El Comedor (incluida la cocina)

Vuelvo a manifestarme pero esta vez dentro de la habitacion donde estan ahora mis papas... al sentir el otro cosmos de mi progenitor... he decidido que me hare presente por breves segundos al colocarme a su lado con la edad en la que me manifeste frente a mi papa... con una sonrisa en mis labios lo miro preparar algo...

- Siendote honesta..Te tardaste mucho en decidirte - Me sorprendo al escucharle decir eso y más cuando se ríe tan cristalinamente. Me sorprendo aún más cuando me jala hacia si para decirme al oído - Llegado el momento tendran toda mi bendicion como Diosa de los matrimonios, pero debes apresurarte o se te hara tarde. - La miro impresionado. Para luego sonreírle con ilusión y agradecimiento. Me siento feliz, como si no pudiera dejar de sonreír nunca.

-Gracias Hera, yo... si soy aceptado por él, dedicaré mi vida a hacerle feliz - No puedo dejar de sonreír mientras nervioso miro al joven que parece un mago con los utensilios.
- Vienen buenos tiempo para ese amor tan bonito... - La miro a los ojos, ella parece estar ensimismada en sus pensamientos. Suavemente acerco mi mano a la suya para tomarla con delicadeza.
-Permíteme besar tu mano Hera... sea cual sea la respuesta de tu hermano, puedes contar conmigo de ahora en adelante en lo que necesites con toda mi devoción y respeto.

- Mas te vale o te veras conmigo y con mi hijo tambien, sobrino de Hades - Al escuchar eso me sorprendo, no sabía de un hijo. Pero Hera ha de ser una madre maravillosa, ese pequeño debe ser afortunado. Yo mismo quisiera tener niños, una familia. Mi corazón se acelera al imaginar a Hades con vida en si interior. Sonrió como estúpido que se me está haciendo costumbre. Tomo su mano y le pido que me deje besarla. Ella me asiente algo turbada, entonces acerco mis labios y los deposito castamente en el dorso de su hermosa y delicada mano. Es entonces cuando siento aquella extraña sensación. Alzo mi vista preocupada para saber si Hera lo ha notado. Aunque no veo algo, siento su presencia. La pequeña está aquí por alguna razón.

-¿Quien soy?... lo sabras en su momento...-

Fue lo unico que puedo decirle y que se me tiene permitido... no puedo decirle mas... pero se que lo descubrira... a lo mejor de forma inmediata o con el tiempo... de cualquier forma me he manifestado frente a ellos... mis padres...

Sonrio de nuevo... estiro mi mano y tomo la suya por un momento... vuelvo a sonreirle... y me alejo de el como en soltar su mano al momento de decirle...

-Nos vemos pronto...-

De inmediato me retiro... pero no me ire por mucho tiempo... me retiro con esta hermosa satisfaccion de haberlos visto... y antes de irme totalmente miro a mi padre... sonrio y con ellos me voy por el momento...

Cual si fuera una de las ninfas, que sirven en el templo de Hera, me adentro en la cocina, escuchando la conversación, y me postro ante los hijos de Cronos con una sonrisa traviesa, alzando mis ojos levemente hacia los tres dioses ante mi presencia.

Es que acaso el hielo quiere adentrarse en el Inframundo, es que el tiempo ahora une dos reinados. - Incorporandome levantamente, dejando mi apariencia de ninfa desaparecer ante los primogenitos de los Reinos de los dioses, admirandolos lentamente acercandome a Hades, para acariciar su rostro.

El Señor del Inframundo, la diosa de los Matrimonios, y el dios de la Pureza. ¿Que se planea entre estos dulces hilos. que se tienden entre mis manos?- les digo extendiendo mi mano saliendo de sus pecho los hilos de sus vidas, resplandeciendo en mis palmas.

Escucho a mi hermana llamarme con preocupación en su voz, pero no podía despegar la vista de la pequeña a mi lado.

