el nuevo descubrimiento, una hermana, hermana que además acaba de sufrir algo horrible, algo que todos sabían el instinto protector del Fénix jamás se perdonaría.

Los pasos del ruso resuenan en las escaleras, con cierta prisa quiere asegurarse que la chica este bien, que los gritos no le hayan perturbado. Los últimos escalones los sube de dos en dos y llega al cuarto de invitados... Ella sigue igual. Mas calmado entra en su propio cuarto y recoge un par de cosas y se las lleva al cuarto de la joven. Con calma y gestos dulces entra en el cuarto, una mirada sin luz y una cara sin sentimientos se posan en él y lo siguen hasta una butaca cercana a la cama. Con mucha delicadeza el joven ofrece un pingüino de peluche a la joven que lo toma y estrecha contra su pecho, un destello cruza sus ojos.

- Gr-gracias Hyoga- Pronuncia una voz nunca antes oída en la casa.

El pobre muchacho se queda de piedra, parece que después de todo ella si estaba escuchando estos días anteriores cuando le hablaba.

- ¿Hoy también me leerás?- Pregunta una voz con algo más de matiz.
- Todo lo que quieras.- responde el rubio de ojos glaciales.

Se siente como si acabara de despertar de una pesadilla, aun puede sentir a ese... ese Monstruo. Pegándole y vejándole, destrozando con cada sacudida no solo su cuerpo sino también su alma. Aun puede recordar a ese ser de ojos grises y mirada sádica sobre ella, forzando su cuerpo al mismo tiempo que le repetía aquella hiriente frase.

- Ya no eres mas que basura, he destrozado todo lo puro que había en ti.- La voz sonaba excitada por el dolor que provocaba.- ¡Jamás podrás volver a serle útil! La muerte será mucho mas dulce.

Recuerda que aquel momento le pareció una eternidad y que debido a la fuerza de su agresor se creyó morir mas de una vez, recuerda a ese ser saboreando la sangre que derramaba pos su múltiples heridas mientras que culminaba su maléfico acto ensuciando el interior de su cuerpo con su esencia de perfidia. Al cabo de unos minutos de tristes llantos decidió que la muerte era mejor que semejante impureza, y por ello uso sus ultimas fuerzas en llegar hasta la orilla del puerto y tirarse al mar.

- ¡Ya no querrá verme! ¡Ni podré ayudarlos!- pensaba mientras caía.- ¡Ya no soy nadie para merecer una vida, mi misión con los dioses se acabo!

Lo único que recuerda de después es que no llego al agua y tras pedir la muerte a su salvador todo se volvió negro, despertando en esa cama y con su salvador, un joven rubio al lado. Hyoga, él intentaba que volviera a vivir, él y el otro chico ¿cómo se llamaba? lo había oído, era un nombre muy bonito... Ikki, si ese es el nombre que buscaba, y tenia un hermano que había sido dominado por algo maligno, algo poderoso pero que al final había desaparecido. Vuelve su mirada al joven rubio y le tiende algo, un peluche, un bonito muñeco con forma de pingüino, al mismo tiempo puede sentir un cosmos frío en el ataque y cálido en la paz, el cosmos de un guerrero. Y no le es totalmente desconocido.

- Gr-gracias Hyoga.- Se atreve a decir intentando romper la pesadilla donde se ha sumido.- ¿Hoy también me leerás?
- Todo lo que quieras.- Responde con una calidez extrema a pesar de tener dos trozos de hielo por ojos.

Ikki se ha calmado, después de destrozar un poco el comedor principal de la casa, y de que Shiryu le hiciera entrar en razón con una “caricia” en su cara. Ahora esta sentado junto con su diosa y su camarada tomando algo para relajar los ánimos.
Una risa pura y desconocida en la casa se oye desde el piso de arriba, al cabo de unos minutos otra bien conocida por los presentes se suma a la dulce y melódica. Como una estampida con Ikki a la cabeza todos suben por las escaleras. La escena en la puerta no puede ser mas esperanzada, Hyoga hace el tonto con el pingüino mientras la joven a comenzado a reír. Al verse sorprendidos ambos miran a al puerta, donde tres personas se encuentra apelotonadas, sorprendidas por la sonrisa luminosa que la joven les acaba de dirigir.

- Ahora si que eres idéntica a Shun, hermana.- Piensa Ikki.- ¡Ojalá pudiera teneros a los dos!

La voz del ruso que se acerca a la puerta saca a al joven de pelo azul de su ensoñación.

- Si nos disculpan,- dice cerrando la puerta.- esto es una reunión privada.

Con una sonrisa Hyoga se queda a solas con la joven, mientras Ikki piensa en dejarla ser feliz un rato mas y luego entrar.

- Por ahora te dejo estar con ella, pero no te acostumbres.- Piensa mientras baja las escaleras, camino de la sala de estar.

Fin del capitulo 1
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Proximo capitulo: 2. Volvemos a unirnos


Última edición por alandra_luavel_andromeda el Jue Ago 06, 2009 6:05 am, editado 2 veces
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MensajeTema: Re: Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*   Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor* I_icon_minitimeMar Abr 28, 2009 7:05 pm

Eramos 3
by Alandra_Andromeda
2. Volvemos a unirnos


Han pasado unas semanas desde que alguien llego a la Mansión Kido, alguien que sin saber todavía cual es su papel en lo que esta por venir, ya ha conocido el sufrimiento y al enemigo.

Hyoga esta contento ha conseguido, con un poco de ayuda de Ikki, que la joven quiera salir al jardín exterior. Él la mira, y la ve conversar con el joven de cabellos azules, esta feliz porque ha encontrado a uno de sus hermanos, parece sobreponerse a su desgracia con una voluntad propia de su estimado amigo, ¿Dónde estará? Debería estar aquí con sus hermanos, con ella. Seguro que él si la animaría y consolaría mucho mejor que ellos dos.

- Shun parece tener un tacto único para los sentimientos,- piensa.- debería estar aquí seria mas fácil para todos.

Casi no recordaba el calor del sol, pero ahora esta contenta por haber salido al jardín. Reconoce que no abría bajado si Hyoga no la hubiese arrastrado desde su cuarto, el lugar oscuro donde intentaba digerir el dolor para volver a levantarse y volver a la vida que un ángel rubio le ha otorgado. Por suerte para ella siempre había uno de los dos cerca, vale a primera vista ninguno de los dos se puede considerar el mejor amigo del otro, pero hay algo que los une y no solo a ellos dos si no que eso es extensible al resto de la casa.

- Nii-san ¿Dónde esta Pato?- pregunta al ver que le faltaba algo en las manos.
- ¿Pato? ¡Ah! Si ese pingüino de peluche.- Piensa donde lo ha visto por ultima vez.

