Manantial subterraneo

Manantiales subterraneos

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Baje las escaleras con cuidado de no caer, sosteniendome el vestido a unos centimetros mas alto que mis tacones. Ya terminado con las escaleras solte mi vestido y coloque mi cabello en su lugar.

Camine hasta la orilla del manantial en donde algo brillaba con mas intensidad que las demas esferas rosadas que alli habian. Me arrodille en el borde y me incline para tomar la esfera plateada que destellaba en la oscuridad.

- ¿Y tu como llegaste aqui cariño?

mire su interior y una sonrisa aparecio en mis labios. Un corazon comenzaba a tomar color en su interior.

- Pronto, ya pronto sera el dia...

La deje en su lugar y sali de los manantiales rumbo a los jardines que conectaban con ellos...

Caminamos por el sendero ya conocido para mí, todo estaba tal cual lo recordaba, grandes y frondosos árboles rodeado de rosales en la extensión de este. Le escucho tararear la nana que le cantaba cuando éramos pequeños para que se quedará dormida.

- Deben haber florecido bastantes hoy -

- Me imagino que si – aún en esta época todavía ahí personas que se profesan amor mutuo, creo que de igual modo estará la flor de Hiperión en el manantial.

Siguiendo los pasos de Hera, una vez descalza, me dispongo a sacarme mis sandalias afirmando de la pared ubicada en la entrada. Estando listo comienzo a bajar por las escaleras manteniendo mi tunica a la altura de las rodillas para no mojarlas, caminando al lado de mi hermana.

Le escucho susurrar con voz emocionada, veo que encontró una rosa que no esperaba que estuviera ahí, me sonríe al entregarme la canasta jalándome hasta el otro extremo del manantial, donde se encontraban una gran cantidad de tosas doradas, las cuales había que sacar o si no se ahogarían entre ellas por el reducido espacio en donde estaban.

- Vamos, a ver si recuerdas como retirarlas -

Me dice con una gran sonrisa en su hermoso rostro, a la vez que me entrega una pequeña pala para realizar el trabajo.

- Claro que me acuerdo, mi hermoso lucero, como olvidarlo - correspondo con una sonrisa, comenzando a sacar las hermosas rosas que se han formado desde la raíz, para transplantarlas después. Hacía el trabajo con gran habilidad, teniendo una extensa experiencia en ello ganando cuando le ayudaba a mi hermana o en mis territorios, manteniendo mis jardines resplandecientes. De pronto tomo una rosa dorada con todos sus pétalos abiertos - Hiperión - susurro ante el asombro de haber encontrado precisamente la rosa de ellos, por la extensión y abertura de sus pétalos, indican que su amor esta consumado de todas las formas posibles.

Suspiro suavemente, elevando una pequeña plegaria a mi madre para que su unión sea bendecida y mi padre no pueda hacerles daño, que su irá se disipe en las arenas del olvido y que puedan seguir siendo felices, por lo menos él lo podrá ser; en cambio yo, seguiré en mi prisión y cumpliré con lo se me ha encomendado, si debo tomar el puesto de mi padre, lo haré solo.

Sigo con el trabajo, cantando suave y alegremente, recolectando todas las rosas del lado donde me encontraba.

- Listo - le sonrío a Hera al tomar la última rosa que estaba, caminando hacia donde ella se encontraba - nacieron muchas rosas en estos días, parece que Afrodita o Eros han estado haciendo de las suyas - río ante mi suposición.

- que rayos haces aquí, te dije que no te quería ver en toda mi existencia inmortal Zeus - "Ups" Eso dolió un poco, pienso mientras inútilmente trata de ocultarse tras Hades que para variar, me parece le falta una buena y contundente cena.
-LÁRGATE DE MI VISTA INFIEL, MUJERIEGO - Me grita enardecida
- Pero amor, acabo de llegar - Le replico con voz lastimera.
-o es que tus amantes se cansaron de tus juegos y ahora regresas con el rabo entre las patas... a otro con tus cuentos esposito mio... - Me dice con una mirada casi maligna, no me esperaba menos, aunque no creí que sería tan directa respecto a mis amantes.
Me retracto de ayudarla a salir del agua, ya que se ha empotrado tras mi hermano Hades sin dejarme posibilidad de algún contacto.

-Mi hermosa Hera, ninguna fue realmente importante para mi, siempre has sido tú la única - Le digo con voz melosa mientras tomo una de las rosas para olerla profundamente - Delicioso aroma... aunque el tuyo es simplemente irresistible.
-Dime querida... ¿Es que alguna de estas rosas en tu jardín tiene atado tu corazón a otro? - Miro desorientado alrededor - No puedes culparme por querer tenerte en mis brazos otra vez - Susurro con voz rasposa.

- Hola hermano, veo que tus modales no han mejorado en todo este tiempo – Me dice rodando los ojos, odio cuando se comporta así, siempre el niño bueno - Llevas razón, de modales no sé tan bien como tú. así que me saltaré el saludo - Respondo fastidiado, me está casi reventando una vena en la sien de verlo en el agua con mi esposa. Encima tengo que aguantar como le susurra cosas en su oído mientras la abraza.

- cuantas veces eh oído el mismo rogar Zeus, cuantas veces me has vuelto a romper el corazón - Me dice con los ojos aguados, lo que hace que un dolor me surja en el pecho - No, no me volverás a lastimar... sal de mi vida que no te quiero volver a ver jamas - Me grita segura, pero yo siento mi sangre hervir ante su rechazo.
-¿Es que ahora ya tienes a Hades? ¿Eso es? - Le indago mientras salen del lugar tratando de ignorarme - Fácil has sanado tu corazón Hera, pero yo no te olvido, no podría. Si vine es para avisarte que vas a estar a mi lado, no me voy a detener ante nada para tenerte conmigo.

Siento que estoy perdiendo la razón de rabia. Casi podría lanzarme a golpes sobre mi hermano y verla a ella, totalmente desinteresada.... podría destruir el mundo de rabia. La quiero, es la única que yo he amado y amo, no me voy a detener por nada.

- Mi hermano estaba conmigo desde antes de que mi corazón se enamorara del hombre incorrecto. Por que eso eres para mi ahora, el hombre incorrecto Zeus, por que cada que tienes oportunidad me lo confirmas con tus correrios amorosos - Me dice con su voz firme caminando hacia mi, por un momento temo que pretenda atacarme, pero no lo hace, al contrario, siento su suave piel al acariciar mi mejilla... se me acelera el pulso como sólo ella puede hacerlo, ninguna otra ha podido hacerme jamás sentir así.

- No ahí otro hombre ni nunca lo habrá hasta que me demuestres que en realidad haz cambiado mi querido esposo Zeus, el día que yo este convencida ese día dejare mi templo para volver a tu vida y a tu cama - Su voz es suave, casi tanto como en aquellas veces que se entregaba a mi , pero también increiblemente dolida. No sé como responder a eso, creo que esperaba simplemente tomarla por la fuerza y arrastrarla conmigo de ser necesario, pero... ¿Cómo se supone que lograré demostrar que he cambiado? Ni siquiera sé si lo he hecho. Sin embargo, la posibilidad de que puede regresar a mi lado, es vívida y no soy tan estúpido como para no hacer algo al respecto. Finalmente se voltea dejándome estupefacto.
Veo como mi hermano la recibe acogiéndola protectoramente, me hace ver como si yo fuera un maldito animal. ¿Será que en verdad pretende tenerla para él? No puedo dejar de aniquilarlo con mi mirada.
-No creas que dejaré que me la quites - Murmuro sabiendo quizás por primera vez que se siente ver a la persona que amas en brazos de otro.