-¿Quien soy?... lo sabras en su momento...-


Mi corazón se agita en mi interior al oír su voz tan suave y armónica como un hermoso serafín, su sonrisa tan dulce alegra mi alma, dándome paz, estira su mano hasta tomar la mía, su contacto es calido y amoroso, sintiendo la conexión que hay entre nosotros, ahora lo sé.. Estoy seguro, caigo sentado en el suelo mientras mis lagrimas siguen resbalando por mis mejillas, mi interior rebosante de alegría y felicidad, río suavemente aún con la vista puesta en ella.

-Nos vemos pronto...-

Y se va como una suave brisa primaveral dejando candor y por sobre todo un anuncio de felicidad del futuro, no todo esta perdido, aún hay esperanza.

Al desaparecer la pequeña entra en la estancia una joven ninfa que se postra ante nosotros, sonriendo traviesamente, es parecida a la sonrisa de Lete cuando hace de las suyas, me seco las lagrimas con mis manos, sin querer he llorado delante de extraños; se levanta cambiando su apariencia ante de nosotros, se acerca lentamente a mi y me acaricia suavemente el rostro

Nuestro hilos de vida resplandecen en sus manos, una de las moiras, no se como ni de donde vino ese conocimiento, pero cual de todas es..barajo las posibilidades, una voz interna me dice que es la guardiana del presente. Envuelvo la mano que tiene en mi rostro con la mía, cerrando mis ojos al contacto.

El Señor del Inframundo, la diosa de los Matrimonios, y el dios de la Pureza. ¿Que se planea entre estos dulces hilos. que se tienden entre mis manos?

- Bienvenida a nuestra morada, querida Láquesis - abro lentamente mis ojos para mirarle fijamente - ¿Qué trae por estos rumbos a la guardiana del presente? ¿En que podemos servirte? ¿En que puedo servirte?

El presente no es claro mi señor, pero el presente se postra ante el heredero del tiempo, los días del Reinado de su padre estan contados, ahora es usted, custodiado por mi hermana Atropo, pero pronto yo seré su guardiana, pronto, la diosa del presente le cuidará, así como Cloto será la que cuide de su padre, en el lugar de los Antiguos.

Ha de saber que hoy, el Fuego y la nada inicial se unen, en mi otra mano, en mi corazón, un pacto nuevo se ha formado, pues el carmesí río de la sangre de los dioses, se derramará irremediablemente los clamores de la guerra, se proclaman, en el Reinado de su padre, pero quién será el gobernante de los dioses. Los gemelos del destino, los elementos de la vida, nuevas generaciones gritan por su advenimiento. Todo depende de usted para que un nuevo linaje en los telares de los dioses se forme.

Me inclino, besando su frente, limpiando sus lagrimas con mis manos, observando a Hera y al Hijo del Hielo. Ladeando mis ojos al rastro del futuro, y sonriendo, dejando mi apariencia de hilandera por la de la guerrera de cuida de Cronos, Láquesis, la que sostiene los hilos de los inmortales e mortales, la que hace la historia, en virtud de los luz de los hilos. acariciando el hilo del primogenito de Hera, cercano a mi corazon.

- Estoy bien, no es necesario, gracias - Me responde a lo que inmediatamente deshago el contacto. Él continua hablando con la Moira y un extraño sentimiento viene a mí. ¿Será que mi Padre me ha enviado sabiendo que aquí se avecinaba una tormenta? Puede ser que venir aquí por la unión sagrada de dos dioses fuera tan sólo una excusa. ¿El reino del hielo unido al inframundo? ¿Puede ser posible?... En en el fondo de mi pecho siento emoción y miedo. Láquesis, ella puede saber exactamente que sucederá porque puede hilar el destino mismo de los dioses. Me estremezco, ¿Está Hades en peligro? No podría soportar que le sucediera algo y si todo depende de él, me aterra que algún sacrificio esté de por medio. Pero aún así, yo podría protegerlo, yo podría velar por él. Lo miro nuevamente, mientras trata de interrogar a Láquesis, tan temible y bella a la vez. En su nuevo aspecto pareciera eclipsar al mismo sol.

