El Comedor (incluida la cocina)

Me quedo extrañado al escuchar los susurros entre Hades y Hera, no entiendo muy bien de que hablan ni menos el por qué ella debería ocultar su presencia de otra persona , ¿Qué persona?

- Aquí siempre huele delicioso cuando mi hermano cocina - Sonrié orgullosa mirando a su hermano - Afortunado sera aquel que sea dueño de esas manos - Termina diciendo traviesa con una sonrisa picara. Se me suben los colores al rostro, pero enseguida es evidente la ola de tristeza que viene al rostro de la hermosa diosa. - Queda algún dulce en la nevera - Pregunta tratando de espantar la tristeza con la dulcura.
Me siento mal de no saber que puedo hacer por ella y su tristeza. Me quedo mirándola tratando de entender que ocultan sus ojos, por qué tanto dolor para una persona tan hermosa. Miro otra vez al pequeño que aún está cocinando y no puedo quedarme sentado, quiero estar más cerca de él. Me levanto hasta llegar a su lado. Detrás de él puedo percibir su suave aroma. Me quedo un instante tratando de que su escencia me llene por completo.

-¿Puedo ayudarlo... príncipe? - Trato de que mi voz suene segura, pero es inevitable que las palabras me salgan patosas y un grado más grave de lo normal - Sé cocinar un poco, lo he hecho para mí durante algunos años - Desde mi lugar, puedo ver parte de su blanco cuello. Estoy algo hechizado mirándole que no pienso en que puede sorprenderme. Busco discretamente si en algún lugar lleva la runa que antes le dí, pero no parece ser así, instintivamente retrocedo un par de pasos. Debo estar incomodandole y presionándole, soy de lo peor - Busco la mirada de Hera que tranquilamente degusta una golosina.

-Eso se ve bueno - Murmuro mirándole - De verdad que ese alguien sería muy afortunado, demasiado.

Trataba de mantenerme tranquilo, concentrado en mi tarea, aunque no podía dejar de sentir la mirada de Baldur en mi. Mi concentración se ve definitivamente perdida con aquella frase que suelta Hera, siento los colores subir a mi rostro, no puede dejar pasar oportunidad para hacer sus travesuras; aunque siento el cambio brusco en su animo, por lo que enseguida revisa la nevera en busca de algún pastelito.

De un momento a otro advierto a Baldur acercarse, quedando a mi espalda; siento el antes latir pausado de mi corazón ahora correr desbocado, su aroma fresco me llega aún por sobre los demás aromas de la cocina.

-¿Puedo ayudarlo... príncipe? Sé cocinar un poco, lo he hecho para mí durante algunos años –

- No sería apropiado que nuestro visitante trabaje - le digo al girarme y verlo solo a algunos pasos de distancia - pero si gusta podría ayudarme a preparar la ensalada – solo al soltar aquellas palabras de mis labios me doy cuenta de lo dicho, como puedo descontrolarme de esa manera, le miro fijamente por algunos segundos; recorriéndole, estudiándolo, memorizando cada pequeño gesto y parte de él.

Me giro rápidamente y camino hasta la nevera, tratando de ocultar la vergüenza y los colores al haber realizado tal acción; extraigo de ella un pequeño queque bañado en glasé, escucho lo que le responde a Hera y siento arder aun más el rostro, vuelvo sobre mis pasos y con la mirada baja le extiendo la mano donde la pequeña golosina se encuentra.

– Sírvase por favor, mientras esta listo el almuerzo – subo lentamente a mirada hasta cruzarla con sus hermosos ojos – lo siento, es mi culpa que aún no este lista – susurro suavemente desviando hacia un lado mi rostro, mientras con una de mis manos pongo detrás de mi oreja unos cabellos que rebeldemente se soltaron de la coleta.

- No sería apropiado que nuestro visitante trabaje - Me dice volteando hacia mi y viéndome con sus hermosos ojos tan expresivos y brillantes - pero si gusta podría ayudarme a preparar la ensalada – Al decirme eso me siento feliz, no soy un estorbo y puedo ser útil, además en mis fantasías sería como cocinar a lado de mi amante. Enamorados después de pasar toda la mañana juntos. Me acerco entusiasmado mientras momentáneamente siento que me ha mirado, me reviso rápidamente para verificar que está todo en orden y me dispongo a seguir sus indicaciones.