Hyoga se levanta de su silla y entra en la mansión al poco sale con el peluche en las manos, y otro peluche mas una rosa roja.

- Perdóname,- dice tendiéndole el peluche.- se mojo y lo metí en la secadora. Y esto es por haberte mojado a Pato.

Tiende el otro peluche que ella coge con una sonrisa que le llega al alma, un gesto tan dulce, puro y luminoso que solo se creería posible en el alma mas pura. Ikki por su parte mira con una cara entre odio y gracias, tan característica de él.

- Gracias, Hyoga.- su voz parece acariciar con mimo cada letra del nombre del joven.- Eres demasiado bueno conmigo.
- Y tu demasiado dulce para lo que has sufrido.- Piensa mientras mira las preciosas gemas verdes de chica.

Un segundo, solo un mísero segundo pero esas esmeraldas que empiezan a recobrar su brillo, se cruzan y se pierden en los zafiros glaciares que tienen enfrente, mientras que esos azules ojos devoran con intensidad y dulzura los verdes luceros que tienen enfrente. Durante un segundo, un insuficiente segundo las palabras se sustituyen por un lenguaje mas sincero, la mirada.
Ikki carraspea, haciendo notar su presencia, evitando cualquier otro contacto visual entre su recién recuperada hermana y su salvador.

- Creo deberíamos pasear un poco,- le sugiere el joven de cabello azul a la joven.- llevabas mucho tiempo encerrada, tienes que moverte.

Una persona irrumpe en el jardín junto con Saori, un muchacho de cabellos color café y ojos llenos de esperanza. Su mirada se posa sobre cada uno de los presentes, todos son caras conocidas sus hermanos de armas y sinembargo hay algo que no es como debería, algo que le llama poderosamente la atención. Mira la escena que tenían cuando entro, Hyoga esta igual que siempre, misma ropa misma cara el no es el que le resulta extraño. ¿Ikki? No él también esta igual que siempre, la misma aptitud de chico duro y hermano mayor, el rostro serio y su parada con los brazos cruzados y las piernas abiertas. Seiya se fijo entonces en el tercer miembro del grupo, tal y como lo recuerda cabellos verdes, mas largos de lo que cree recordar, ojos verdes, piel clara, y un vestido blanco como los de Saori. ¿Vestido? ¿Desde cuando Shun llevaba vestidos? Seiya se fija mas en esa figura es idéntica a su amigo, la misma cara y la misma dulzura que demuestra cruzando el peluche sobre sus pechos. ¿Pechos? Definitivamente Shun nuca ha tenido eso, puede que si su armadura pero el joven no.

- ¿Shun?- Se atreve a preguntar sin siquiera saludar.
- Tu debes ser Seiya,- hace una pequeña inclinación.- encantada de conocerte.

Ahora si que Seiya no sabe que hacer, la misma sonrisa franca de Shun la misma cara, pero ella no era Shun entonces...

- ¿No piensas saludar a mi hermana?- Pregunta Ikki con cierta amenaza en la voz.
- ¡¿Hermana?!- Seiya apenas puede mantener la boca cerrada, ¿Que se ha perdido en estos meses que ha pasado con su hermana y su maestra? Con mucho esfuerzo logra volver a articular palabra.- Mucho gusto, me llamo Seiya.
- Yo soy Kaisui Kido, es un placer conocer al mítico Pegaso.
- ¡Vamos! La llegada de Seiya no te librara del paseo, te vendrá bien andar.- Ordena Ikki con su tono de hermano mayor que tantas veces ha usado con Shun.

Ambos jóvenes se marchan por uno de los caminos del jardín, seguidos por la mirada de un Cisne que sigue embobado cada uno de los movimientos de esa graciosa figura de largo cabello verde. Shiryu y Saori arrastran a Seiya hasta el interior para ponerlo al corriente de todo lo que ha pasado. Mientras que Hyoga se queda allí solo plantado en una silla mirando el camino por que aquel ondeante vestido ha desaparecido junto con aquel cuerpo que lo vestía.

A la hora de la cena todos se reúnen en torno a la misma mesa, lugar donde Seiya explica el hecho que lo ha retenido mas tiempo del que iba a necesitar, asesinatos en las afueras del santuario.

- Todas las victimas tenían nuestra edad, todos el cabello verde y una hermana o hermano gemelo.- Dice Seiya.- Y desde luego los asesinos parecían salvajes y cobardes puesto que atacaron incluso por al espalda.

Para todos los presentes la descripción sonaba de forma conocida, un joven de pelo verde, con una edad como la suya y con una hermana gemela... Todo el mundo cayo en la cuenta de que el cabalero de Andrómeda encajaba en aquella descripción y que llevaba varios meses sin dar noticias suyas. Ikki se pone tenso mientras que habla casi en un susurro, pero que todos oyen.

- Entonces, quizás Shun...- No hace falta que termine de exponer la frase. Todos se miran angustiados. Cuando una blancas manos pequeñas y delicadas toman las de el Fénix.
- Nii-san, no te preocupes él ha estado bien, por lo menos hasta que yo... Hasta que yo tuve mi accidente.- En sus ojos hay un deje de tristeza.- La ultima vez que lo sentí venia hacia aquí.

Durante un segundo las ojos de la chica se abren totalmente como si algo la hubiese alcanzado, con rapidez suelta a su hermano mayor y sin dar apenas tiempo para que la sigan echa a correr, hacia el exterior de la casa, a un jardín cercano, con ansiedad busca algo entre los árboles y matorrales. El caballero de cabello azul y ojos del mismo color, y su compañero rubio son los únicos que han logrado seguir sus pasos. Por fin la chica se detiene y se lleva las manos a la boca intentando reprimir un grito, Ikki aparece detrás de ella y ve una figura en el suelo ante sus ojos.

-¡Shun!- Grita Ikki mientras corre hacia su hermano.

Hyoga oye la voz de Ikki gritar el nombre de Shun y corre en esa dirección, al llegar la escena es simplemente deplorable. Shun tumbado en la arena con pinta de haber recibido una buena paliza, Ikki socorriendo a Shun y Kaisui desecha en llanto arrodillada en el suelo. El rubio se pone de rodillas frente a ella y la abraza dejando que las lagrimas de la joven empapen el pecho de su camiseta. Ikki toma a Shun en brazos y se lo lleva hacia una Kaisui recién incorporada que espera de pie a su gemelo, siempre apoyada en el Caballero de Hielo.

- ¡Hermano!- Dice mientras pasa su mano por encima de la cara de Shun quitando unos mechones de su cara.- Lo siento hermano, he estado mucho tiempo aislada de ti.