Noto que Hades pierde las fuerzas y no parece poder sostenerse. Me acerco nuevamente, pero sin tocarlo esta vez, sólo pendiente de impedir que se lastime si se desvanece sin fuerzas. Suplica el saber como cambiar el destino, Hades está temblando al borde de colapsar y aún así, tiene fuerzas para mirar en los ojos de ella y pedir respuestas.

-Por favor, no te presiones así, por favor, Hades - Le susurro pero está empecinado en saber que hacer, como detener la guerra que Láquesis a profetizado. La miro a ella suplicante, para que le dé una respuesta pronto antes de que de desmorone.

"El Reinado de Cronos, se forjó en sangre, y llama la sangre, no te puedo asegurar lo que no va a pasar Hades, la guerra se cernie sobre nuestras cabezas, las Moiras ahora abandonamos nuestros templos para encabezar las batallas" - Observo a los tres jovenes dioses delante de mi.

Hiperión desafío los deseos de su hermano, ama a su otro hermano a Khaos ambos dos dioses de que generaron el Bing Bang junto con tu padre. Ahora no se encuentran en tierras de Cronos, la nada esconden al Fuego Estelar, y el gran Hiperion, brilla dentro de su poder. Cuatro hilos se formaron en mi mano, pero como se entrelazaran eso nadie lo sabe."

El destino, Hiperion decidió tomarlo en su mano, y te ha dado tu libertad Hades y se ha entregado a Khaos, por voluntad, amor y convicción.

La ansiedad hace presa de mi esperando la respuesta del presente, siento como Baldur se acerca de mi nuevamente sin haber contacto esta vez, respiro profundamente varias veces para recuperar fuerzas, pudiendo mantenerme en pie sin estar afirmado de la mesa, me giro quedando frente a la guardiana.

-Por favor, no te presiones así, por favor, Hades -

Escucho el susurro de Baldur, le miro mostrando una suave sonrisa, intentando no preocuparlo, es un visitante, pero aún así es parte de lo que sucederá.

- No se preocupe joven Baldur, ya estoy mejor - mientras Láquesis responde a mis preguntas, son muy ciertas sus palabras, lo que se forja por medio de la guerra se destruirá de la misma forma. Hiperión al igual que yo en un comienzo desafió a mi padre, pero ellos han escapado y con esto me ha dado el mejor presente, mi libertad; tenía razón, la unión que se formó era de él y de la persona a la que ama, una alegría inmensa recorre mi ser, por Hiperión y su felicidad y por mi libertad.

Aunque conociendo a mi padre, no desistirá hasta que haya cumplido la profecía… la profecía, debo saber que es lo que dice.

- Mi padre hablo de la profecía dictaminadas hace milenios por ustedes ¿Podrías recitármelo a mi? - creo que puede haber una clave en esas palabras, algo para evitar a cualquier precio el derramamiento de sangre y la ira de mi padre.

Camino lentamente hacia la silla más cercana, es mucha la información que da vuelta en mi cabeza, muchas emociones..repentinamente un mareo me desarma, terminando en los brazos de Baldur con mis rostro escondido en su pecho. Siento el calor subir a mis mejillas mientras su aroma me llena por completo, ese aroma a pino y madera silvestre, a lluvia y hielo, cierro mis ojos no queriendo salir de entre sus brazos..

- No se preocupe joven Baldur, ya estoy mejor - Me tranquiliza mientras parece recuperar las fuerzas. En verdad es fuerte. Tener semejante peso sobre sus hombros a de ser insoportable para cualquiera, pero él es especial, después de todo es uno de los dioses más poderosos. Escucho atentamente lo que la moira le revela. Me siento inquietamente temeroso y no me alejo de su lado. Es cuando escucho lo de Heperion. El es el supuesto futuro esposo de Hades. A quienes yo vine a presenciar en unión. Mi corazón se agita al escuchar que ha partido, que ha dejado al muchacho junto a mí en libertad. ¿Será que esto puede ser cierto? Pero... ¿Eso quiere decir que ha sido abandonado? Quizás ahora su corazón esté destrozado y aún así parece feliz de saber que Hiperion está con quien realmente ama.