Veo como gira hacia la nevera actuando levemente nervioso y me extraño, quizás no esperaba que yo me tomara la palabra sobre ayudar con la ensalada. Toma un pastelito y se lo entrega a Hera, que luego de su comentario sobre las maravillas de esas manos y la suerte de quien las tenga... me sonrojo observándole, que ganas de acercarme, tomarlo de la cintura y besarlo hasta el fin de los días.

– Sírvase por favor, mientras esta listo el almuerzo – Otra vez distraído en mis fantasías me acerca una porción de paste, yo con mi estómago casi rugiendo la recibo agradeciendole con la leve inclinación y al subir la vista, nuestras miradas coinciden y lo siento... un inmenso calor recorrerme por completo. Mi corazón latiendo desbocado.

– lo siento, es mi culpa que aún no este lista – Me dice con una voz tan encantadora y dulce.
- Claro que no. Además... mientras más tarde esté, más tiempo podré estar con usted. No quiero alejarme en lo absoluto... - Me le digo mientras atrevidamente acerco mi mano a la suya y rozo sus dedos suavemente.

-Vaya… parece que llegué en el mejor momento! - Dice una voz, me volteó sin dejar la blanca mano de Hades y encontrarme con el joven que conocí en el comedor deCronos y que junto a su sobrino me escoltó hasta la embajada.

Veo como la diosa Hera corre a brazos de Poseidon y ambos se abrazan calidamente.

- ¿Y dime, hermanito… no piensas darme la bienvenida? – Le se dirige al príncipe recordandome que aún sostenía su mano, la suelto rápidamente pero con suavidad, inclinando mi cabeza como disculpas
- ¡Joven Baldur… un placer volverlo a ver! - Me dice de forma natural y alegre, me alivia saber que no me ha mirado con furia asesina por tener sujeto de forma tan descortés a su hermano.
-Príncipe Poseidon, el placer es mío. Muchas gracias por lo de antes, me fue de gran ayuda su escolta - Me inclino para saludarle respetuosamente.

El encantador Hades parece no haberse molestado mucho por mi imprudencia, y claro, si no es bobo, ya debe saber que estoy completamente envelesado con él. Aún cuando él es cálido y atento, no dejo de pensar con dolor que es sólo su personalidad, es amable con todos y me da algo de celos, aunque sé que es egoista e infantil de mi parte.

-¡Me sorprende verlo aquí, Baldur… puedo apreciar que le es grata la compañía de mis hermanos! – Me dice el joven dios sin mirarme, lo que me hace sentir incomodo.
-Lo es... nunca me había sentido antes tan a gusto en un lugar que no fuera mi hogas - Le respondo con sinceridad.
- ¡Debo acotar, que es la primera vez que Hades se muestra distante conmigo… ¿Me pregunto si su visita tiene algo que ver?! –Murmura casi, pero de todas formas he escuchado. Siento un calor subir a mis mejillas. Ojala fuera así, ¡OJALA Y YO PROVOCARA ALGO EN EL HERMOSO HADES!
-No quisiera ser, la causa de un alejamiento entre ustedes, pero tener su atención... confiezo que sería más de lo que podría soñar - Le respondo también en un susurro, tratando de que ninguno de los otros hermanos escuchen, ni Hera ni Hades.
Finalmente Poseidon se relaja y le pide a su hermana algo para beber. Ella amablemente le ofrece enseguida un jugo. Mientras yo me apresuro a lado de Hades para que me indique donde estan los cubiertos y colocar la mesa.

-Principe Hades, déjeme serle util y colocar la mesa. Además, ni siquiera he comenzado con la ensalada - Sonrió mirando a mi larrededor de donde conseguir un bol para picar las verduras.