La muchacha toma las manos del joven y una enorme cantidad de cosmos fluye desde su cuerpo hasta el de él. Saori, Seiya y Shiryu por fin les han dado alcance y ven un poco alejados como la joven a despertado un cosmos dormido que intenta curar a su hermano, un cosmos tan poderoso como del propio joven, pero aun mas cálido y reconfortable, un cosmos que emana para curar no para combatir.

Hyoga siente un escalofrío recorrer su columna, porque reconoce ese cosmos, el cosmos de la Casa de Libra, el cosmos que Shun saco en el ultimo momento cuando parecía que ya no podía mas que había consumido toda su energía.
Sumido en sus pensamientos ve que su mejor amigo abre los ojos.

- Kaisui... ¿eres real?...- Intenta hacer frases enteras.- estas aquí.
- Te dije que era real ¿Verdad?- Las lagrimas corren por sus mejillas.- Dije que te buscaría y que me quedaría contigo para ser tu apoyo.
- Tengo tanto... que contarte...- intenta hablar otra vez.
- Shhhh, mi querido Shun.- Dice pasando su mano cargada de cosmos por los ojos del joven.- Duérmete ahora, descansa, deja que mi cosmos te cure y reconforte. Prometo que me encontraras otra vez cuado estés bien y esta vez no seré una sombra en tu mente.
- Llevémoslo a casa,- ordena la diosa.- allí se pondrá bien.
- Vamos podrían volver.- Dice Shiryu mientras Seiya toma la caja de Andrómeda y se la pone en a espalda para llevarla.

Ikki esta en la habitación de Shun, ha decidido pasar allí la noche por si el joven necesita algo, pero lo malo es que hay alguien que aun no puede estar solo. Un pequeño grito ahogado, sale de su garganta al despertar de una pesadilla a la vez que las lagrimas comienzan a caer cálidas de sus ojos. Y en medio de esta atemorizante oscuridad alguien aparece.

- Kai, ¿Estas llorando?- Pregunta una voz algo fría.- No puedes dormir ¿Verdad?
- Yo...- Intenta buscar una excusa.
- Te traeré a tu hermano,- Dice el joven muy decidido.- no quiero verte llorar más.
- ¡No! Ikki tiene que estar con Shun, y yo debería ser capaz de dormir ya sola.- Dice agachando la cabeza.- Hyoga, tu... Tu podrías... Querías esperar a que me duerma.
- No, no me esperare a que te duermas,- contesta mientras con su mano acaricia el contorno del rostro de la joven.- me quedare aquí toda la noche.
- No es necesario que...
- ¡Shhhh!- pone uno de sus dedos sobre los labios de la chica.- No me perdonaría el marcharme y que tu volvieras a despertarte sola.

Y sin mediar mas palabras Hyoga se sienta sobre la cama con la espalda apoyada en el cabezal. Con infinita gentileza pone la cabeza de la muchacha sobre su regazo y acaricia sus cabellos hasta que ambos se duermen.

Por la mañana la joven se despierta al oír los gritos de su hermano en el pasillo, gritos que el pobre Hyoga recibe plantado como un gélido palo. Sin pensarlo mucho Kaisui sale de su cuarto y se interpone entre los dos.

- ¡Basta, Ikki! Déjalo, yo le pedí que se quedara conmigo. No podía dormir y tu tenias que estar con nuestro hermano.- Las lagrimas amenazan con caer.- Además, si él no me hubiese recogido jamás nos habríamos conocido.

La joven aun vestida con su pijama va a la habitación de Shun mientras que Hyoga se retira a la suya e Ikki queda pensativo, la ultima frase se cuela en su subconsciente y debido a su veracidad se queda grabada como a fuego lento.

- Demonio de Cisne, encima tengo que darte las gracias.- Piensa Ikki de camino al cuarto donde por fin se han reunidos sus hermanos.

Fin del capitulo
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Proximo capitulo: 3. Sueños del pasado
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MensajeTema: Re: Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*   Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor* I_icon_minitimeDom Mayo 17, 2009 7:58 am

me eh entretenido tanto que eh roto una de mis reglas al leer, chekar primero si esta completo jeje. pero no me arrepiento, eso si casi me da un ataque cuando vi que no estaba completo...

continualo pronto por favor, que esperare tu actulizacion con ansias...

besos
Solmarie
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MensajeTema: Re: Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*   Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor* I_icon_minitimeMiér Ago 05, 2009 7:00 pm

Gracias Solamarie por leer y mas aun porpostear.
Perdona si me tarde pero hay cosas que requerian mi antencion inmediata.

Pero no te preocupes para compersarte por al espera voy a subir dos capitulos enteritos para tu disfrute.

Solo espero que te siga gustando tanto como antes.

Gracias por leerlo.

ALANDRA
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Eramos 3
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3. Sueños del pasado


Ya han pasado unos días desde que Shun llego de nuevo a casa y sus heridas se han curado rápidamente gracias a la intervención de su reaparecida hermana.

Hyoga mira desde la puerta del cuarto de Shun, mira a la cama y en su faz se dibuja una tenue sonrisa al ver tan tierna estampa. Los gemelos recién reunidos duermen abrazados un frete al otro, unidos totalmente en un nudo inseparable. Ikki también se ha dormido con ellos y con sus brazos alcanza a proteger a los otros dos, si bien desde su posición protege la espalda de su hermana dejándola en el centro de la cama y entre ellos. Sin mas dilación el joven de ojos glaucos se dirige a su cama y se duerme, liberando sin saberlo, un recuerdo de lo que fueron la primera vez que vivieron sobre esta tierra, un recuerdo de aquellos que fueron en la época de los grandes mitos.

Los tres jóvenes dormidos sueñan con la lejana Etiopia, con su ciudad y su palacio y es en este ultimo donde se desarrolla el primer acto. Un hombre y una mujer ricamente ataviados hace su presencia en un frondoso jardín, a su paso todo el mundo hace reverencias y solo susurran una palabra “majestades”. Ambos se paran al llegar ante un joven que es el vivo retrato de Ikki, el muchacho también hace una profunda reverencia ante ellos.

- Sed bienvenidos padres.- Dice manteniendo la cabeza agachada.
- Levántate, Axias.- Dice la mujer mientras pone su mano sobre los cabellos azules.- Dime hijo mío, ¿Sabes donde están tus hermanos?
- Deberían estar ya aquí, madre.- Dice incorporándose.- Seguro que enseguida llegan.

Como si con esas palabras Axias pudiera invocar a sus hermanos, unos gritos y risas comienzan a resonar por los pasillos que dan al jardín.

- ¡Vamos, Andros! ¡Alcánzame!- Se oye por los pasillos una dulce voz femenina.
- ¡Voy Andrómeda!- Contesta una voz dulce pero masculina.- ¡Veras cuando te atrape!

