La sala de Ares

Vagando por el templo di col la sala, al entrar pude ver a mis perros de guerra echados cerca de los muebles, me acerque y le hice una caricia a Nerón antes de sentarme en mi sillón favorito, mire alrededor y pude ver los muros cubiertos por armas de diversos tipos, algunos mapas y uno que otro cuadro que conmemoraba alguna lucha importante, tome entre mis manos uno de los pergaminos que estaban mas cerca y comencé a leer tácticas de guerra.

al fin he llegado al templo de ares solo espero que me reciba pero al ser ya tarde solo espero poder entregarle un mensaje , personalmente.

Después de un rato de permanecer en silencio en mi lectura, nerón se puso de pie junto a mi comenzando a señalar hacia afuera de la habitación me puse de píe y camine hasta la puerta deteniéndome al ver a mi invitado, incline la cabeza a modo de saludo y con un movimiento elegante de mi mano le invite a pasar dentro de la habitación de ese modo los dos estaríamos mas cómodos. Me quede de píe junto a la puerta hasta que paso junto a mí, para luego seguirlo y sentarme nuevamente con mis perros junto a mis pies, haciendo otro gesto con la mano para que tomara asiento.

Oí a mi tío Poseidón, pero permanecí en silencio, esperando a que Cronos hablara, aunque le salude con un gesto de mi cabeza y una pequeña sonrisa, uno de mis perros se levanto y se acomodo junto a sus pies manteniendo la vista fija en Cronos tal como lo hacia su dueño, Nerón se sentó junto a mí y acaricie su cabeza dejando mi mano apoyada en el.


- ¿A que debo el honor?

Permanezco en silencio sin mover mi mano de la cabeza de Neron, observando fijamente a Cronos para darme cuenta de cuales son sus intenciones en realidad, pero como era de esperarse no logro darme cuenta de todo lo que pretende, solo se que no es lo que el dice... Casería, guerra, juego, todo manejado muy hábilmente para conseguir interesarme en aceptar su invitación irónicamente lo que mas me agrada de todo esto es no saber sus verdaderas intenciones, lo que sea, seguro será interesante y digno de alguien como yo, que no disfruta de simples juegos y prefiere las grandes batallas aunque estas sean llamadas cacerías, por algunos hombres o dioses.

Me pongo de pie y hago una pequeña reverencia la verle salir - ahí estaré - giro mi atención a mi tío y le ofrezco el lugar que hace unos momentos había ocupado Cronos esperando que acepte antes de sentarme nuevamente.

Tomo asiento después de el y me acomodo en el sillón observando a Nerón que continua en la misma pose como si para el no hubiera pasado nada, volteo la vista hasta mi invitado que como siempre me sostiene la mirada antes de iniciar la conversación.

- ¿Por que no habría de aceptar? - pregunto con una sonrisa, después de todo supongo que para mi tío también a resultado obvio que las actividades fueron escogidas con el fin de que aceptara la invitación - ¿piensa acompañarnos? - la pregunta salió de mis labios disfrazada de mera cortesía aunque en realidad mi intención era saber quienes estaban involucrados en este juego aparte de Cronos y de mi.

Escucho sus palabras con atención, sin despegar mis ojos de su rostro aun cuando a guardado silencio, tan poderosa como nosotros, entonces vamos tras un dios, de otro modo sería imposible semejante comparación, me quedo meditando un poco sobre esto pensando en el nombre del dios tras el que iremos. Cuando muy apenas y casi de manera imperceptible me viene a la mente el tridente de mi tío.


- Si es una presa de esa naturaleza, seria mejor saber el nombre, el arte de la guerra no solo esta en la fuerza, también en las estrategias y quisiera pensar en algunas para este juego en el que participaremos.

al salir del templo de ares, me he dado cuenta que he cautivado su interes asi que es hora de que prepare todo, espero que mi invitado llegue, solo se que ella llegara , y que no es necesario que la llame.
espero que poseidon me acompañe de regreso , pero al parecer se ha quedado a platicar con Ares,asi que tomo de nuevo el control de mi carro de guerra y con un simple movimiento de las riendas, mis fieles corseles me llevan a mi templo.

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Me quedo observando unos momentos, todo este juego realmente me tiene intrigado así que la emoción comienza a apoderarse de mi.

-No es necesario, es bienvenido en mi templo, si lo deseas tío puedes pasar el tiempo que gustes como mi invitado.

Me pongo de pie y me acerco esperando su respuesta pensando en una habitación que sea digna de el gran Poseidón, ya que no me gusta perder de vista las piezas de mis juegos, ademas de que su presencia es agradable a la vista.

No puedo evitar molestarme al ver que rechaza mi oferta y para colmo de males la intriga de todo este juego empieza a molestarme deseo saber de una vez que es lo que pasa, para que vengan a reclutarme de un modo como este. Pero a pesar de mi molestia soy incapaz de hacer algún comentario cuando se acerca y acomoda mi cabello, observando con mas calma a la deidad que se presenta ante mi.