- Mi padre hablo de la profecía dictaminadas hace milenios por ustedes ¿Podrías recitármelo a mi? - Le pregunta a Láquesis mientras trata de ir por sus propios medios en busca de soporte en una de las sillas, más un mareo parece apoderarse de él y presto corro para interponerme entre él y piso. En mis brazos lo siento temblar y como débilmente deja reposar su cabeza en mi pecho. Mi corazón se inflama y sin tardar lo estrecho suave y protectoramente. Siento que este es mi lugar, con Hades en mis brazos y yo dando la vida por él.

- ¿esta bien? - Me pregunta Hera preocupada por su pequeño.
- Creo que ha colapsado - Le respondo al tiempo que saco de mi bolsa de viaje unas hierbas - ¿Puedes ponerlas en agua caliente? Son rehabilitantes - Le entrego un pequeño saquito con el contenido mientras con mi mano acarició lentamente sus cabellos - ¿Qué es todo esto de una profesía? ¿En verdad se desatará una guerra? - Pregunto a láquesis sabiendo en el fondo que es cierto, las tempestades del invierno lo confirmaban aunque mi tierra se negara a creerlo - Si es así, yo quiero estar a su lado y ser la flecha de su arco - Lo estrecho aún más, quisiera tenerlo protegido el resto de nuestra eternidad. Estoy simplemente enamorado de él.

he permanecido detras de la puerta escuchandolo todo y no me he animado a entrar, supe que era algo que no devia interrumpirse, despues de haber tomado un baño... que en mi puede tardar horas n.n es que el agua y yo....

ahora el ajetreo en el interior parece haber sesado, de cualquier manera no seria necesario que espíe aun que sean dioses el olvido no es ajeno a ellos por lo que podria echar un vistacito a sus recuerdos, lo malo es que al ser dioses me descubririan u.u

-buenas ... por que esas caras largas?.- decido tratar de cortar aquel momento tenso... me resisto de preguntar que paso y sonrio despues de todo soy a la que no le preocupa nada ¿no es asi?

-perdon por la demora

Ante mi Hiperion recito el canto de los antiguos, la convocación que se le enseño, desde el inicio de su vida inmortal he aquí que se las cantó de nuevo. Saco la Espada que un día pertenecerá al Fuego Estelar, y la tomo por el filo levantandola al frente de mis ojos dejando que mi sangre resbale por ella, en recuerdo de que el pasado sangra, el presente, lo derrama y el futuro lo cura. Mis ojos destellan el poder del presente, y no puedo dejar de mirar a una de las diosas del Inframundo que pertenece a nuestro ejercito Lete. el poderoso afluente del Olvido.

- Estoy bien joven Baldur, ya puede soltarme - Me dice luego de haberse abrazado a mi fuertemente. Mi corazón está latiendo tan rápido, no deseo dejarlo ir, pero no puedo continuar aprovechandome de la situación. Lo miro correspondiendo su dulce sonrisa al tiempo que comienzo a dejarlo ir suavemente. Sé que está preocupado, pero yo también lo estoy. No logro entender todo lo que ocurre, pero sé que se avecinan tiempos terribles ¿Podrá un jovencito como él, con tanto sobre sus hombros? De cualquier forma, lo he decido, en la medida que él me lo permita, seré como su sombra. No regresaré a Asgard, quiero quedarme aquí, junto a él.
Saco todas mis fuerzas y decido decirlo ahora mismo, no sea que después sea tarde.

-Por favor... permite que me quede a tu lado. Puedo serte útil y quiero protegerte. Deja que este a tu lado, por favor. No sé como explicarlo, pero siento algo demasiado grande por tí - Sé que no puedo llegar y hablarle de amor, pensaría que he perdido la razón, pero si estoy cerca de él, entonces yo puedo decirle que lo amo - Yo pondré a tu servicio, los poderes del hielo Dios del inframundo. Toda las fuerzas de las tundras heladas para tí - Termino susurrando sin ánimo de hacerle sentir incomodo.