Una figura esbelta envuelta en una larga y vaporosa túnica de colores azulados, sale al jardín con una suave carrera, como si mas que correr danzara dando pequeños saltos. Sus cabellos verdes recogidos con cintas doradas aun ondean y se escapan como peces revoltosos saltando de redes de oro. Sus piernas se mueven inquietas debajo de la falda haciendo que se vean ellas y sus delicados pies calzados con coturnos de cuero dorado. En sus rostro blanco como el resto de su piel, destacan dos preciosos ojos verdes.

Una figura con la misma cara que la de la joven entra justo detrás de ella, sus formas son un poco menos redondeadas, y sus vestimentas son muy diferentes a las de la joven, una túnica corta blanca y sandalias de cuero, que resaltan el hecho de que estamos ante un chico.

Ambos chicos se paran delante de sus padres, y tras una breve reverencia continúan corriendo por el jardín.

-Creo que ellos lo que mas desean es poder seguir jugando un par eones mas.- Comenta entretenido el joven de cabello azulado.
- Me temo, que tendrán que aceptar que ya no son unos niños.- Se oye una voz masculina y cargada de autoridad.- Como príncipes y princesa de este reino, debéis pensar en asumir parte de vuestras responsabilidades.
- Hemos elegido al prometido de tu hermana.- Comenta la madre con felicidad.- En tres meses se celebraran los esponsales.
- Y tu hermano,- continua el rey.- marchara hacia el reino cercano para casarse también.
- ¡No podéis separarlos!- Se alarma Axias.- ¡Los matareis! ¡No saben vivir el uno sin el otro! ¡Ambos son uno!
- ¡Osas levantar la voz a tu rey!- El hombre adopta un tono duro.
- Yo... Lo siento, mi señor.- Axias baja la cabeza.- Pero sigo sin ver correcto que se separen. Sus destinos están unidos, separarlos es luchar contra lo imposible.
- La decisión esta tomada.- Concluye el rey alejándose hacia el palacio.
- Le hemos buscado un marido poderoso que la haga feliz. Su belleza es mítica, ya que mi hija es mas hermosa que cualquier mujer de aquí o del océano.- Dice retirándose con su corte de sirvientas.
- Madre, tu orgullo enfurecerá a los dioses.- Piensa el muchacho mientras busca a sus hermanos.

Mientras ocultos entre la maleza los jóvenes idénticos, pasan el rato volcando sus mimos en el otro.

- He tenido una pesadilla esta noche,- comenta la chica tumbada sobre el regazo de su hermano.- Soñé que un enorme dragón marino, devastaba la cuidad.
- ¿Un dragón?- Pregunta algo asustado.- Yo he soñado que estabas atada a una roca y un dragón te devoraba.
- ¿Uno azul con los ojos del color del mar?- Se incorpora temblando.
- ¡¡Exactamente uno así!!- Dice el joven abrazando a su hermana.
- Tengo mucho miedo,- la joven rompe a llorar.- ¿Y si se cumple?
- Axias y yo te protegeremos.- Dice convencido Andros.

Axias oye toda la conversación oculto y en su garganta se te forma un nudo que le impide respirar. Durante la noche él también ha sido victima de pesadillas, sobre todo de una en la que él y Andros están encerrados en las mazmorras mientras que su hermana es entregada en sacrificio a una bestia marina.

Mientras mas allá de la lejana Tracia un joven rubio y ojos glaucos como los hielos del norte, sale victorioso de la misión encomendada por su diosa y a lomos de un caballo alado, símbolo del caballero predilecto de su señora, se encamina de regreso al Santuario donde ella espera la cabeza del cruel ser al que dado muerte.

De vuelta a las costas de Etiopia, las calamidades se ciernen sobre la población un enorme monstruo ataca a la cuidad y mata a sus habitantes, los ricos buscan refugio y los pobres rezan a los dioses que parecen haberles dado la espalda, mientras los sacerdotes claman a sus reyes que le concedan al Dios de Mar aquello que pide para retirar al monstruo, la vida de Andrómeda.
El hijo mayor de los reyes planta cara al monstruo con los soldados, pero no puede hacer nada contra semejante amenaza.

En el castillo las mujeres lloran y los hombre se lamentan, puesto que los reyes después de mucho meditar, han decidido anteponer a su pueblo antes que su propia felicidad y aceptando los desesperados ruegos de su hija, han decidido efectuar el sacrificio. Axias acaba de llegar cuando recibe la noticia del sacrificio, aun agotado y herido corre al salón del trono. Con brusquedad abre los portones y se abalanza sobre los soldados que intentan reducir a su hermano Andros, que tampoco piensa dejar morir a su hermana por el orgullo y la prepotencia materna. Una joven de con largos cabellos verdes, ataviada con una simple y larga túnica blanca, descalza y con sus hermosos ojos verdes enrojecidos por el llanto entra en la sala donde sus hermanos luchan por salvarla.

- ¡Axias! ¡Andros! ¡Ya basta!- Pide gritando para hacerse oír entre la pelea.- El pueblo sufre y muere, Axias has sido herido por ese monstruo y tu Andros te has visto obligado a tomar las armas que tanto odias. ¡¿Acaso no veis que la única solución es dar mi vida?!

La joven comienza a llorar amargamente mientras que los dos jóvenes bajan la guardia al escuchar a su hermana aceptar la muerte.

- Andrómeda, si tu estas con nosotros y te juro que ese monstruo será historia.- Dice Axias.
- ¡No me gusta combatir, porque no soporto ver morir a personas con ideales diferentes a los míos!- Grita Andros.- ¡Pero no soporto que mi hermana... mi mitad, la otra parte de mi ser muera sin al menos intentar impedirlo!

La esperanza se relampaguea en sus ojos, durante unos segundos pero al ver a los guardias caer sobre sus hermanos con grilletes comprende que ya solo un milagro la salvara de la muerte.

Llámese milagro, casualidad o destino, al hecho de que cierto caballero que acaba de dejar atrás una peligrosa aventura, pase sobrevolando a lomos de Pegaso el caballo alado las costas de cierto país asolado por la ira de un Dios. Con curiosidad por saber que le ha pasado a lo que se suponía era un prospero lugar, baja a tierra enterándose por niños tristes y mujeres llorosas de la tragedia, que se cierne sobre ellos, y de cómo una su bella princesa, con una belleza interior tan grande cómo la exterior, se ha ofrecido voluntaria a cumplir con su sacrificio.

- Hermoso corazón el de aquella que antepone la vida de muchos antes que a la suya.- Piensa mientas que continua su camino hacia el Santuario.

Al remontar el vuelo pasa por las balconadas del castillo donde ve, una hermosa joven de piel de porcelana con grandes gemas verdes enrojecidas por noches de llanto. Sin poder evitar su curiosidad hace que el caballo lo pose en la cornisa inferior al balcón. Con cuidado de no ser visto se asoma viendo un cuadro de infinita ternura.

