La sala de Ares

Diría que me sorprende el rumbo que toman los acontecimientos a mi alrededor pero no cabe duda de que sería una gran mentira, como dios de la guerra no puedo ni quiero, evitar el formar parte de cualquier conflicto, si hay algo que me enloquece no hay duda de que es este tipo de eventos, los conflictos rara vez se solucionan con la facilidad deseada por los involucrados, esto solo ha comenzado y estaré en primera fila observando todo lo que suceda.


-Cuenta conmigo para tejer esa tela- sonrió a mi invitada sabiendo que los momentos de diversión están cada vez mas cerca, comprobándolo al sentir como mi sangre comienza a recorrerme con mas fuerza, llevado por la emoción tomo su mano y dejo un beso en ella mientras le sostengo la mirada- gracias por tu protección, los aliados nunca están de mas.

Ares, la diversión esta por comenzar. Aunque todos crean que Láquesis permanece sentada solo hilvando los destinos. No es exactamente mi tarea, hacer solo eso, soy una guerrera y una de las más temibles que existe, una fiel servidora del Señor de Guerra, desde el momento en que mi hermana mayor hizo tu hilo, le protegido especialmente.

Recuerdalo siempre mi Señor- le expreso acariciando sus cabellos, nunca dejaré que nadie os lastime dios de la Guerra, y el Destino servirá a tu lado y empuñará a tu favor. - le sonrió sin dejar de mirarle a los ojos. El telar esta dispuesto, y los hilos preparados, la historia empieza a escribirse, en el fulgor de la batalla. La sangre siempre será el sacrificio perfecto para los dioses.

Permanezco serio viendo su rostro, pendiente de sus caricias sobre mi cabello, sintiendo como la emoción comienza a manifestarse con mas fuerza en mi cuerpo, lo único que siempre me falto fue tener al destino de mi lado, y ahora, ahora que viene la mejor guerra que he presenciado en toda mi vida inmortal, es el destino quien viene y se para en mi puerta para convertirse en mi guardián.


-Ahora puedo decir que estoy preparado para lo que viene, te aseguro que no habrá guerra mas grande que esta, y de ella los vencedores serán solo aquellos que como nosotros disfrutan los acontecimientos, la diversión nos superara y arrasara con todos aquellos que no sepan como sobre llevarlo, estaré esperando que cumplas con tu palabra Láquesis, cuento contigo para disfrutar esto.

El destino, se decidio a brillar a tu favor Ares, a blandir la espada a tu voluntad, veras como cobra vida cada uno de tus anhelos, Ares. Verás la poderosa Era de Cronos teñirse de un brillante carmesí. Y el altar de los dioses manando los dulces aromas del sacrificio más perfecto la sangre, pero será la sangre de los dioses mismos.


Porque Cronos, forjó su reinado en sangre, de igual manera perecerá. Y Láquesis guardará por tu seguridad Ares. Es hora que todo comience, Señor de la Guerra. - le digo al momento de tomar su mano pasando su palma por el filo de mi espada, viendo como se teñía de carmesi para luego beberla, sellando mi pacto con él. Rasgando la palma de mi mano bañando su hilo con mi sangre.

-Mnnn ahora he sellado el pacto con mi sangre. Ares.

Sus palabras no hacen mas que aumentar mi deseo de ver, como todo esto comienza a tomar forma, observo como toma mi mano, y la rasga con su espada, de inmediato las ganas de ver correr sangre y de estar en combate se adueñan de mi, provocando que la sangre corra a toda prisa por mi cuerpo, aumentando aun mas al ver como derrama su sangre para sellar el pacto conmigo, tomo su nuca y acerco su rostro a mi, hasta juntar nuestras frentes viendo fijamente a sus ojos.


-Somos los primeros en derramar sangre en esta guerra, ahora solo nos queda derramar la sangre ajena, cuenta conmigo para lo que desees que no dudare en correr a tu llamado a auxiliarte en lo que me pidas - deje su rostro separándome con una sonrisa en los labios, ahora sabía todo lo que necesitaba para esta guerra y tenia todo lo que pudiera necesitar dentro de las paredes de mi templo y como si no me bastara con esto, ahora contaba con su ayuda. - Ansió el momento de comenzar a jugar.

Abro mis ojos lentamente separando mi frente con delicadeza del principe Ares, sonriendo ante la curiosidad de mi hermana que cree que se esconde de mi presencia. - "El futuro es travieso e incierto, mi querido Ares, y a la vez muy curioso"- le expreso, acariciando el rostro del gran Ares.