Me quedo observando todo en silencio. Al parece el príncipe Poseidon es tan cercano a sus hermanos que me da algo de envidia. Es es raro que yo tenga este tipo de sentimientos, desde que llegué aquí, he descubierto tantos aspectos de mi que me parece ser casi un humano normal. Un humano enamorado por cierto... aunque el amor de un dios... es mucho más apasionado e inmortal.

- Hera ya se encargó de preparar la mesa, joven Baldur - Me saca de mis pensamientos la jovial y dulce voz. Me quedo un instante procesando las palabras ¿Ya han puesto la mesa? ¿La princesa Hera? un leve rubor viene a mi ante mi evidente distracción. Me volteó para verificar que la mesa está ordenada y decorada mucho mejor de lo que yo hubiese podido hacer
- Es cierto - Murmuro después de que él me indicara mirar. He quedado como un bobo, tragame tierra i.iu.

- pero si gusta me podría ayudar a poner los aderezos a la ensalada - Me dice haciendo que me sienta mucho mejor. Recibo el bol con las verduras ya picadas, es fácil lo que me ha dejado, pero lo agradezco, así evito cometer alguna tontería frente a él - solo debes agregarlo a la ensalada y revolver - Me sonríe con ternura dejándome derretido, mientras en cámara lenta y sin dejar de mirarlo, comienzo a poner los aliños.

- le pido disculpas si mi hermano le hizo sentir incomodo con lo que dijo - Noto como suspira bajito ¡Qué ganas de estrecharlo en mis brazos y decirle que no tiene que disculparse de nada! - a veces es muy celoso, igual que un niño pequeño que busca ser el centro de atención, no volverá a pasar, se lo prometo - Me dice sonriendo.
-No es necesario que se disculpe, lo cierto es que me siento muy cómodo con todos aquí. Y su hermano, tiene motivos para estar celoso, yo lo estaría inmensamente por usted.

- están listos los alimentos ¿Podría poner la ensalada en la mesa, mientras sirvo?
-¡Claro que sí! Enseguida - Con rapidez me acerco a la mesa para colocar los bol con ensalada en los lugares que Hera había dejado predestinados para ello, mientras no pierdo detalle de como Hades le susurra algo a su hermano haciendo que un dolorcillo me punce en el pecho... suspiro y continuo hasta terminar, esperando a que todos tomen asiento.

Baldur al terminar de poner los boles con las ensaladas en la mesa se acomoda en el asiento más cercano, de la misma forma Hera se sienta a su lado, pero al verme volver sobrecargado con lo que faltaba se levanta de su asiento presurosa a ayudarme.

- ¿Te ayudo hermano? -

- Si por favor – le paso los platos mientras llevo el resto de las cosas a la mesa, una vez listo y acomodado todo me dispongo a tomar asiento – vamos Poseidón, siéntate – sonrío un tanto travieso por las palabras que le susurré solo a él – pueden servirse, espero sea de vuestro agrado lo preparado joven Baldur – le observo atentamente esperando un tanto nervioso su aprobación – y eso va para ustedes dos igual, espero que les guste – ahora miro a mis hermanos, esperando de igual forma que aprueben la nueva receta preparada.

– pueden servirse, espero sea de vuestro agrado lo preparado joven Baldur – Me dice mi príncipe mientras yo termino de dar un generoso bocado de la exquisita palta reina. Jamás antes había probado algo tan suave y a la vez sabroso, ese pensamiento se fusiona con algunos deseos que me despiertan el chico que me habla.
-Está delisioso, nunca antes había probado algo igual, soy muy afortunado de tener esta oportunidad - Le sonrió sin perder detalle de su rostro, de sus expresiones.
– y eso va para ustedes dos igual, espero que les guste –Dice él también a sus hermanos. Yo sonrió al ver tanta inocencia en un sólo ser, y yo si que sé de inocencia, por algo soy el dios de la pureza.
- Esta riquisimo hermano como siempre que cocinas - Me despoja de mis pensamientos la dulce, pero triste voz de Hera, me sorprendo y discimuladamente la miro notando como en su rostro, hay una sombra de dolor. Me siento contagiado por un instante con su tristeza, el amor es hermoso, pero puede llegar a doler tanto y quizás termine sufriendo, quizás no por mismos motivos, pero definitivamente por amor. Quisiera porder hacer algo por ella, ayudarla a encontrar la felicidad. Seguro mi hermoso príncipe sufre con su dolor. Ellos son tan cercanos.