- No me odies,- oye decir a una mujer vestida con ornamentos reales.- yo nuca quise esto para ti.
- Nunca podría odiaros, quizás piensen que tendría motivos.- Contesta la joven.- Pero, ¿Como odiar a la que me quiso tanto que incluso me antepuso a los dioses? Aunque eso haya sido mi ruina.

La reina abraza a su hija que permanece sentada en el suelo, y las lagrimas comienzan a salir de sus regios ojos azules.

- ¡Ojalá pudiera borrar la ofensa que he hecho a los Dioses!- el llanto se hace mas intenso.- ¡Si al menos hubiesen pedido mi vida y no la tuya!
- No podemos hacer nada contra el destino, y el mío es morir.- Dice aparentando fortaleza.- ¡Para mi ya no hay esperanza!

La reina se retira con el corazón destrozado y la joven comienza a llorar cerca de donde es espiada. El joven oculto admira el corazón de la muchacha, incapaz de odiar incluso al culpable de su destino. Sin darse cuenta comienza a trepar por la baranda de piedra, sin notar que deja de estar oculto, hasta que ve como la joven lo mira con su ojos color del mar.
Andrómeda se incorpora de golpe al sentir que alguien trepa por el balcón, al sentirse observada gira totalmente encontrándose con un joven de cabellos rubios y ojos azules, limpios y fríos, tan serenos como el rostro de su dueño. Ojos azules de los que la joven no puede apartar la mirada.

Los minutos pasan y los jóvenes siguen mirándose mutuamente, como si ya nada existiera a parte de ellos dos. Ella mira al joven sentado sobre la baranda y él mira a la joven de hermosos cabellos verdes que a pesar del dolor sigue siendo hermosa, y mas que nada mira esos ojos verdes reflejo de su alma pura y buena.
Pero por encima de todo ambos corazones han dado un vuelco, unificando sus latidos desde el momentos en que sus ojos se han encontrado. Con cada latido unificado sus miradas se adentran más en el otro ser no importándoles nada mas que el cielo azul que les cobija.


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MensajeTema: Re: Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor*   Eramos 3 (Hyoga x Kaisui; Personaje propio) *Tema Cerrado hasta nuevo aviso por peticion del autor* I_icon_minitimeMiér Ago 05, 2009 7:09 pm

Un clamor de trompetas rompe la magia del momento, ambos saben que deben separarse y para siempre, si bien ninguno cambiaria este instante que acaban de pasar por una vida.

- Nunca pierdas la esperanza, si la pierdes es cuando mueres de verdad.- Le dice el joven a forma de despedida, mientras salta al vacío.

La joven da dos pasos al verle caer, y se para al ver como el joven se marcha a lomos de un blanco caballo halado.
- Seas quien seas, gracias.- Piensa mientras en su cara se dibuja un tenue sonrisa y en sus ojos se aprecia un relámpago de esperanza.

Con energías renovadas, la joven Andrómeda, se encamina a su destino con la luz de la esperanza renaciendo en su interior. En esos momentos en una de las mazmorras hay dos jóvenes que jamás han perdido la esperanza.

- ¡Dejadnos salir! ¡No podéis hacernos esto!- Grita el mas joven.- ¡¿Acaso no tenéis corazón?!
- Déjalo ya Andros, solo cumplen con su deber.- Dice un guerrero de ojos azules.- Ayúdame a salir de aquí.
- ¿Salir? Pero si esto es una cárcel.- Pregunta sorprendido el peliverde.
- Se nota que a ti tu maestro no te ha encerrado nunca aquí,- comenta con cierto cinismo en su sonrisa.- Espera y veras como nos sacan.

Una figura envuelta en un manto marrón se mueve entre las sombras de la prisión y llega hasta la puerta que separa a los príncipes de la libertad.

- ¡Axias!- Grita la figura echándose al cuello del joven.- Tenemos poco tiempo.
- Smarag, gracias por hacer esto.- Dice el joven besando el rostro femenino que sale de la capucha.- Pero tienes que irte tu padre jamás te perdonara que nos ayudes.
- Moriría mil veces, si con eso logro salvarte.- Dice la joven separándose de su amado.- Tenéis que marcharos ya, vuestra hermana en estos momentos esta siendo encadenada.

Los tres jóvenes marchan a la costa donde esperan llegar a tiempo. Mientras un joven a lomos de Pegaso mantiene una conversación con el animal.

- Yo no podía hacer mas, solo consolarla. No puedo retrasarme en mi misión. ¡No me mires así!- Le dice al caballo.- ¡Esta bien volvemos y si hace falta acabamos con el monstruo, pero solo para que no pongas esa cara!

Y con esa banal excusa el joven vuelve a la tierra que acaba de dejar, rezando a su diosa para que la dueña de esos ojos que tanto le han afectado aun este de una pieza.
Andrómeda ya no llora, las palabras de ese joven la reconfortan aun cuando sabe que va morir por los demás.

El joven allegado a la roca a lomos de Pegaso y ve como un joven idéntico a su hermosa cautiva intenta evitar con una lanza que se acerque a la roca donde esta ella. Aprovechando esto el caballero corta las cadenas y libera a la victima.

-G-gracias.- Se sonroja al reconocerlo.
- Llámame Perseus.- Le dice el joven,- Te dejare junto a ese joven que se te parece tanto.

Perseus la deja junto a Andros, con los trozos de cadena y la punta de la lanza improvisa un sistema de defensa y ataque que mantiene a raya al monstruo cada vez que se acerca a la joven. El héroe aprovecha la defensa del muchacho y acaba al monstruo con la cabeza de medusa que lleva para su diosa.

Y así mientas que la costa los gemelos se reúnen con la amenaza pasada, Axias sufre lo indecible, pues acaba de ver morir a su amada.

- ¡Smarag!- Grita al ver como una flecha atraviesa el corazón de la joven que con horror y sorpresa se precipita al suelo.
- Te dije... Que moriría... mil veces...- un hilo de sangre cae por sus labios y su respiración se dificulta por la hemorragia.- si con ello... lograba salvarte... porque yo... yo... Te Amo...
- Smarag, no... no puedes morir. Tu eres lo único que me importa tanto como mis hermanos.- Llora con el cadáver en sus brazos.- Yo, yo también te amo y te amare en cualquier otra vida que los dioses me den.
- Eso le pasa por no hacerme caso, le ordene que no hiciera esto.- Dice un hombre maduro.
- Maestro no tenéis corazón, ni con vuestra hija.- Dejándose llevar por al ira.- ¡Os matare yo a vos!