-Mnnn, me conoces Atropo siempre tejo todos tus juegos, con los que juegas, y he comenzado, con otro bello presente, otro hermoso, tejido, con el más querido de mis hilos, el más hermoso que hay Atropo, espero que la tela sea de tu agrado, la diosa a que todos llaman la Implacable, la que nos oculta su verdadera presencia en una dulce cara de niña. Lentamente rodeo a Ares hasta abrazarlo, descansando mi cabeza en su hombro.

El goza mi protección Atropo desde el pasado hasta el futuro. -Le expreso sonriendo y con una mirada traviesa.

Miro con desconfianza a esa pequeña que sale de las sombras, para rodearme como si yo fuera un objeto de exhibición, llamándome pequeño mientras me observa, cuando es ella quien aparenta ser una niña, aunque sin lograrlo del todo ya que ni su actitud ni sus palabras concuerdan con su apariencia. Veo como camina hasta una mesa sentándose mientras mis perros se acercan a ella gruñendo, pero esta vez no hago intento de detenerlos, después de todo no se atreverán a atacarle a menos que yo lo ordene, correspondo el abrazo de Láquesis, sujetándola por la cintura, sin apartar la vista de esa "niña" que ha entrado a mi casa como si nada.


- ¿Acaso es mi cumpleaños y lo he olvidado? o a que debo que de pronto todos tengan interés en mi persona y en mi sala.


Mantengo la vista fija en ella analizando cada rasgo de su ser intentando encontrar algo que me sea de utilidad.

Acaricio suavemente el rostro de Ares, con mi mano antes de apartame un momento observando a mi hermana, que viene a darle su bendición también, sin mostrarle su apariencia real a mi más querido Hilo.

La observo con cuidado, escuchando todo lo que le dice a Ares: Para luego agregar el destino esta ahora en tus manos. Le expreso sonriendo a la vez que ladeo mi mirada tomando la forma de una joven de apariencia fragil y mirada dulce, que se desvanece como la bruma matinal.


-Ares, siempre estaré al pendiente de ti, y a tu lado, tienes mi protección y tu hilo lo guardo al lado de mi corazón.

Me toma por sorpresa que calme con tanta facilidad a mis canes pero ya ha pasado antes así que lo paso por alto, dejando que hable, sin apartar mis ojos de ella, a pesar de que aclara sus intenciones al venir aquí al parecer ambas desean darme su protección y yo solo puedo sonreír mientras le sostengo la mirada Atropo, cada vez estoy mas ansioso de que todo comience y el saberme aleado del futuro y del presente me hace sentir mas poderoso que nunca, estoy seguro que esta batalla será recordada por siempre aun cuando la vida se extinga quedaran rastros de este encuentro.

"El destino esta en mis manos" oigo de la voz de Láquesis antes de que cambie su aspecto y desaparezca lentamente de mi templo afirmando su lealtad hacía mi, sonrío como agradecimiento antes sus palabras mientras la veo desaparecer antes de volver mi atención a la pequeña.

-Tal como le he dicho a tu hermana, cuentas conmigo siempre que lo desees, estaré contando con tu ayuda para tornar las cosas mas interesantes de lo que prevén el resto de los dioses.

No pude evitarlo y pase mi mano por su rostro acariciando su mejilla, intrigado por esa apariencia de niña dulce e inocente.

Observo a mi hermana cambiar de apariencia, mientras desaparecer como brisa primaveral, diciendo palabras muy ciertas y sabias a nuestro querido Ares. Ahora que estamos solo tengo toda su atención puesta en mí.

-Tal como le he dicho a tu hermana, cuentas conmigo siempre que lo desees, estaré contando con tu ayuda para tornar las cosas mas interesantes de lo que prevén el resto de los dioses.

- Ten por seguro que las cosas se pondrán muy interesante mi querido Ares, mi querida Láquesis se ha esmerado en ello siendo tu su hilo más preciado – sonrío ante esto, es muy entretenido este pequeño. Veo su mano dirigirse a mi mejilla acariciándola, cerrando mis ojos al contacto calido de su piel, le dejo hacer notándolo intrigado y curioso, le tomo su mano con las mías - ¿Qué es lo que te intriga tanto mi querido Ares? – abro mis ojos para verlo fijamente a los suyos, su futuro esta lleno de glorias, de la mano de su madre y del señor de la nueva era próxima a iniciar.