- Espero que sea algo que valga la pena, o de lo contrario no lograra captar mi atención por mucho tiempo- Mis ojos le veían fijamente como siempre, ardiendo por el deseo de comenzar con la cacería y aun así mi voz sonó calmada y suave como pocas veces sucede en mi.

Nerón se acerca orgulloso a el dejando su cabeza cerca de su mano, si algo tiene es que es igual de vanidoso como yo y su gesto solo demostraba lo complacido que estaba con el cumplido, sonreí de nuevo - Como todo lo que toco, eres bienvenido siempre que lo desees, pero me temo que en mis planes no esta descansar, tengo mi propio ritual para todo y no descansare hasta tener a la presa - sonrió y me adelanto para acompañarle a la puerta resignado ante su rechazo.


- Descansa tío

Permanezco en silencio, ante su comentario, no es que me ofenda el rechazo pero tampoco me agrada, y me quedo observando he imaginando que llegara a su templo directo a dormir, me toma por sorpresa la caricia pero permanezco inmóvil y tranquilo como si estuviera acostumbrado ha este tipo de trato, aunque se que puedo contar con los dedos de la mano las veces que me han hecho una caricia fuera de la cama.

Inclino mi cabeza al verle marcharse a modo de despedida aunque tal vez no me vea, y antes de verlo salir me giro sobre mis talones entrando de nuevo a la sala seguido de mis perros. Dejándome caer en el sillón con los ojos cerrados para pensar en todo lo que necesitare para una casería de este tipo y para demostrarle de lo que soy capaz.

Vaya Ares tiempo sin vernos, niño travieso - le saludo, al momento que juego con una de mis espadas en la mano, esperando que me reconozca, puesto ninguno de los dioses de la nueva generación me ha visto en mi etapa de guerrera, solo conocen a la tejedora, que permanece en el templo del presente.


Dime primogenito de Zeus, que piensas de los hilos que se forman en este momento en mis manos, estaras a favor de Cronos tu abuelo, apoyaras a los principes Khaos e Hiperion. Dime que esconde el hilo de la Guerra. El Señor de la batalla le dijo sonriendo acercándome más a él.

Spoiler:

Me toma por sorpresa el tener otra visita y todo en el mismo día mis perros observan al nuevo visitante gruñendo ante su saludo, pero callan al momento en que hago una seña con la mano, de momento no reconozco a mi invitado pero solo es cosa de oírle hablar del destino para saber de quien se trata.


-Vaya... creo que últimamente me he hecho muy popular no les parece? - pregunto a mis perros que en respuesta mueven la cola alegremente.


-Tu mas que nadie debería saber perfectamente mi respuesta - sonrió ampliamente a mi invitado - gracias por decirme el nombre de mis presas, dile a tus príncipes lo que les espera

-¿Mis principes? Ares, ¿Crees que Láquesis pueda servir a los hijos de Urano y Gea? Puede que lo sean y pueden que no lo sean- le digo al momento de postrarme para acariciar a sus canes, mientras le veo al rostro. - La verdad es que Láquesis no sirve a nadie, solo tejo los hilos del destino, a mi antojo.

_ El señor de la Guerra, es el mejor de mis hilos el que siempre me ayuda a tejer esplendidos destinos con atractivas escenas. De los hilos que hizo Cloto, mi preferido eres tu. Haces interesante el Presente, cambiando el pasado, y dibujo Futuros inciertos. - Le digo sacando a Destino de su funda acariciando su rostro, con el dorso de la espada. Viendo como brilla en carmesí así como los ojos de Ares, alimentado por la furia y fuerza de su impetú y valía.

Si Ares, eres un niño travieso, el mejor de los hijos de Zeus y Hera, le tiendo la mano ve lo que que tu presente te tiene dispuesto, haciendo que mi cosmos brille, a su alrededor, mientras me sonrio traviesa.

Permanezco serio observando le esperando ver que es lo que busca mi visita pero conforme habla, no puedo evitar sonreír en complicidad, sintiendo como mi orgullo crece al oír de sus labios que soy el mejor, el mejor hijo y el mejor hilo que tiene en sus manos.

-Supongo que tenemos algunas cosas en común-

Observo su espada, con el mismo interés con el que miro cualquier arma mortal o divina, deseando que en algún momento llegue a estar en mis manos.

-Debo agradecerte por darme la información que necesito para este juego, ya que dejare de ser una pieza en el tablero para convertirme en un jugador, y dudo mucho que Cronos me permita algo como eso. Deseo saber demasiadas cosas de este juego y esta historia en la que deseo participar fervientemente y demostrar que no por nada soy el dios de la guerra.

-Ares, Ares, Ares- pronuncio su nombre en convocación, Cronos es el Señor del Tiempo, pero aunque somos sus guerreras tenemos poder sobre su destino, nada absolutamente esta escrito, Ares, todo lo tejo, de acuerdo a lo que mis hilos desean.


-Mmm, sera muy divertido, Ares, realmente, preparar todo, para esta era, en la que el Reinado se tambalea, me acerco a él besando su frente, Ares, sabes tu destino, ahora ve has que haga un hermoso tejido con tu hilo.

Láquesis te protegerá para que nuestra tela sea hilvanada