Sin mas ambos se enzarzan en una pelea de la que sale vencedor el joven príncipe que corre junto a sus hermanos.

La ciudad parece haber resurgido y la felicidad por tener de nuevo a su princesa se hace patente hasta en la mas humilde casa. Lo único que ocurre es que su princesa no ha vuelto entera de su aventura, su corazón se ha quedado en manos de su salvador, y solo una persona se ha dado cuenta de todo.

-Tu... Lo amas.- Le dice a su hermana cuando ambos están solos en el jardín.- No hace falta que lo niegues.
- Te recuerdo que sigo prometida. Nuestros padres se lo han hecho saber.- Dice muy triste.- él parte esta noche, vuelve con su diosa.
- Vallamos con él.- Dice el mayor de los hermanos.- Sin Smarag y sin vosotros, ya no me queda nada que me ate a este lugar.
- Ambos iremos contigo si quieres ir con él.- Dice el joven hermano.- Incluso nos aremos caballeros de Atenea para poder estar contigo... con vosotros.

Los reyes los llaman a los tres puesto que ha decidido casar en el momento a su joven hija.

- ¡Padres reconsideradlo!- Dice desesperado Andros.- Ella ama al extranjero que la ha salvado.
- No insistas, es la decisión de los reyes...- Le interrumpe Axias.- eso es lo que yo diría generalmente, pero esta vez estoy deacuerdo con Andros, ese cobarde se escondió en palacio mientras su prometida iba a morir. Por tanto no la merece, y luchare contra cualquiera que diga lo contrario.

Los jóvenes se retiran en grupo protegiendo a su hermana que una vez a salido corre a los brazos de Perseus.

-Espéranos esta noche cuando la luna este en lo alto, partiremos.- Le dice mientras se besan.
- ¿Esperaros? ¿No vendrás sola?- Pregunta el joven mientras el cuerpo de amada se escurre de sus brazos.
- Somos tres, no podemos dejar a ninguno atrás.- Dice saliendo por la puerta del balcón donde se vieron por primera vez.

Esa noche cuatro personas abandona el país, una recién unida pareja y dos valientes jóvenes que aspiran a servir a aquella, que de forma indirecta a salvado a su hermana de la furia de Poseidón y de una vida sin amor.

El sol se filtra a las habitaciones tanto los hermanos como Hyoga despiertan con la sensación de haber tenido un sueño muy extraño. Dentro de poco sabrán que el aparente sueño tiene mucho que ver con lo que ocurre ahora.
Kaisui se mira en el espejo del baño, recuerda todo el sueño menos algo importante, el rostro de Perseus. Al salir hacia el comedor choca con Hyoga y ambos se quedan mirando mientras sus corazones comparten latidos, intentando gritar algo que ellos ya saben pero que sus dueños ignoran, la historia parece repetirse.

Fin del capitulo 3

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Proximo capitulo: 4. Siempre junto a ti
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Eramos 3
by Alandra_Andromeda
4. Siempre junto a ti


Es la hora del almuerzo y todos están en el comedor, bueno todos menos dos gemelos que se han vuelto inseparables.

- Te dije que llegaríamos tarde.- Dice Shun.
- Tenia que secarme el pelo.- Contesta poniendo su cara mas dulce.- Además me ha costado entrar en esta ropa.

Entonces todos el resto de los chicos y Saori que andaban ocupados o bien comiendo o bien leyendo, miran a los chicos y la cara de sorpresa se hace notar hasta para Ikki que ha bajado su periódico deportivo, para ver que demonios estaban tramando sus dos angelitos. Hyoga apenas puede mantener la su frialdad característica, Shiryu simplemente opina que se ha pasado con el café de la mañana, Saori apenas ve nada raro, claro que tampoco levanta demasiado la cabeza de los papeles de la fundación que tienen sobre la mesa y Seiya, bueno el pobre se atraganta al ver lo que todos han visto, en la puerta hay dos chicos iguales vestidos con la misma ropa la única diferencia es la larga y ondulada melena de uno de ellos.

- ¿A que demonios se debe esto?- Pregunta Ikki sorprendido de ver el parecido total de Kaisui y Shun si se visten igual.
- Camuflaje, Nii-san- Sonríe divertido Shun.
- ¿Camuflaje?- Preguntan todos con la mirada.
- Según Seiya el enemigo busca, a un chico y una chica de cabellos verdes.- Se sienta junto a Ikki.- Pues nosotros no podemos ser porque hay dos chicos.

Shun y Kaisui se miran y ríen a mas no poder. Y la alegre risa de ambos hace a todo el mundo olvidar todas las penalidades que los han rodeado estos días.
Tras el almuerzo Hyoga le tiende un paquete a la joven.

- El cartero trajo esto para ti, y yo lo recogí.- Dice sin dejar de mirar sus ojos un momento.
- ¡Ya ha llegado!- Dice feliz.- Ven míralo con nosotros.

Y sin más se lo lleva del brazo al salón donde Shun e Ikki esperan con un álbum de fotos.

- Mira Shun llegaron las mías, al final si podremos ver ambos nuestra infancia.- Dice mostrando el paquete.
- ¿Qué hace este aquí?- Pregunta Ikki al ver a Hyoga allí.- Pensé, que esto era familiar.
- Yo le he dicho que venga, Nii-san.- Dice poniendo un puchero de niña triste.- Es mi amigo y también vuestro.

Ikki termina aceptando solo porque sabe que así la joven es feliz. Los cuatro se tiran en el suelo mientras que Shun saca sus fotos, Kaisui abre el paquete recibido.
Un montón de fotos en un viejo libro de cuero y algunos papeles médicos caen del sobre. Shun acierta a mirar la fecha y el diagnostico de uno que ha caído delante suyo, y su cara se transforma lo que hace que Ikki e Hyoga se abalancen sobre el papel.
La fecha esta grabada en su memoria como su combate contra Hades.

- Agotamiento y debilidad extremas sin causa aparente.- Lee Ikki para si.
- Estancia en la U.V.I cinco días.- Continua leyendo Hyoga para si.- Causa del agotamiento: Desconocida.
- ¿Fue por mi culpa verdad Kaisui?- Pregunta Shun que ha recuperado la compostura.- Cuando me ayudaste recuperar el control de mi cuerpo casi consumes tu vida, al darme energía de tu cosmos.
- Seria estúpido por mi parte negarlo,- dice con una voz muy seria.- pero necesitabas todo lo que pudiese darte y eso hice. Siempre junto a ti, para eso me educaron para velar por tus heridas, porque soy tu otra mitad. No te sientas culpable porque siempre que pueda hare lo mismo.