Le sostengo la mirada en el momento en que abre sus ojos, sonriendo un poco ante la pregunta, ya que para mi resulta muy lógico. - Disculpa, espero no haberte incomodado, pero es raro ver niños entre los dioses, mas aun en mi templo - amplio mi sonrisa, al recordad quien es quien toma mi mano, no hay duda de que ha escogido un perfecto disfraz para andar entre la nosotros, bien sabemos que el futuro puede ser cruel y sin embargo se nos presenta de ese modo.

Estoy seguro de que su figura original debe romper por completo este esquema de niña dulce e inocente, tal como lo ha hecho Láquesis al cambiar de aspecto.

Le veo sonreír ante mi pregunta, sé muy bien el motivo por el cual esta intrigado.

-Disculpa, espero no haberte incomodado, pero es raro ver niños entre los dioses, más aun en mi templo –

- Créeme que muy pronto eso cambiará – sonrío al mirar tras la barrera del tiempo y del presente, la primogénita del heredero del tiempo será solo la primera y con ella el advenimiento de la nueva generación, todos bajo el mando del nuevo señor del tiempo – además tu templo es muy divertido para mí – amplío la sonrisa – el futuro a veces puede ser cruel de la misma manera que lo puede ser calido y dulce – cierro nuevamente mis ojos – no se puede saber que es la felicidad sin haber conocido antes el dolor y el sufrimiento – dejo ver mis ojos, teniendo uno cual zafiro y el otro cual amatista – todo existe en equilibrio y armonía; y cuando esto se ve en peligro, solo ahí puede que el futuro muestre todo el poder que esconde – elevo una de mis manos a su mejilla, acariciándole suavemente, ladeando suavemente mi rostro hacia un lado mirándole dulcemente – uniéndose al pasado y al presente, haciendo templar hasta los cimientos del tiempo.

Retiro mi mano de su rostro, volviendo a tomar la suya con ambas manos, le llevo hacia mis labios dejando un suave beso en el.

La escucho de nuevo observando con detenimiento sus ojos, y su rastro como fiel habito mío el de intentar ver a través de lo que me dicen, mantengo mi postura y observo como sujeta mi mano con las suyas antes de dejar un beso sobre mi mano, sonrió no por la acción sino por sus palabras - ¿y que tiene de divertido mi templo?

Observo como se acerca Nerón hasta quedar junto a mi recargando su cabeza sobre mi pierna por lo que le hago una caricia en las orejas esperando a que me responda la pregunta.

¿y que tiene de divertido mi templo?

- Aparte de tu colección privada de armas, el verte entrenar, eres un excelente estratega - suelto una risilla traviesa - hermosa la espada que tienes escondidas - siempre sentí curiosidad por las armas que tendría guardadas, por lo que desde hace mucho que me paseaba por su templo sin dejarme sentir - ¿Te la hizo Hefestos o la ganaste en alguna batalla? - suelto su mano y me inclino para acariciar a Nerón - no estés celoso amigo, además me gusta la sala de entrenamiento, aunque prefieras hacerlo al aire libre.

Sonrío ampliamente al escuchar su respuesta - Vaya, no tenia idea de que rondaras por aquí, pero ahora que lo se te pediré que dejes de ocultar tu presencia, puedes ver lo que gustes siempre que mis perros te dejen entrar a las habitaciones. Eres bienvenida siempre que lo desees pero no estoy acostumbrado a compartir todo lo que poseo por ello te pido que respetes mi decisión de prohibirte algunas habitaciones.

Me toma por sorpresa su cara de desilusión al igual que el resto de sus acciones, un beso, una señal de rendición y por ultimo un cumplido, coloco mi mano derecha sobre mi frente un poco consternado por todo y en esa pose contesto- Adorable no es una palabra que se use para describir al dios de la guerra, - descubro mi rostro viéndola con una ceja alzada - es mas, estoy seguro de que es la primera vez que me dicen eso, en toda mi vida.

Camino hasta el sillón y me siento observando a la pequeña que continua con mis perros - Esa palabra te describe mejor a ti con esa pinta de niña que tienes ¿no te parece?

Le veo su cara de sorpresa y consternación por mis palabras además de mis acciones, cubriéndose la frente con una de sus manos.

- Adorable no es una palabra que se use para describir al dios de la guerra, es mas, estoy seguro de que es la primera vez que me dicen eso, en toda mi vida.