-¡Se ve todo delicioso! - Nuevamente otra voz me distrae, pero este tono es más jubiloso y me lleva una sonrisa - ¡Vaya, hermanito... te has esmerado especialmente el día de hoy! - Exclama repentinamente y yo no sé porque me siento avergonzado, como si fuera a esforzarse por que estoy yo, eso si es ser demasiado optimista incluso para mi - ¡No recuerdo la última vez que cocinaste tan maravillosamente bien! - Esta vez miro al joven dios que para mi sorpresa tiene sus mejilas sonrojadas. ¡que hermosa imagen! Incluso los halagos lo sonrojan, ¿Puede alguien ser más puro que él? - ¡Realmente extrañaba comer en compañía de ustedes! - Termina diciendo.
-Quizás deberiamos brindas por la maravillosa comida que ha preparado el hermoso Hades y la agradable compañía de tan lindas personas - Sonrío para después titubear levemente al darme cuenta que dejé escapar palabras demasiado reveladoras.

-Está delicioso, nunca antes había probado algo igual, soy muy afortunado de tener esta oportunidad–

¿Cuántas veces mi corazón latirá así de prisa con solo oírlo? Desde que lo conocí ya he perdido la cuenta, solo sé que me encanta escucharlo. Me sonrojo ante sus palabras, es un alivio que le haya gustado lo preparado pero antes de seguir con mis ensoñaciones siento una opresión en mi pecho y observo a Hera.

- Esta riquísimo hermano como siempre que cocinas -

Por más que mi hermana quiso ocultar su tristeza no lo logró, estamos unidos de una manera que nadie podría comprender, su dolor es mi dolor y viceversa. A mi mente se me viene el culpable de tal dolor, Zeus; le devuelvo con una sonrisa sincera aquel intento de sonrisa que ahora no le llegaba a los ojos.

Del mismo modo estando pendiente de mi hermana es cuando escucho hablar a Poseidón sobresaltándome al tenerlo al lado.

-¡Se ve todo delicioso! ¡Vaya, hermanito... te has esmerado especialmente el día de hoy! ¡No recuerdo la última vez que cocinaste tan maravillosamente bien!-

Siento el calor subir a mis mejillas, de seguro estoy con mi cara esta sumamente sonrojada y como un niño pillado en sus travesuras bajo mi vista al plato frente a mi tal si fuera el mejor paisaje jamás visto. No se que decir, no me esperaba este comentario de parte de mi hermano, muevo lentamente mi pie intentando pisarle para pasar un poco la vergüenza que llevo.

- ¡No digas eso hermano! – Intentando que mi voz sonara más firme pero solo conseguí un susurro – siempre me esmero en todo lo que hago – mi voz suena un poco más segura – sobre todo para agasajar a quienes son queridos para mí – quedo en shock al caer en cuenta de mis palabras, se puede malinterpretar la frase, aunque en verdad lo siento así y no encuentro manera de salir de semejante vergüenza, sobre todo sabiendo que mi hermano utilizará lo que esté a su alcance para molestar – he… a… además hace tiempo que no pasabas por acá – otra vez mi voz en un leve susurro sale mientras mantengo mi vista al plato sin probar bocado alguno.

-¡Realmente extrañaba comer en compañía de ustedes!

- ¡Eso te pasa por tenernos abandonados! - saliendo un poco de la vergüenza inicial aunque aún siento mis mejillas acaloradas le respondo de forma más segura y fuerte.