Sin mas los jóvenes vuelve a mirar las fotos, primero Shun abre y muestra una foto suya y de Ikki cuando fueron encontrados de pequeños. Kaisui muestra entonces algo que los hermanos jamás esperaron ver, la foto de una mujer con larga melena verde y ojos azules. La foto ya antigua esta bien conservada dentro de esas hojas que la protegen de todo, junto a la mujer que parece embarazada hay un pequeño niño de unos dos o tres años de cabello azul, que parece dormir sintiéndose protegido.

- Madre...- Susurra el joven Fénix.
- Ahora se quien saco los ojos de mamá.- Dice la muchacha mirando los ojos azules de su hermano y de su madre.

Una nueva foto aparece en ella se ve al señor Kido con dos bebes iguales.

- Nuestra única foto juntos,- dice Kaisui sacando una idéntica de detrás.- cuando supe que podía hablar contigo y que podría encontrarte, hice una copia. Quiero que la guardes.

Las fotos de ambos son vistas con una felicidad absoluta por parte de los presentes. En ellas se ve a una preciosa niña de cabello verde crecer feliz, sus gateos, sus primeros pasos, su primer diente caído. Todos los momento especiales de una vida estaban representados, incluso tiene fotos con su padre el señor Kido. Ikki no puede disimular su desagrado al ver a la joven posando con ese viejo que tanto dolor causo a su corazón y mas importante aun al de su hermano.

-El se preocupo mucho de que no faltara nada,- dice la joven un poco triste.- Jamás me negó nada salvo veros hasta que fuera el momento. Creo que quiso protegerme de un destino como el vuestro.
- Para mi no podrá dejar de ser el hombre sin corazón que me separo de mi familia.- Dice Ikki conciente de la sinceridad de sus palabras.
- Nii-san...- Dice Shun con un tono entre el reproche y la pena.

Una foto le llama la atención a los chicos una foto que tanto Shun como ellos han conservado por años, la foto que les hicieron antes de separarlos para sus entrenamientos.

-¿Cómo...- Solo eso logra salir de los labios de Hyoga mientras un brillo blanco cruza sus ojos.
- Papá me la dio, pensó que era una buena idea que viera a los valientes que se harían caballeros y especialmente aquellos que eran parte de mi vida.

Kaisui se lamenta de no haber quitado esa foto del álbum , pero es que sinceramente no recordaba que esa foto estuviese allí, esperaba que nadie sacara la foto porque si la veían a contra luz se moriría. Recordaba haber señalado por detrás con una cadena a Shun con una especia de plumas a Ikki y con un corazón a ese niño rubio de ojos azules y tristes que había junto a su gemelo. Aun podía recordar el día que su padre le había dado al foto.

- Esos dos.- Dice señalando a Ikki y Shun el hombre que la tiene sobre sus rodillas.- Son tus hermanos.
- ¿Y este, papi?- pregunta la niña viendo al chico rubio.- Parece muy triste.
- Esta triste porque le dolió mucho perder a su mama.- Le contesta Kido con voz apagada.- Ella murió por salvarlo. Pero la vera pronto.
- No morirá ¿Verdad?- Los ojos de la niña comienzan a llenarse de lagrimas.
- No, el no va a morir. Solo es que entrenara donde su madre murió por eso la vera.- El hombre una lagrima furtiva escapar de sus ojos.- Dime Kaisui, ¿Por qué ese chico te preocupa tanto?
- Siento que lo conozco, y no se de que. Que antes he visto esos ojos.- Dice la niña de una forma demasiado madura para su edad.
- Kai... Kai... Despierta.- Hyoga chasquea los dedos junto a su oído para que les conteste.

La joven vuelve a la actualidad y ve como sus hermanos y el chico rubio le miran un poco extrañados.
- Bueno, ¿alguno quiere ver donde he estuve mis cinco años de entrenamiento?- Pregunta la chica pasando la hoja.- Aunque no se yo hasta que punto lo mío fue entrenamiento.

Las siguientes fotos muestran como un pequeño santuario dedicado a Atenea, con muchas mujeres vestidas con túnica al estilo griego,

- Son las Kores, ellas estudian el cosmos y su control para ayudar a los caballeros si fuera necesario.
- ¿Y tu eres una Kore?- Pregunta muy interesado el ruso.
- Según ellas yo soy mas que una Kore, o una con gran fortaleza. Mi vida esta ligada a tres caballeros y una diosa.- Su sonrisa es melancólica.- He de proteger a los caballeros que la protegen a ella y por tanto a mi, ellos con los que mantengo un vinculo que no se puede romper.
- ¿Tres caballeros?- Preguntan Hyoga e Ikki mentalmente y Shun de viva voz.
- Así es hermano. Tu eres uno de ellos, aquel al que siempre debí servir pues nuestro cosmos nace de la misma fuente.- Recita como si fuese algo que ha aprendido de memoria con el paso de los años.- Ikki, mi hermano mi lazo de sangre con el mundo aunque tu cosmos no nazca del mismo lugar que el mío, ambos están hermanados. El tercero aun no lo he encontrado...

Esa ultima frase se desvanece en un susurro, pues si bien es cierto que no ha encontrado al tercer caballero el caballero que vela por sus corazón y por la fuerza que este puede crear, su alma ya tiene un candidato en la persona del dueño de esos ojos azules que sabe la están mirando fijamente.

- Esta foto ¿No es la roca de Andrómeda?- Rompe Shun el tenso silencio que se estaba formando.
- Si lo es.- Responde Kaisui.- Fue justo cuando tu te marchaste, quería ver el lugar donde pude hablarte.
- Es verdad.- En la cara del muchacho de cabello verde se dibuja una sonrisa.- Fue en la prueba del sacrificio, justo cuando que me iba a ahogar llego una dulce voz dándome ánimos. Recuerdo que me dijiste que siempre estarías a mi lado cuando me hicieras falta.
- ¿La casa de Libra?- Hyoga quería preguntar para si mismo pero lo dijo demasiado fuerte.
- Libra...- Los ojos de la joven se abrieron acompañados de un susurro.
- Esa fue la primera vez que te vi,- comenta el peliverde.- Mi cosmos estaba agotado y todo se volvía negro, entonces tu apareciste como un hada blanca y hermosa diciéndome que usara tu cosmos sin miedo a consumirlo.

Los otros dos jóvenes escuchan sorprendidos, y la joven recuerda cosas de ese día recordaba haber sentido desaparecer el cosmos de Ikki, el dolor de Shun ante eso y la desesperación al ver que otro compañero otro “hermano” iba a morir. Pero por encima de todo sintió que el caballero de Andrómeda intentaba salvar a alguien con un cosmos terriblemente conocido, era como si ese cosmos hubiese estado siempre en su interior. Como si no hubiese tenido reservas con el dueño del cosmos, su corazón sabia que se caballero era alguien muy importante para ella.