No aguantando más suelto una risa suave, solo basta con decirle una palabra acertada para que el dios de la guerra se descoloque por completo, abrazo mi cintura, no me había divertido tanto en mucho tiempo.

- Deberías ver tu cara mi adorable Ares - le digo con todo el afan de consternarlo aún más, me volteo hacía donde el se encuentra, camino lentamente deliniando el contorno del sillón donde se encuentra sentado hasta quedar detras de él, por donde le abrazo - para mi eres adorable mi querido Ares y no dudes que para mi hermana también - le susurro lo más suave que puedo en su oído - sobre todo cuando te descolocas de esta manera con solo haberte dicho un halago - hago caso omiso a su comentario sobre mi apariencia - dime ¿Por qué te cuesta aceptar que alguien te pueda encontrar adorable? - susurrando melosamente al última palabra.

Veo como deja de reír y se acerca hasta donde estoy de nuevo comportándose como un adulto, me abraza, insistiendo en eso locura de considerarme adorable pero esta vez logro controlar la extraña sensación que me produce esa palabra por lo que solo levanto mi mano hasta tocar su mejilla - Supongo que no puedo infundir miedo en todos, pero espero no uses esa palabra para describirme todo el tiempo, siempre he preferido que se refieran a mi por mi nombre pequeña Atropo.

Permanezco en silencio dejando que mis pensamientos vaguen de nuevo hasta llegar al día de mañana, a la "cacería" que ha organizado Cronos.

-¿Dime Atropo te gustan mis perros?

- Supongo que no puedo infundir miedo en todos, pero espero no uses esa palabra para describirme todo el tiempo, siempre he preferido que se refieran a mi por mi nombre pequeña Atropo.

- Persivo la extraña sensación que embarga a Ares al llamarlo nuevamente por la palabra adorable, es comprensible a no estar acostumbrado a que lo llamen de esa forma.

- Lo sé, solo que me divierte tu reacción ante esa palabra, no lo mencionaré nuevamente, prometido. Cualquiera que sepa tu nombre, te tendrá cierto miedo, por la contonación de este; aunque no puedo sentir miedo de ti.

-¿Dime Atropo te gustan mis perros?

- Me encantan tus perros, querido Ares, unos animales magnificos - me recuesto en su hombro - y todo gracias a tus cuidados, en parte ellos ayudan de igual manera a infundir el miedo en los demás.

Sonrío escuchando su respuesta efectivamente los perros aun de la misma raza pueden ser diferentes cuando se les cría de un modo u otro, acaricio su cabello y volteo a verla levemente - ¿ te gustaría tener un cachorro? - me imagino que como a todo niño le ha de hacer ilusión los animales cuando son pequeños.


-Los perros de pequeños son muy tiernos te ayudaría con tu apariencia de niña dulce, ademas puedes criarlo como quieras ya que te pertenecerá. ¿Que dices?

Nerón y el resto de mis perros se inquietan al oírme no es normal que regale a uno de mis perros.

Le veo sonreír al escuchar mi respuesta, acaricia mi cabello dejandome hacer, se voltea levemente para verme.

¿ te gustaría tener un cachorro? Los perros de pequeños son muy tiernos te ayudaría con tu apariencia de niña dulce, ademas puedes criarlo como quieras ya que te pertenecerá. ¿Que dices?

Le escucho decir, no pudiendo esconder mi felicidad salgo detras de él dando pequeños saltitos de alegría por la habitación hasta que me tiro a sus brazos quedando sentada en su regazo.

-Siiii..yo quiero un cachorrito pequeñito - le miro con cara de ilusionada esperando su respuesta - le cuidaré bien lo prometo - siento la inquietud de los perros, no es normal para ellos separarse de uno - lo prometo - vuelvo a repetirlo para que los canes se tranquilicen - ¿Si?

Observo como da saltos por toda la sala hasta quedar sobre mis piernas, me asombra la rapidez con que cambia de carácter, la oigo decir que cuidara bien del cachorro y asiento con la cabeza- Esta bien, realmente espero que lo cuides sobre todo por el tipo de perro que es - sonrió de nuevo y volteo a ver a Nerón que sin necesidad de que pronuncie palabra sale de la habitación para volver con un cachorro entre sus dientes.


Se acerca hasta nosotros y se sienta sin soltar al pequeño animal para evitar que comience a jugar por la sala.


-Espero te guste.