-Quizás deberíamos brindar por la maravillosa comida que ha preparado el hermoso Hades y la agradable compañía de tan lindas personas –

Escucho la voz de Baldur por lo que dirijo mi atención a él, pero al procesar sus palabras quedo totalmente sorprendido por el halago, realmente ni en sueños hubiera imaginado que él pensará de esa forma de mí. Quedo mirándole fijamente por algunos segundos, detallando cada gesto, sobre todo esa sonrisa que me quita el aliento y al darme cuenta de esta acción bajo mi cabeza, otra vez, sumamente avergonzado, aunque no se si es más por el halago o por mi inocente manía de quedarme viéndole como un tonto, esperando que no lo haya notado. Tomo el tenedor y como lentamente manteniendo mi vista fija en el plato, pensando cuantas veces en lo que lleva del día habré quedado como un tonto frente al agraciado Baldur.

- ¡No digas eso hermano! – Dice el pequeño mientras sonrojado mira a su hermano, yo como con placer la exquisites preparada por sus manos – siempre me esmero en todo lo que hago – Continua hablando con un tono más firme, me sorprendo levemente, después de todo es un dios y tiene poder y autoridad dentro de él – sobre todo para agasajar a quienes son queridos para mí – Pero entonces termina diciendo algo tan adorable que detengo la cuchara en el aire para mirarlo impresionado. Es que este chico parace salido de mi imaginación, no puede haber alguien tan especial. Siempre hace sentir a los demás importantes y queridos, a su alerededor debe ser muy fácil ser feliz... aunque saber que su amabilidad es para todos por igual, produce un dolorcito en mi pecho. Creo que ser el dios de la pureza no es suficiente para no sentir celos o pretender ser egoista con quienes amamos, aún más cuando es un amor practicamente unilateral.
Me percato de que se ha perturbado un poco, al parecer está nervioso de quizás haber sido demasiado cálido en sus palabras. – he… a… además hace tiempo que no pasabas por acá –
Continua como si de un pequeño se tratara, sus mejillas dulcemente avergonzadas... daría todo por poder bersarlas... sentir el calor en ellas. No podría cansarme de mirarlo y menos ahora de tenerlo al menos en mi imaginación, en dónde ya le he robado infinidad de besos.

-¡Realmente extrañaba comer en compañía de ustedes! - Dice el joven dios y me saca de mis pensamientos, yo sonrió viendo a los hermanos ser tan unidos, ojala y yo me llevara así con los mios.
- ¡Eso te pasa por tenernos abandonados! - Continua mi angelito.
-Quizás deberíamos brindar por la maravillosa comida que ha preparado el hermoso Hades y la agradable compañía de tan lindas personas – Digo apremiado por tantos sentimientos. Al orime, Hades me mira fijamente. Siento algo de incomodida al darme cuenta de la insolencia que he dicho. Sus ojos se han clavado en mi y siento que podría consumirme en fuego tan sólo con sus esmeraldas. Sonrió nervioso... y bebo de mi copa mientras él no vuelve a mencionar palabra.

-¿Y que ahí de postre? - Pregunta Hera aliviendo el ambiente - espero ansiosa el postre, no se como comiendo tanto tus postres no eh engordado nada de nada - Bromea ella mientras come un bocado.
Yo insitivamente miro al príncipe, su cuerpo es delgado, pero tonificado... uraría que es extremadamente suave... paseo mi vista por cada milimetro de piel expuesta, imaginando lo que hay bajo las ropas.

-Al parecer, esta deliciosa comida contribuye a su belleza... quiero decir a la belleza de ustedes - Me corrigo tratando de sonar más general y no tan específico de Hades - No sé si debería probar un postre preparado por sus manos príncipe... podría no querer jamás alejarme de este sabor - comento mientras llevo una cucharada a mi boca.

ok, ahora sí que he sido demasiado explicito. Me estoy pasando al la desfachatez. Dejo el tenerdor junto al plato vacío. me he comido todo y disfrutado como nunca antes una comida. Miro a Poseidon y luego a Hera y finalmente a Hades... quiero ver sus ojos, saber si es que quizás ya le colmé la paciencia y de paso... imaginar que hay un sentimiento más allá de la cortesía hacia a mi... uno que se acerque a todo lo que yo siento desde el primer momento que lo vi tras esa puerta...