-Entonces...- Comienza a decir Hyoga.- también debo agradecerte a ti mi vida, si no fuera por los dos yo habría muerto en Libra.
- ¡Tu eras el dueño de ese cosmos!- Exclama mientras sus ojos se abren y brillan, y su cara se torna rosada.

Ikki y Shun no parecen darse cuenta del sonrojo, pero Hyoga si que lo ve y lo hubiese visto durante mas tiempo si no hubiesen sentido todos esa amenaza fuera de la casa. Con rapidez los cuatro jóvenes salen al jardín y al instase te ven rodeados de enemigos sus armaduras de bronce corren el auxilio de los caballeros, la joven revestida de un poderosos cosmos se pone detrás de Andrómeda.

- Aun tienes heridas sin cerrar intentare curarlas o mantenerlas cerradas durante el combate.

Los enemigos son numerosos como la guardia del Santuario pero, estos hombres y mujeres son mas recios que los peones de Atenea, tanto que atacando en manada ponen en apuros a los caballeros ya que algunos de sus enemigos también consiguen elevar cosmos no muy potentes pero temibles al unirse con los de sus compañeros.

- ¡Polvo de diamantes!- Grita Hyoga congelando a varios enemigos en el acto.
- ¡Onda del trueno!- Lanza El caballero de Andrómeda su cadena mientras que con al otra mantiene una defensa circular en torno a él y a su hermana.
- ¡Por el Fénix volador!- Ikki calcina a varios de sus enemigos en línea recta.

Poco a poco los enemigos van cayendo derrotados y muertos, desesperados los enemigos se abalanzan sobre la única hermana que parece indefensa la joven de cabellos verdes que ha levantado su cosmos para proteger a su gemelo. Uno de los hombres espada en mano intenta hundirla en su cerviz descubierta de cabellos, que se elevan hacia el cielo con el cosmos que arde en ella.
Un grito de dolor resuena a sus espaldas, los muchachos se giran y ven a su dulce compañera junto a un hombre con las manos quemadas y una espada pegada a ellas. Ella no se ha movido pero su cosmos la ha protegido dejando al pobre hombre chamuscado y muriendo lentamente.

Unos aplausos resuenan desde un árbol de jardín cuando se deshacen del último soldado una mujer con una armadura totalmente negra y sin ningún brillo, como si absorbiera la luz, aparece ante ellos.

- No esperaba tener que mancharme las manos,- dice la mujer con cierto enojo.- pero parece que os había subestimado.
- ¿Quién demonios eres tu?- Pregunta Ikki.
- Normalmente no doy mi nombre a enemigos, ni aunque sean tan sexies como tu,- dice con una sonrisa algo libidinosa.- pero ya que no podré disfrutarte te diré que soy La Caballero de Nux. Y añadiré que aunque sea una lastima has de morir.

Un poderoso cosmos se cierne sobre ellos mientras que todo alrededor se hace oscuro, largos rayos como dedos negros agarran a los caballeros en un intento de desgarrarlos, pero he aquí que un cosmos cálido y poderoso emana de sus espaldas destruyendo las garras oscuras con su potente y luminosa luz.

- ¿Cosmos?- Se pregunta sorprendida Nux al ver su ataque anulado.- Un cosmos de esa magnitud y que no corresponda a un dios, solo podría ser... ¡El regalo de Gea!

Sin despedirse siquiera la figura negra desaparece y con ella la oscuridad que todo lo envuelve. El cielo esta teñido de un irreal tono naranja, sinónimo de la llegada de la autentica noche, la noche de las constelaciones estrelladas. El sonido de un cuerpo cayendo al suelo hace que todos miren hacia sus espaldas.

- ¡Kaisui!- Gritan los tres al ver a la joven exhausta en el suelo tirada.
- ¡Uughhhhh!- Se oye a Shun mientras cae al suelo con las manos sobre el abdomen y comienza a brotar sangre de una herida reabierta.
- ¡Shun!- Gritan a la vez los chicos que quedan en pie.

Con rapidez e infinita dulzura, Ikki levanta a su hermano y tapona con su mano la herida. Hyoga por su parte carga en sus brazos el cuerpo de la joven desvanecida.

- Ha gastado mucha energía para romper esa oscuridad,- Dice el ruso perdiéndose en la angelical cara, pálida por el esfuerzo que no hacia sino resaltar aun mas sus rosados y jugosos labios y sus negras pestañas.- No creo que pueda curar a Shun de momento.
- Llévala a su cuarto, yo cuidare de mi hermano hasta que ella pueda sanarlo.

Sin mucha ceremonia Ikki lleva a Shun a su cuarto, le desinfecta la herida y se la venda mientras que con su maltrecho cosmos intenta calmar un poco el dolor, sin importarle las heridas menores que él tamben ha sufrido.

Hyoga la recuesta sobre la cama y la tapa con delicadeza, como si en cualquier momento ella pudiera partirse en dos. La respiración de la joven esta algo acelerada, quizás por el esfuerzo hecho ante esa mujer de armadura negra. Con sumo cuidado él retira de la cara de la joven unos mechones rebeldes, pasando sin darse cuenta la mano por sus labios. Dejándose llevar por un instinto oculto desde el primer momento, pero, que ha ganado intensidad con cada mirada cruzada posa sus labios en los labios de ella, en un gesto dulce casi de adoración.

- Mi niño de ojos tristes,- susurra ella cuando se separan, pues al contacto cálido de los labios ha abierto los ojos.- no me dejes sola nuca mas. Mi tercer caballero el dueño de mi corazón.

Sin poder decir una frase mas la joven cae totalmente rendida si soltar las manos de Hyoga que sin saber cuando han quedado entrelazadas entre esas dos pequeñas manos de marfil.

- Ahora puedo reconocer aquello que me llevo a salvarte cuando no sabia quien eras.- Susurra mirando la cara relajada y feliz de aquella que le acaba de dar su corazón.- fue el amor.

Sentado al borde de la cama pasa la noche, interfiriendo en las pesadillas de su niña, de la dueña de su alma. Su niña de esmeraldas luminosas.


Fin del capitulo 4

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Proximo capitulo:
5. Los heraldos del caos
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ahi dios mio!!!!!!!!!!!!!

SE PUSO BUEEEEEEEEEEEEEEEEEENOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!

ANDROMEDA, ANDROMEDA, SIIIIIIIIIIIIIIII!!!!!!!!

Pero ¿quien oso lastimar a mi shunny?? la mato, jaja nah, primero me mata a mi jaja...

y que es gea, voy a hacer trabajo de investigacion, en algun lado eh oido ese nombre Shocked pero no recuerdo donde
Laughing
actualiza pronto que espero ansiosa el proximo capitulo.

Besos
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