Sala de Estar

- Mmmm, la oscuridad es buena consejera de vez en cuando, mi amado principe y amo de los mares- susurro a su oído, mientras le rodeo con mis brazos el cuello. Mientras sonrio traviesa, dejandome ver en mi apariencia mas inocente.

El tiempo, es travieso y el presente es en este momento- expreso acariciando sus labios, con mis dedos, esperando a que abriese sus ojos, observando su rostro en la penumbra, y viendo sus cabellos del mismo color del oceano resplandecer en esa habitación sin luz.

Me sonrio suavemente, y con voz de inocencia le digo calmadamente mientras acerco más mi rostro a él: - Su padre ahora juega conmigo en el lugar que no hay tiempo ni espacio, antes tiene que pasar mi aprobación, ya que soy su guardian - le expreso sentando me sus regazos mientras sostiene todavia mi mano y la suya no se ha movido de mi rostro.

Pierdo mis ojos en los oceános profundos que eran los suyos. Mi principe ahora las ruedas del destino se mueven en diferentes lados, el amor nace donde menos se esperaba, quien debía ser el heredero de su padre ha tejido una nueva tela, y su consorte ahora esta en brazos de otro, a quien por voluntad se ha entregado, el Fuego Estelar ha rendido su corazón, a otro principe, y ahora esa unión esta llevando acabo.

Pero ha faltado a la ley de su padre, lo que ha ocasionado su ira... Termino susurrando muy cerca de su rostro, y mi mano libre viaja a su cabello acomodandolo lentamente, sin dejar de mirarlo a los ojos

-Nada en especial, he venido a jugar un rato, le digo saltando de su regazo, dando una vuelta, al momento de tocar el piso con mis pies, para luego postraerme enfrente suyo descansando mi cabeza en su regazo.

-Mi gran principe que desea que Laquesis haga para usted, le expreso sonriendo traviesa apoyada en su regazo viendole fijamente a su rostro. Tengo ganas de hacer travesuras siempre mi principe es mi complice, le dijo esta vez sonriendo de manera mas abierta.

Eso de las visitas nunca me había gustado aunque últimamente parecía una moda, con todos haciendo sus propios planes y alianzas, no era raro que se visitaran unos a otros, lo raro es que esas visitas habían llegado incluso hasta mi templo, y ahora que estaba solo era yo, quien iba a hacer de "visita" en otro templo.

Aunque mis motivos eran diferentes, sonreí... yo me estaba divirtiendo mucho hasta que Zeus tuvo que aparecer en mi templo, y para colmo no ha cumplido con su promesa de enfrentarse a mí.... como sea... ahora solo me interesa retomar mi juego. Pero al entrar en el templo de Poseidón me topo con que no se encuentra solo... por suerte, le hace compañía alguien que me divierte.

- Interrumpo algo? - dije al acercarme en medio de la oscuridad en la que se encontraban

- Que felíz que soy, tengo a mis niños preferidos aquí, al momento que giro lanzandome a los brazos de Ares. Y como una niña consentida, le rodeo el cuello con mis brazos.

- Vaya tengo ganas de jugar- les digo haciendo un puchero. Mi niño hermoso Ares verdad que tambien consentiras a Laquesis.

Porque la hora de partir todavía no ha llegado, debemos esperar un poco más y serán participe de unas de mis mejores experiencia en su inmortalidad.

Una vez que la luz ha vuelto a iluminar el templo, veo como me invitan a tomar a siento, justo antes de que Laquesis salte sobre mí rodeándome con sus brazos, la sostengo con mis manos y la llevo conmigo hasta el sillón sentándome como me lo habían indicado.

-No tengo ánimos para permanecer en mi templo, sobre todo por que es probable que tenga a otra docena de deidades queriendo visitar el templo del dios de la "guerra" por aquello de los aliados, y mi hospitalidad se ha acabado por el momento.

Vi a Laquesis sobre mis piernas y le sonreí - ¿ A que te refieres con jugar?

- Deseo hacerle pasar un rato incomodo a tu abuelo mi querido niño- le digo jugando con sus dedos, la guerra es el mas maravilloso de los juegos para mi. Tanto Poseidon y tu son mis niños consentidos y todos danzaremos al ritmo de mi canción.

- Sangre, dolor, amor, soledad, lujuria, odio, risas, llanto, jubilo. Todo esto componen el momento, no se porque los dioses se dispersan si lo inevitable no puede ser detenido, ni lo vendrá esta bordado por mi mano en el Destino de los Eras. Por mientras quiero jugar, tomo la mano de Ares, estaba vez convirtiendome en la hilandera, y tomo la de Poseidon, y les llevo al centro del Salon, y empiezo a danzar a su alrededor, tomandoles las manos, mientras giro y canto una cancion en un idioma muy antiguo y desconocido el lenguaje de las moiras.

-¿ Hacer que el abuelo pase un mal rato...? No te parece que el pobre viejo ya tiene demasiado - dije sonriendo irónicamente mientras me arrastraban en medio de la danza de Laquesis... Me encanta esa habilidad que tienen para cambiar de forma, es de mis favoritas... sirve tanto para crear conflictos entre pueblos y personas... incluso entre dioses...

La observe danzando alrededor nuestro con una ceja alzada, siguiendo sus movimientos hasta toparme con la mirada de Poseidón, supongo que mi cara muestra lo mucho que desconozco de esa manera tan rara de "expresarse" de algunos...

- Espero que tu no pienses ponerte a bailar tío.

Escucho las palabras de Ares, y me sonrio ante lo orgullosa que estoy de mi niño travieso, y me muevo entre ellos extendiendo sin que den cuenta los hilos de los destinos, alrededor de sus cosmos dandoles de mi sangre en protección:

la tierra, y el mar se agita, el viento sopla, y el fuego el se expande, el vacío fue vencido y las eras fuimos liberadas, la edad de Cronos debe ser infinita. Mi plegaria ejerzo para que el mar y la guerra, vayan al hogar del Tiempo el verdadero hogar de Cronos.

Para luego reir suavemente, girando entre los dos, dandoles una danza tan antigua y mágica, mientras mi poder se expande en delicada brisa, y destellos de multiples colores. Giro, giro, y vuelvo a girar, hasta deternerme quedando postrada a sus pies, y mi poder se expande iluminando la estancia abriendo un portal de fuego frente a nosotros, y por fin sonrio traviesa. La hora de jugar a comenzado.

-Cronos, nos espera te aseguro que el anciano del Señor Tiempo, aguantará que le demos más molestias.

Abro los ojos impresionado, realmente me encanta todo lo que esta pasando y sin poder evitarlo suelto una fuerte carcajada - JAJAJAJA, Laquesis!!! tienes que enseñarme ha hacer eso!! - dije entusiasmado, ya que mi manera de viajar servía para pasar inadvertido, pero ... un portal, era mucho mas interesante. Sin dudarlo un segundo avancé hacia el portal convencido de que mi día se ponía cada vez mas divertido...

- Molestar es mi especialidad - dije sonriendo al voltear hacia atrás y ver a Laquesis aún postrada ante Poseidón - Andando que este juego comienza a gustarme.- Sin mas comentarios cruce el dichoso portal, aun sin estar muy seguro de a que parte me llevaría... el templo de Cronos era lo mas probable de acuerdo al juego.